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viernes, 22 de junio de 2012

España: Mineros en lucha

Minero en lucha empuñando un lanzacohetes casero
La Marcha Negra:

Los mineros de Asturias, Aragón y León marchan hacia Madrid. Planean arribar a la capital el 11 de julio. Pero la marcha de 19 días es una más de las variadas acciones de protesta -muchas violentas- que se han venido sucediendo desde que el PP comenzara con los recortes a las ayudas que recibe el sector.

La llaman La Marcha Negra, por el color del polvo de carbón que extraen y que se adhiere a sus ropas y a su piel. Marchan cantando el tradicional himno Santa Bárbara Bendita y llevan pancartas con las leyendas "Quieren acabar con todo", "No al cierre de la minería del carbón", "En defensa de las comarcas mineras".

Los mineros cuentan con el apoyo unánime de las localidades que cruzarán, ya que los municipios grandes y pequeños han puesto a su disposición los medios necesarios para albergar a los mineros y los que no cuentan con pabellones deportivos en los que puedan pasar la noche, han ofrecido escuelas o casas rurales.

 
Las protestas, la represión y el himno tradicional Santa Bárbara bendita

Durante 19 días, las columnas recorrerán caminos y carreteras con el objetivo de exigir el cumplimiento del Plan del Carbón y decir no a los recortes del Gobierno que amenazan con acabar con el sector y el empleo. Las diversas columnas que confluyen se encontrarán el mismo día 11 en las afueras de Madrid.

Un poco de Historia:

Los mineros de Asturias, principalmente, y de las regiones de Aragón y León tienen una gran experiencia de lucha, Se recuerda, por ejemplo, que en el año 62 los primeros protagonizaron un enfrentamiento mayúsculo con el entonces todopoderoso Francisco Franco, aunque parezca increíble lograron torcerle el brazo. Su participación en la guerra civil del lado republicano fue muy importante, como así también las represalias por parte del régimen. Su tradición de lucha, que alcanza ribetes míticos, arranca en el siglo XIX y por lo general tuvo que ver con reivindicaciones en el salario y las condiciones laborales.

Nuevos (o viejos) condicionantes económicos:

El carbón extraído en España no resulta rentable frente al importado, es de menor calidad y su costo por tonelada es superior, por ejemplo al inglés, incluso puesto en los puertos españoles. A tal punto que las empresas consumidoras de carbón -principalmente las eléctricas- recurren en un 70% al carbón importado. Además están los problemas vinculados a la reducción de gases contaminantes que desaconsejan la utilización del carbón a los fines de producción de energía. El costo por tonelada del carbón producido en España ronda los 90 euros en tanto el importado se reduce a cincuenta. Desde el punto de vista de un economista que piensa en la eficiencia y lo apura la reducción del gasto fiscal, no cabe otra alternativa que la quita. Pero hay distintas formas de realizarla.

En 1985, poco después de la llegada del PSOE por vez primera al Gobierno, las minas de carbón españolas aún daban ocupación a 52.910 trabajadores. Desde entonces, los sucesivos planes de ajuste y reconversión —sin despidos traumáticos, con generosísimas prejubilaciones y con cuantiosas medidas de acompañamiento y compensación social y territorial— redujeron el empleo carbonero en el país a menos de los 7.900 obreros que en la actualidad en trabajan en 47 explotaciones. Y la producción cayó de menos de 20 millones de toneladas a 8,5 millones. Esa política de reducción progresiva y con fuertes incentivos y contraprestaciones dio sus frutos minimizando las tensiones de la reconversión. Durante todo ese tiempo el PP criticó ácidamente las políticas de reducción del PSOE prometiendo que de ser gobierno no tocaría a los mineros. Cuando entre 1996 y 2004 lo fue, redujo el empleo por encima de lo pactado con los sindicatos.

La llegada del PP nuevamente al gobierno en 2011 significó profundizar lo hecho. La reciente decisión de reducir abruptamente las subvenciones en un 63%, encendió la hoguera. Para los mineros aceptarlo significa resignarse a la práctica desaparición de decenas de pequeños pueblos y localidades donde el empleo generado por el carbón es el único existente. Hoy no se juegan el salario sino directamente la subsistencia, de ellos, sus familias y el de un modo de vida tradicional.

Reclaman con justa razón porque hay otros sectores de la economía que reciben tanto o más estímulos del gobierno. Mencionan, por ejemplo, la producción del plátano en Canarias o los desarrollos en energías renovables.

La economía de una sociedad no un problema que deban resolver exclusivamente los economistas y los administradores es un problema esencialmente político:

El caso de los mineros del norte español es uno más que demuestra que los cambios estructurales que hacen a las reformas económicas de un país deben tener en cuenta en su ecuación a las problemáticas sociales. La economía no es una ciencia exacta, es una ciencia social, tiene que ver con el bienestar de la población, y con la preservación y estímulo de las formas de vida y culturales desarrolladas por las comunidades durante cientos de años. Los cambios, muchas veces necesarios, deben tener tanto en cuenta las urgencias puramente económicas como los condicionamientos sociales, ser progresivos y dar tiempo al reacomodamiento de las costumbres y la forma de vida, ofreciendo otras alternativas viables o bien directamente ser pospuestos hasta que las condiciones sean más favorables. Pero nunca deben enfrentar a las comunidades y mucho menos condenarlas a su desaparición

El objetivo de la economía debe ser la gente y no cerrar las cuentas fiscales o satisfacer las avaras exigencias de los organismos supranacionales. El hilo no puede seguir cortándose por lo más delgado: la vida de las personas y de los pueblos, declarándolos prescindibles o inviables.

Sucede algo similar con las posturas de los ecologistas o defensores del medio ambiente, como se quiera nombrarlos. Sucede que analizada desde la teoría y desde los escritorios hay actividades que estarían condenadas a la desaparición por no eficientes y altamente contaminantes, sin embargo en ellas están involucradas personas y formas culturales. El medio ambiente como objeto de la teoría ecológica es imperioso que incluya a las comunidades humanas además de las animales y vegetales y de los componentes inanimados (agua, aire y suelo). El diagnóstico y las soluciones -porque se trata en gran medida de una  ciencia (multidisciplinar) aplicada y de una tecnología "limpia"- debe necesariamente incluirlas.

bastadeodio                                                               

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