Cacerolazos eran los de antes

Anoche, convocados por una intensa acción previa en las "redes sociales", esto es el feisbuc, algunos cientos de vecinos de los barrios pudientes de la capital salieron a cacerolear.
Según los organizadores protestaban fundamentalmente por tres cosas:

- la inseguridad
- la corrupción
- el "cepo" al dólar

La realidad es que la convocatoria tuvo notoria escasa respuesta, como se puede apreciar fácilmente en las imágenes publicadas por La Nación o The Nation, como escribe El Pibe Peronista.

Dejando fuera la llamada "crisis del campo" del 2008, este es el segundo intento que se puede considerar fracasado de organizar un estilo de manifestación de las clases medias citadinas que en su origen, allá por el 2001, fue totalmente espontáneo y masivo. Tanto lo fue que alcanzó repercusión internacional.

Hubo otro intento fallido que tuvo lugar, creo recordar, hacia fines del año pasado. Fue tan intrascendente que es fácil confundirse el momento preciso en que ocurrió. La metodología de la convocatoria fue la misma -el feisbuc- y también el resultado. Cero.

La única conclusión legítima a la que se puede arribar de todo esto es que este método de protesta, para que tenga repercusiones políticas que vayan más allá de su utilización engañosa en determinados medios de comunicación -como TN- que lo fogonearon sin resultado aparente, es que ésta sea espontánea y que responda a un estado de ánimo más o menos mayoritario realmente existente en la población.

En el 2001 esas condiciones estaban dadas y la protesta ocurrió casi simultáneamente en varias ciudades y pueblos del país. No -como ayer- solo en algunos pocos barrios acomodados de la capital y de la zona norte del conurbano.

Lo que sucedió pudo darle satisfacción a unos pocos que participaron dándoles ocasión de hacer un poco de catarsis de su odio visceral hacia el gobierno, pero como medida de acción política es un boomerang que se vuelve en contra de quienes lo propician, mostrando -a quien quiera verlo- lo solos que están.

El lenguaje tiene limitaciones cuando se trata de describir las novedades, a lo que pasó anoche no se lo puede denominar cacerolazo, apenas cacerolito.

Flor Peña tiene razón en lo que escribió en su tuiter: es hasta inmoral salir a protestar por el control en la compra de dólares cuando todavía hay compatriotas que tienen necesidades insatisfechas, ella dijo hambre. Es cierto, pero en alguna medida es tomarse en serio lo que, en principio, no es más una payasada que sus organizadores y casi solo ellos se toman en serio.

Dicen, según la convocatoria, que hoy piensan repetirlo. Ojo, yo no tengo nada contra las prácticas masturbatorias, ayudan a liberar tensiones, sin embargo, este tipo de onanismo pseudo político no ayuda a nadie, dicho esto con todo cariño. Je!

El amigo Ricardo de Los Huevos y las Ideas hace hoy un análisis que va al fondo de la cuestión: la legitimidad u oportunidad de alguno de los reclamos. También los amigos Daniel de El Aguante Populista trata con ironía el tema y Daniel Mancuso, al que se lo nota bastante caliente y con razón. Todos representan diferentes miradas y están muy buenos, denles un vistazo. Si me olvido de alguno no es por mala leche. Me temo que el cacerolito garca impactó más en nosotros -los llamados blogueros k- que en el conjunto de la civilidad. Tiene su explicación, son unos nabos y nabas cíberindignados y te mojan la oreja ¡cómo no vamos a reaccionar!. Pero no hay que olvidar que en la realidad son intrascendentes.

bastadeodio