EL PESO DEL RESCATE

Forges - El País - 14-06-2012

Rajoy no lo dice, sonríe, balbucea con ese seseo tan especial que tiene y espera que todo el mundo le crea.
Le crea que el rescate (el no lo llama así, dice que es "a little help of my friends") no tendrá costo alguno para el ciudadano español. Nadie, en su sano juicio, le cree. Hacen bien. Porque...¿Los recortes ya hechos, que son sino eso: un doloroso costo, del cual pagan proporcionalmente más los que menos tienen?

Según estimaciones bastante optimistas de sabios economistas el rescate de 100 mil millones de euros significará en concepto de intereses y si todo sale viento en popa, diez puntos del PBI. Esto sale de estimar unos 3500 millones de euros anuales de intereses y diez años de plazo que pasarán a engrosar la deuda. El cálculo de costos no incluye comisiones las que, se sabe, suelen ser muy jugosas. Por supuesto tampoco computa la pérdida de valiosísimos recursos humanos, costosos de formar y difíciles de recuperar. Resumiendo:

Zapatero dejó en 2011 la deuda soberana en el 68,5% del PIB, Rajoy preveía un 79,8% este 2012 y un 82,3% en 2013. Si se le añaden esos optimistas 10 puntos del rescate, el stock de deuda pública se situará en el filo del 90% del PIB, la frontera a partir de la cual se la suele considerar difícilmente sostenible.

Rajoy disimula pero seguramente no olvida una de las leyes fundamentales de Murphy que establece que cuando algo puede salir mal, sale mal y ruega porque todo salga bien y esa terrible frontera que separa actualmente a España de Grecia y de la Argentina, modelo 2001, no sea cruzada.

El que no le cree para nada a Rajoy es el ministro de economía inglés, Jorge Osborne, con esa simpatía tradicional que los británicos suelen prodigar hacia España aunque su homólogo sea, como sucede en este caso, astilla del mismo palo, dijo que: "el rescate a la banca española es "deprimente" porque se canaliza a través del Estado en lugar de inyectarse directamente a los bancos. "Si lo haces por la vía de la deuda soberana entonces no vas a convencer a los mercados de que la deuda soberana española es totalmente creíble". Claro que este tío está convencido que lo mejor que le puede pasar al euro es que Grecia finalmente quede fuera de la unión. Para estas gentes el hilo se debe cortar siempre por lo más delgado.
Como con Argentina en el 2001, a Grecia en el 2012 los que tienen el poder también le han bajado el pulgar. O acepta o queda fuera, no hay medias tintas. ¿A quién le importa lo que opinen los griegos?. A los que están a cargo de la ventanilla seguro que no, ni quieren saberlo. Al reclamo de ¡más Europa!, que quiere decir más política, más unidad, más igualdad, más democracia, responden: es lo que hay, o lo tomas o lo dejas, no se admiten reclamos, ¡fuera!, que pase el que sigue. Un verano 2012 que promete ser bien caliente.

Entretanto la fiesta del rescate de la banca española en crisis ya la están pagando -como es habitual- los contribuyentes y, lo que es peor aún, los que ya están fuera del sistema. Parece que en el gobierno español, nadie repara en ellos. Uno, que no sabe nada, que no es un experto en este complicado mundo de las altas finanzas, naturalmente se pregunta: ¿Cuál es la justicia, incluso la racionalidad, de este sistema que premia, salvándoles, a los culpables -unos pocos- y condena a las víctimas que son mayoría?. Los muertos, los desahuciados no pagan las deudas. ¿No será hora, en serio, de que los economistas y financistas dejen de mandar?

Echemos un poco de humor corrosivo al asunto:

 

Gag del programa Polònia de TV3 recreando una conocida escena de los hermanos Marx

bastadeodio