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lunes, 25 de junio de 2012

¡NUNCA DEBIÓ SER CONDENADA!

Romina Tejerina: La cara del dolor
La joven jujeña Romina Tejerina, condenada en 2005 a 14 años de prisión por matar a su beba, a pesar de que denunció que ésta había sido concebida producto de una violación, recuperó su libertad. Los hechos por los que fue juzgada y condenada ocurrieron en 2003.

Romina Tejerina salió esta mañana del Penal Alto Comedero y fue liberada, según lo que establecen los procedimientos, al cumplir los dos tercios de la condena y verificarse su buen comportamiento en la prisión.
Romina abandonó el penal acompañada por su hermana, Mirta, y en el día de su cumpleaños número 29.

Los jueces consideraron en el juicio, en base a la declaración del supuesto violador Eduardo Vargas comerciante y hermano de un policía de la zona, que la relación había sido consentida. El fiscal argumentó en ese sentido que "Romina usaba minifaldas, salía a bailar y se peleaba con sus padres" y solicitó la pena de reclusión perpetua.
El fallo, que contempló como un atenuante el estado emocional de Romina al cometer el filicidio, fue apelado y llegó a la Corte Suprema de la Nación, que lo ratificó.

En mayo de 2009 la Justicia Jujeña rechazó un pedido de la defensa de Romina de que se le concediese el beneficio de la prisión domiciliaria. Un beneficio que a todas luces se concede con frecuencia a peligrosos criminales, curas pedófilos y hasta genocidas, le fue negado a Romina por "improcedente" y "carente de sustento". Lamentablemente no es raro, la justicia de nuestro país suele ser inflexible con las víctimas y muy contemplativa con los victimarios.

Ayer por la mañana, a la salida del penal, además de los familiares que esperaban a Romina para fundirse con ella en un abrazo en el día de su cumpleaños, estaban presentes agrupaciones feministas y sociales que reclamaron en diferentes oportunidades por la libertad de la mujer y que expresaron la necesidad de que el agresor de Romina sea juzgado por el “delito de violación”, ya que en su momento solo estuvo 23 días detenido y un juez jujeño lo liberó por considerarlo "libre de culpa".

En varias declaraciones posteriores luego de la condena, su hermana Mirta expresó que “la cara de Romina es la cara visible del dolor que les toca vivir a muchas mujeres”.

En la condena a Romina y en la liberación del violador -que aparecen como las dos caras de una misma moneda- operaron todos los prejuicios y taras de la sociedad y la justicia jujeña (y nacional), los que impiden ver en la mujer víctima de la violencia sexual a alguien que hay que proteger.
Al que suelen proteger, en cambio, es al agresor, dirigiendo muy a menudo la responsabilidad por lo que pudo suceder, tanto como antecedente como consecuencia de la violación, hacia la propia víctima a la que dejan sola en su desgracia. La actitud del fiscal en esa causa no es para nada infrecuente.

Nuevamente Mirta, la hermana de Romina, resume con mucha claridad la experiencia vivida: “En este tipo de situaciones uno busca el amparo del otro, el acercamiento al otro, el compartir con el otro y dar cuenta y comprender esta situación, que no es un problema de uno, sino que es un problema de todos.

Todas las Rominas -reales y potenciales- claman porque la sociedad y la ley las protejan. En ningún caso una joven o una mujer que atraviesan un embarazo no deseado por causa de una violación debería estar obligada a ocultarlo y a perpetuar las consecuencias dolorosas de la violencia sufrida.
Por eso resulta inconcebible que aún hoy los prejuicios religiosos o de cualquier tipo le impidan a las mujeres víctima de violencia sexual a reparar, por lo menos en parte, el daño que se les ha infligido.

El aborto en condiciones seguras y sin que se requiera la intervención de un juez que lo autorice, en los casos de embarazo por causa de violación, es un derecho de la mujer incorporado a las leyes. No pueden existir limitaciones ni sociales ni legales en su ejercicio. Hoy se ha avanzado mucho en el segundo aspecto, en relación a la situación que le tocó vivir a Romina, pero todavía queda mucho camino por recorrer en el primero, el social, y ese es definitorio -quizás mucho más que el legal- como garantía de su cumplimiento.

bastadeodio                                                               

3 comentarios:

  1. Entiendo tu postura y comprendo el correlato de tu explicación, Profe; pero tenía que llegar esta chica a esa instancia? Porqué no buscó los medios de abortar? Si; era chica, tenía miedo, estaba llena de emociones perturbadas por el brutal suceso; pero luego, lo mató. En su cabeza eso también debía de inferir, no una imaginada condena o vergüenza social o familiar, sino al sistema penal mismo encima de ella.

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    1. Daniel, a mi también me impresiona y me causa un dolor muy grande que haya tenido que llegar a esa instancia terrible pero lo que me parece que debe ser condenado es la actitud de la sociedad que mira para otro lado y condena a la víctima, que la deja sola, la lleva a la desesperación y luego la condena. En el caso de Romina la que yo veo juzgada y condenada es la sociedad Jujeña que permite que un criminal ande suelto y condena a la cárcel a la víctima. Y por intermedio de esa condena se juzga a buena parte del establishment nacional que reafirma la justicia de su condena y el espanto ante el crimen cometido por ella, crimen al que esa misma sociedad la impulsó a cometer.

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  2. Completamente de acuerdo, Profe. Ya llegará el día para todas las mujeres. Pero falta tanto...
    Daniel: ¿qué medios? ¿dónde debió buscarlos? No es tan fácil, en ningún sentido... por no hablar de peligroso si además no contás con guita de sobra y rápido, y conocer a la gente correcta. El resto es desesperación y miedo. Abrazos.

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