Por una Patria Justa, Libre y Soberana

Una Patria Justa, Libre y Soberana - 17 de octubre de 1945 - 17 de octubre de 2015 - Día de la Lealtad - Setenta años

miércoles, 30 de abril de 2014

Diagnóstico de la coyuntura económica (I)

En los últimos tres años de gobierno kirchnerista, la economía y sus dificultades han hecho sentir su presencia  con mucha más fuerza que en el trienio anterior (2008-2010), al punto de instalar cierta incertidumbre -claramente magnificada por buena parte de los medios de comunicación y la oposición- con respecto al futuro de la economía argentina y sus consecuencias en los planos político y social.
Es necesario abordar con seriedad el análisis de la situación actual y el de sus causas fundamentales. Esta tarea es llevada adelante de forma continua por diversos institutos. Uno de ellos, muy creíble por su solidez técnica, es CIFRA ligado a la CTA y dirigido por Eduardo Basualdo. Elabora Informes (trimestrales) de Coyuntura. El último -el Nº 15- fue dado a conocer en febrero de este año. En esta primera parte del post presento completa la síntesis que abre dicho informe y en un segundo post trataré de volcar lo que a mi parecer son las conclusiones más relevantes del cuerpo del mismo.
El informe completo es descargable en su versión pdf del sitio web del Centro.

CIFRA - Centro de Investigación y Formación de la República Argentina
Coordinador: Eduardo Basualdo
Equipo de investigación: Mariano Barrera y Pablo Manzanelli
Febrero 2014

Informe de Coyuntura Nº 15 (síntesis)

No hay estancamiento ni mucho menos recesión. El crecimiento se mantiene:

A pesar de la crisis mundial y las convulsiones domésticas en torno al tipo de cambio, la economía argentina recuperó el ritmo de crecimiento económico, impulsado por la expansión del consumo privado, la inversión y el gasto público. En 2013 el producto bruto interno creció casi el 5% y la tasa de desocupación bajó al 6,4% en el último trimestre del año. Las dificultades que registra la economía local no son, por ende, el resultado de problemas de crecimiento económico sino, más bien, del tipo de crecimiento que se expresan en la irrupción de la “restricción externa” (escasez de divisas).

La falta de divisas o "restricción externa": Causas coyunturales y estructurales

Si bien las causas de la “restricción externa” reconocen raíces históricas asociadas a la “estructura productiva desequilibrada” de la economía argentina, entre sus determinantes actuales inciden factores coyunturales y estructurales de ciertas especificidades. En los primeros, de orden coyuntural, subyace la retención de las ventas al exterior por parte -principalmente, aunque no exclusivamente- de productores y exportadores que integran la cadena productiva del agro pampeano (problemas de iliquidez). En los segundos, de carácter estructural, incide el tipo de crecimiento industrial en el marco de la deslocalización de los procesos productivos a nivel mundial y la elevada concentración y extranjerización que registra la economía argentina (problemas de insolvencia). De allí, que algunas de las actividades claves que lideraron el crecimiento manufacturero en los últimos años son las que exhiben el mayor déficit de la balanza comercial argentina como es el caso de la armaduría automotriz y el enclave importador de Tierra del Fuego (a lo que se adiciona el creciente déficit energético), lo que pone de manifiesto las escasas capacidades sustitutivas desarrolladas en esta etapa.

Desde esta perspectiva, la existencia de iliquidez estaría indicando problemas de corto plazo en el sector externo vinculados al comportamiento de los mercados internacionales o la producción interna (que derivaron en la retención de las exportaciones), mientras que la insolvencia estaría señalando la existencia de restricciones estructurales de largo plazo relacionadas a las características de la economía interna (que conllevaron un intenso aumento de las importaciones, además de diversos episodios de fuga de capitales).

Por su parte, las consecuencias de la “restricción externa” se expresan en la balanza de pagos. Las exportaciones crecen menos que las importaciones, reduciéndose el excedente comercial que había jugado un rol central en la provisión de divisas durante la última década. A ello se suma el creciente pago de amortizaciones de capital y de intereses del endeudamiento externo, el saldo deficitario en la cuenta de turismo y -en menor medida, aunque con crecientes habilitaciones en 2013- del giro de utilidades al exterior por parte de las filiales extranjeras a sus casas matrices. En efecto, el flujo de divisas no alcanzó para cubrir su demanda, lo que provocó una aguda contracción del stock de reservas.

Las medidas coyunturales adoptadas y sus limitaciones:

La política económica intentó detener la reducción de reservas mediante diversas restricciones en el mercado cambiario y el control a las importaciones, junto a otras medidas con menor grado de eficacia, como el lanzamiento del CEDIN y el BAADE, la implementación de un seguro de cambio con tasa de interés para los exportadores del complejo agrario, etc. Estas medidas confluyeron con una política de devaluaciones graduales insuficiente, dada la aceleración del proceso inflacionario, para revertir la apreciación del tipo de cambio real.

Bajo esas circunstancias, aumentaron las presiones cambiarias derivadas de la carencia de divisas. Los exportadores paralizaron sus ventas al exterior y los importadores adelantaron sus compras (en ambos casos, endeudándose en el sistema financiero local) en busca de maximizar ganancias futuras, dadas las expectativas creadas en torno a la modificación gradual del tipo de cambio. Además se reactivó una dinámica financiera a partir de diversos mecanismos (“dólar bolsa”, contado con liquidación, etc.) que, si bien no implicó pérdidas de reservas, tendió a incrementar la dimensión del mercado ilegal de cambios. Se trataba de bonos que, comprados en pesos en el mercado local, se liquidaban en el exterior en dólares, y luego retornaban para ser vendidos en el mercado informal, dado que el crecimiento gradual del tipo de cambio le aseguraba una renta extraordinaria.

Se imponían soluciones urgentes que implican posibles costos sociales:

La fuerte devaluación de enero de 2014, junto al alza en las tasas de interés, se inscribe en este escenario y su tarea es doble: unificar el mercado de cambios (de allí también la flexibilización a la compra de dólares para atesoramiento) y revertir la tendencia a la apreciación de tipo de cambio real, para lo cual aletargar la traslación del efecto devaluatorio sobre los precios internos es de indudable trascendencia.

Las perspectivas de la economía argentina para el 2014 son complejas. Sin embargo, dado el actual tipo de cambio, los precios internacionales y la capacidad de almacenaje, es esperable que los exportadores de granos reactiven sus ventas al exterior entre marzo y abril cuando se incorpore la nueva cosecha. Ello otorgará un mayor margen de maniobra, pero no resolverá el problema de fondo. Para ello deben atenderse los aspectos estructurales que tienden a promover un acelerado crecimiento de las importaciones y, por consiguiente, a acentuar la “restricción externa” que atraviesa el país. Además, resulta necesario la implementación de políticas sociales y de ingresos expansivas tendientes a mitigar el impacto recesivo de la devaluación y del alza en la tasa de interés. A la puesta en marcha del Plan Progresar se deberían adicionar incrementos significativos del salario mínimo, la Asignación Universal por Hijo y los haberes jubilatorios.
(continuará)
(los títulos agregados no pertenecen al original)
bastadeodio                                                                    

domingo, 27 de abril de 2014

De cal, arena y sus proporciones

Lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo, la argamasa de la vida. De las personas y de los pueblos, la sustancia de su aprendizaje continuo.
Una contabilidad sustantiva que convoca a repetir ciertas experiencias y evitar otras.

Ocurre -con su correspondiente carga de alegría o de pesar- tanto en nuestra experiencia individual como en un nivel colectivo aunque sea éste más difícil de percibir por su inevitable carga de controversia y pasiones.

Sin embargo, y a pesar de las dificultades prácticas (y epistémicas) para afirmarlo, los pueblos despliegan una suerte de memoria que convierte a ciertos momentos de su historia en positivos y deseables y a otros en negativos.

Por supuesto que la memoria popular, si se me permite la licencia, no es simplemente la sumatoria de las experiencias individuales. Muchas fuerzas encontradas operan para amasar a la una y la otra. Pero así como el mortero del albañil admite proporciones variables pero no todas las mezclas imaginables son útiles para unir las partes, no todas las manipulaciones logran calar en esa memoria lo suficiente como para sobrevivir al paso de tiempo y sus eventos.

Un ejemplo de ello es la vigencia actual del peronismo y de su contracara definida por su negación sistemática. Sin embargo ni uno ni otro campo son homogéneos. Mirados de cerca presentan incontables relieves lo que hace que en ocasiones se los pueda encontrar contra natura del mismo lado. El gobierno peronista neoliberal de Menem es un caso de argamasa fallida que pretendió unir los intereses y representación política de los trabajadores con el plan económico ultraliberal de Martinez de Hoz. Un intento que habría fracasado mucho antes de no haber mediado el decisivo apoyo de los EEUU y la inyección de dólares de las corporaciones internacionales en forma de una deuda impagable.

A pesar del registro de su negatividad, dista de ser una opción descartada. Las mismas fuerzas del pasado tratan de recrearla bajo el sello neomenemista de la Renovación Masista. No es el único intento que hacen. Como gallina clueca también juegan sus fichas a favor del tradicional antiperonismo a costa de unir los pliegues de su derecha y de su izquierda. Sanz y Carrió junto con Solanas y Tumini. Tienen razón quienes lo califican de engendro frankensteniano.

El objetivo no es otro que transformar un anhelo que es declamado insistentemente como una realidad vigente: El fin del ciclo kirchnerista. Ya intentaron -sin éxito- con el primer peronismo conjurar una amnesia colectiva similar para tener que admitir veinte años después su total fracaso.

¿Es posible ahora?, ¿Están en lo cierto?, ¿El fin del kirchnerismo está cerca?.

Ya que de desmemoria se trata, hagamos un poco de memoria reciente. De la dictadura cívico, eclesiástica, militar, salvo en un puñado de nostálgicos, se puede decir que en las mayorías ha dejado un recuerdo demasiado amargo. Su fin fue festejado ruidosamente en todo el mundo. Memoria, Verdad y Justicia es un clamor firmemente establecido en amplias capas de la población, aún de los jóvenes que no la vivieron. Ni hablar de repetir una experiencia similar aún disfrazándola de golpe institucional a la paraguaya, esta es una aventura que puede resultar demasiado riesgosa.

El gobierno de Raúl Alfonsín, a pesar del quiebre final y su renuncia a gobernar -muy grave porque para eso fue electo- deja en la memoria, aunque algo etéreo, un saldo positivo que el gobierno de Cristina Kirchner se ha ocupado generosamente en destacar.

No ocurre lo mismo con los sucesivos gobiernos de Menem y de la Alianza que fracasaron en su intento de unir lo imposible. Se puede afirmar que el gobierno de esta última representó en la práctica y más allá de los encendidos discursos moralizantes, el fin del ciclo menemista al que paradójicamente decía oponerse.

No es difícil ver -en estos dos casos- operando la mano de la desmemoria transformada en arma política por los manipuladores de siempre, esos que, se sabe, tienen la sartén por el mango y no quieren soltarla ni un segundo.

Uno de los muchos intentos de manipulación que se ven por estos días está dirigido hacia el interior del propio kirchnerismo. Afirma que es posible distinguir en la década de su gobierno dos etapas: la de Néstor, de balance positivo (se muerden la lengua, pero lo dicen) y la de Cristina absolutamente negativo. Por supuesto barren bajo la alfombra las diferentes condiciones externas e internas existentes antes y después de la crisis financiera global del 2008.

A Néstor cinco años antes le tocó lidiar con una economía destruida, una industria con el 70% de su capacidad ociosa, una deuda externa pesada como una loza y en default. Néstor, a pesar de la debilidad de origen. gobernó con mano firme, puso en marcha la industria sobre la base de la expansión del mercado interno creando empleo y mejorando la distribución de la riqueza generada por la expansión de la economía, fueron años de crecimiento, rentabilidad empresaria creciente, y, lo que es más importante, de reconstrucción del rol del Estado como regulador de las relaciones económicas y sociales. Queda mucho por decir y detalles muy interesantes de desmenuzar, pero con solo esto puede bastar para considerarlo como sumamente positivo.

Cristina comenzó su mandato estatizando las AFJP y con estos recursos puso en marcha el más ambicioso plan de recomposición del tejido social de la historia con una serie de programas aún vigentes y necesarios, se mantuvo muy firme en los diversos conflictos que debió enfrentar, especialmente con las grandes patronales agropecuarias por las retenciones a las exportaciones y con el grupo Clarín por la democratización de los medios audiovisuales. En ambos casos son disputas estratégicas aún abiertas donde se esperaba que su gobierno terminara cediendo terreno pero eso estuvo lejos de ocurrir.

Recientemente y en medio de la crisis externa iniciada el 2008 pero que se reveló con toda su fuerza a partir del 2010, ganó en el 2011 una elección presidencial en primera vuelta con el 54% de los votos y luego, en medio de una campaña opositora de una virulencia sin precedentes, expropió las acciones de Repsol, nacionalizando YPF y sus recursos energéticos. Negoció exitosamente con la multinacional Repsol el resarcimiento y abrió negociaciones con el Club de París para resolver el tema pendiente de la deuda en default con los países miembro. Encaró con resolución la reconstrucción del sistema ferroviario destruido por Menen. Ambas decisiones, sobre YPF y los trenes, son estratégicas y seguramente sus beneficios serán disfrutados por el gobierno que la suceda más que por el suyo propio.

Las continuidades positivas entre una y otra etapa del gobierno kirchnerista son muchas más que las diferencias, que en su mayoría son de estilo pero no de fondo. El 2015 será el fin -posiblemente transitorio- del gobierno de los Kirchner, pero a pesar de los deseos de muchos -incluidos algunos ex- no será el fin del kirchnerismo, ni aún en el caso hipotético y poco probable de perder las elecciones en segunda vuelta.

bastadeodio                                                                      

miércoles, 23 de abril de 2014

La culpa sería del gran bonete

Foro de Convergencia Empresarial
En resumidas cuentas eso es lo que dice el "stablishment" empresario reunido en el foro ídem con respecto a la "inflación" y a quién le corresponde colocarse el famoso bonete que para ellos naturalmente no es otro que el gobierno de Cristina Kirchner.

los empresarios no son responsables en absoluto de la inflación: la suba de precios generalizada se da por las condiciones macroeconómicas”, dijo Jaime Campos, presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Algo similar a afirmar que las lluvias se dan por las condiciones climáticas en cuya creación -se insiste cada vez más- interviene la actividad humana. En suma, la inflación es un fenómeno natural (o síntoma) producto de (malas) decisiones del gobierno que genera unas relaciones económicas "enfermas". Parece profundo pero no lo es, es más, es falso, aunque mucha gente esté dispuesto a creerlo.
Pero el mismo Campos agregó, para que no queden dudas: "Desde 2003 a 2007, la inflación en la Argentina era menor al 10 por ciento anual y los empresarios eran los mismos. Lo que ha cambiado no fueron los empresarios, sino la política del Gobierno”. Sentido común al estado puro.

En el fondo, salvo lo de la tasa, nada es cierto en esta frase: ni los empresarios eran los mismos (o estaban en una situación similar luego de la debacle del 2001) ni tampoco eran las mismas -default mediante- las condiciones externas en las que se desenvolvía la economía argentina. Aquellos, eran tiempos de "vacas flacas, con poca leche para dar", en éstos actuales la torta ha crecido de forma espectacular y su reparto se ha modificado de una forma que los pone nerviosos, especialmente pensándolo de cara a un futuro de rentabilidades decrecientes.

Cierto es que la inflación es una consecuencia o un síntoma social que obedece a distintas causas no siempre relacionadas entre sí (es multicausal) incluso, no siempre son éstas causas las mismas y, lo que lo hace aún más complejo, es no tiene ningún parecido con otros fenómenos multicausales como por ejemplo las manifestaciones climáticas, que, al fin y al cabo, obedecen a interacciones físicas y químicas, muchas de ellas que escapan a la influencia y al posible control humano.

El gobierno que se siente acusado responde con una buena dosis de ingenuidad. Su planteo es que la suba de precios guarda estrecha relación con “excesos” de las empresas que, como un acto reflejo, cualquier movimiento real o esperado en los costos lo trasladan a precios, aunque no encuentre en muchos casos justificación económica. Capitanich consideró (en un acto de ingenuidad suprema) que “en el caso concreto de la inflación, la mejor contribución que pueden hacer los empresarios es no aumentar los precios de los bienes y servicios que producen”.

Parece no percibirse adecuadamente la relación que existe, en especial en nuestra región, entre las tasas de ganancia empresarias extraordinarias, la evasión y elusión fiscales y la fuga de divisas. El aumento generalizado y anticipado de precios es a la vez causa y producto de la especulación empresaria dirigida a la obtención de esas ganancias extraordinarias y por esas vías principales.
Es -a grandes rasgos- sencillo: si buena parte de la riqueza generada se transforma en divisas y se sustrae del circuito productivo "fugándose" y esa situación se combina con una merma en el balance comercial externo (exportaciones menos importaciones) el dinero nacional circulante pierde valor y esa pérdida recae casi exclusivamente sobre los trabajadores que necesitan más dinero para adquirir los mismos bienes.

La inflación desmedida, es además un arma empresaria tradicionalmente eficaz tanto en el disciplinamiento político del gobierno de turno -debilitándolo- como de los mismos trabajadores haciendo más regresiva la distribución de la riqueza generada por el trabajo. Así consiguen "encuadrar" a un gobierno díscolo (o indeciso) y, a la vez, apropiarse de una mayor parte de la renta del trabajo disminuyendo los salarios reales.

En suma, la inflación (desmesurada) es una consecuencia directa del particular modo de acumulación adoptado por los grandes grupos económicos concentrados de nuestro país y les sirve -con el apoyo de los medios de comunicación también concentrados y de gran parte de la sumisa clase política nacional- para librarse de su responsabilidad descargándola en el (odiado) gobierno que trata de cambiar las reglas de juego en beneficio de los trabajadores. Es la famosa puja distributiva que siempre existe bajo el capitalismo pero practicada a lo bestia.

Hay que advertir sin embargo que esta -la inflación de precios- no es la única manera en la que los grupos económicos logran sus objetivos. Europa y su actual "crisis" es buen ejemplo de ello. Se suele decir que el ideograma chino para la idea de crisis integra las ideas de riesgo y oportunidad. Es tan cierto desde el punto de vista lingüístico como real. Lo que sucede aquí y allá es que de una u otra manera el riesgo lo soportan invariablemente los pueblos y de las oportunidades se benefician los grupos concentrados de la economía.

bastadeodio                                                                      

martes, 22 de abril de 2014

El camino al Infierno...

...está plagado de buenas intenciones. Así dicen y Gustavo Vera (reciente legislador porteño electo por UNEN) parece haberse dado cuenta a tiempo. Por lo menos eso podría desprenderse de recientes declaraciones suyas hechas a menos de un día de formalizarse la alianza opositora denominada FAU (frente amplio UNEN) que involucra a la UCR, el FAP y UNEN.
En el lanzamiento -que tendrá lugar hoy 22 de abril en el teatro Broadway- participarán todos los "presidenciables": Cobos, Carrió, Solanas, Binner y Sanz, juntos con los posibles candidatos a jefe de gobierno porteño. El cantante Jairo abrirá el acto con el Himno Nacional y la conducción estará a cargo del actor Luis Brandoni . La flamante alianza nace en medio de una fuerte controversia interna en torno a un posible acuerdo con el PRO, idea lanzada por Carrió. Para este tema recomiendo la lectura del post de Ricardo en Los Huevos y Las Ideas.

Entre otras cosas, Vera dijo:

"Algunos dirigentes (Cobos, Sanz, Carrió) no niegan acuerdos con Pro. Y en ese caso ya no tenemos nada que ver”. "Nunca iría a un lugar donde se plantea una alianza con un partido contra el que (he) hecho una inmensa cantidad de denuncias por su gestión".

"Pedimos que se investigue la responsabilidad política de los dirigentes de Santa Fe ante el enorme despliegue narco que se vive en Rosario. Esperamos que el FAP mínimamente nos dé explicaciones".

"No puedo estar denunciando y al otro día subirme a un escenario con esos mismos dirigentes como si fuera un show".

(UNEN) "se está alejando de sus postulados iniciales, en los que se presentó como una patriada contra la mafia y la corrupción, y ahora se muestra como una especie de gran frente antiperonista, asociando toda la mafia y la corrupción a los peronistas".

En diálogo con LA NACION, Vera se quejó de que "La Alameda no fue invitada a la mesa política" de UNEN. "Nos dijeron que como no somos un partido, no fuimos invitados".

Vera aclaró no obstante que dentro de la Legislatura porteña sigue integrando el interbloque. "A nivel legislativo seguimos participando del interbloque porque hemos sido elegidos en las últimas elecciones. La Alameda articula con los bloques del UNEN en la Legislatura".

Habrá que ver ya que de momento este dirigente (muy ligado a Bergoglio), aún no ha abandonado formalmente el frente opositor sino más bien es el frente el que lo ha hecho a un lado a él (y a la Alameda).

bastadeodio