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sábado, 16 de junio de 2012

G-20: Se puede poner peor

“Aquí hay riesgos muy serios de empeoramiento”

Eso dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, en una conferencia en Fráncfort. Centralmente se refería a la posibilidad de que en las elecciones griegas de mañana triunfe Alexis Tsípras quien exige renegociar las draconianas condiciones impuestas por la UE a Grecia para salvarla de la bancarrota financiera.

Lo que proponen los banqueros para calmar a los angustiados mercados es lo de siempre: inyectar una masiva liquidez como si el problema al que se enfrentan fuese solo monetario, pero advierten que en caso de que en Grecia "ganen los malos" excluirán de la asistencia a la banca de ese país dejándola librada a su suerte. Lo que claramente significa abrirle a Grecia la puerta de salida de la UE y en las peores condiciones, suena a castigo por la insolencia.

La canciller alemana Merkel y sus súbditos, las autoridades de Bruselas, presionaron en reiteradas ocasiones al pueblo griego afirmando que "aquí no se renegocia nada", lo que no deja de ser profundamente antidemocrático y para nada colabora a aliviar la tensión existente.

Esta situación condiciona fuertemente la reunión del G-20 que comenzará el lunes próximo en San José del Cabo, México, y a la cual asistirán Dilma Rousseff y Cristina Kirchner en representación de Brasil y Argentina.

La posición de ambos países frente a la actual crisis es compartida: un rotundo rechazo a las políticas de ajuste llevadas adelante por el BCE y apoyadas por el FMI y la insistencia en que solo la aplicación de políticas expansivas e incluyentes permitirán superarla. Este punto de vista es apoyado también por China. El vicecanciller de China, Cui Tiankai recordó recientemente que el problema central de los países miembros del grupo es la generación de un crecimiento firme y el mantenimiento del impulso de la recuperación económica.

En la vereda opuesta, las autoridades europeas promueven el desmantelamiento del Estado de Bienestar recortando los presupuestos de salud, educación, I+D+i, seguridad social, flexibilizando el empleo y reduciendo las jubilaciones y los salarios. Todo lo contrario. Y lo peor es que como resultado de esas políticas la situación de angustia financiera lejos de disminuir ha aumentado en una espiral diabólica.

Lo que está claro para todos es que un agravamiento de la crisis que es mundial -pero principalmente europea- puede arrastrar, de una u otra manera, a todo el mundo complicando las perspectivas de los países emergentes que en los últimos diez años han mejorado espectacularmente todos sus indicadores socio económicos.

A primera vista no es muy probable que en esta reunión del G-20 que se realiza en un clima tan enrarecido se avance en la concreción de una agenda que aún está pendiente y que, como bien lo ha expresado la presidenta Cristina Kirchner, consiste entre otras cosas en establecer un mayor control de los flujos de capitales especulativos, la eliminación de los paraísos fiscales, desacoplar las políticas económicas de las evaluaciones de las agencias calificadoras de riesgo y limitar su accionar y democratizar a los organismos económicos multilaterales como el FMI y el BM. La experiencia desarrollada por varios países de la región sudamericana en la última década avala fuertemente esta agenda.

bastadeodio                                                               

4 comentarios:

  1. Pavada de agenda, Profe. Si me la contaban hace una década me hubiera parecido un chiste de mal gusto. Cuánto hemos avanzado, carajo!

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  2. Cierto, hace una década hubiese resultado utópica, hoy no lo parece pero estamos muy lejos siquiera de que la tomen en serio. Abrazo

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  3. Lo de Obama y Merkel terminó en piquito?

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    1. Eso parece pero no creo, ni de un lado ni del otro. Sin embargo, pone en evidencia lo que hace el poder, convierte a un negro en rubio de ojos celestes. Seguramente Merkel, que se parece mucho al Kaiser Willhem (sin bigotes), se debe haber tragado en la ocasión el rechazo racial, están condenados a amarse.

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