Por una Patria Justa, Libre y Soberana

Una Patria Justa, Libre y Soberana - 17 de octubre de 1945 - 17 de octubre de 2015 - Día de la Lealtad - Setenta años

domingo, 15 de diciembre de 2013

saqueadores de otro tipo

Una investigación realizada en el ámbito del Ministerio Público Fiscal -encabezado por Alejandra Gils Carbó- puso el foco sobre la forma en la que operan las financieras, asociaciones cooperativas y mutuales y compañías de crédito en el mercado de crédito para consumo.
La conclusión es que tanto las entidades que operan en el circuito formal (algunas vinculadas con bancos tradicionales), como las que lo hacen de manera informal (por folletería callejera, sólo con teléfono o dirección de mail de contacto), practican a diario un verdadero saqueo sobre bienes e ingresos de personas de bajos o medianos recursos.
Tasas de interés abusivas y sin control, condiciones leoninas de contratación y ejecuciones judiciales contra el deudor sin derecho a defensa son parte de estas prácticas en una actividad en expansión, pero aún carente de adecuado control y regulación.

La trama de oferentes que otorgan este tipo de créditos está compuesta por cuatro tipo de entidades:
- compañías financieras
- comercios (retailers)
- cooperativas y asociaciones mutuales
- compañías de crédito.

Las tres primeras se rigen con algún grado de regulación y control. El mayor descontrol se da en la cuarta categoría. Engloba a compañías registradas con locales en la vía pública hasta compañías (?) que funcionan mediante folletería callejera. Por su número, aunque indeterminado, es el tramo más extendido, el que se presta a mayor cantidad de abusos y constituye, por su extensión, un verdadero sistema bancario en las sombras o, mejor dicho, un verdadero territorio de caza desregulado.

Las operaciones de crédito bancario y la financiación mediante tarjeta de crédito tienen una regla que no alcanza al resto: la tasa de interés está regulada. Sin embargo surgen diferencias notables según quién sea el que otorga el crédito: mientras la banca pública cobra en promedio sobre los créditos personales un costo financiero total del 52 por ciento anual, la banca privada oscila entre 80 y 110 por ciento (promedio, 97) y las compañías financieras y de crédito entre 115 y 165 por ciento anual (promedio, 135).
Las tasas abusivas ya configuran un saqueo al bolsillo del consumidor. Sin embargo resta lo peor, porque hay un importante número de éstos que por diversas razones queda fuera de este circuito formal. Veamos.

Saquean a los más débiles:

La investigación realizada por Germán Feldman, y coordinada por Pedro Biscay, realizó un rastreo circunscripto a la ciudad de Buenos Aires sobre la ubicación de los oferentes no bancarios de crédito. La conclusión más relevante es que, fuera del circuito del microcentro, la mayor concentración de oferta se da en Once y Constitución, en primer lugar, y en un segundo escalón Pompeya, Liniers, Flores y Primera Junta: los barrios y zonas comerciales ubicadas “de Rivadavia hacia el sur”. Se trata, según los autores del trabajo, de barrios con ingresos promedio inferiores a la media de toda la ciudad, pero además son áreas de enlace de transporte con áreas suburbanas de zona sur y oeste, también caracterizadas por sus bajos ingresos. Es allí donde apunta la captación de clientes de créditos para consumo.

Al momento de contraer un crédito, al deudor se le solicita la firma de un pagaré por la suma total adeudada, como una cláusula más del contrato. Al momento de la ejecución, el pagaré adquiere autonomía y se convierte en un título ejecutivo, al margen de la relación causal que dio origen al préstamo. Tal como señaló la Cámara de Apelaciones en lo Comercial, “la obtención de un título ejecutivo que asegure al proveedor de crédito una vía expedita para el cobro es la regla de oro en el otorgamiento de créditos para el consumo”.

La investigación de Feldman analizó 61 juicios iniciados por una misma sociedad anónima. En los 58 enmarcados en créditos de consumo, la demandante presentaba el pagaré solicitando el embargo de haberes, o en su defecto bienes muebles, inmuebles y cuentas bancarias. En 53, la resolución judicial fue favorable al acreedor. Sólo en dos el juez pidió a la sociedad demandante que acompañe el instrumento mediante el cual se otorgó el préstamo para verificar que se cumplieran los requisitos de la ley que protege al consumidor financiero.

La resolución de las causas judiciales, en definitiva, termina reproduciendo las mismas condiciones de desigualdad que imperan en la contratación de un crédito para consumo, concluye el informe.

(Ver nota completa en "Saqueo financiero en las sombras", por Raúl Dellatorre, Página12)

Se podrá decir y con razón que estos son saqueadores "minoristas" comparados con los grandes exportadores de cereales o los monopolios estructurales del tipo de Techint, que especulan con las divisas y condicionan fuertemente los precios internos de la economía. Sin embargo, este tipo de saqueo a diferencia del segundo -que es más mediato y global- castiga directamente los bolsillos de los consumidores y, como muestra la nota, especialmente lo hace con los sectores sociales que cuentan con menores recursos para defenderse ante los abusos.


bastadeodio                                                                     

jueves, 12 de diciembre de 2013

crecimiento económico y equidad social

Espectacular vista del Rosario lindo
En la Década Ganada 2003-2013 la economía nacional ha crecido a tasas (relativas y promedio) nunca antes alcanzadas durante un período tan largo de tiempo.
Al mismo tiempo los índices que miden la pobreza extrema han descendido hasta ser de los menores de la región. El hambre prácticamente ha desaparecido de nuestro país dijo recientemente Juan Carr.
Son indudables éxitos. Sin embargo la pregunta que nos debemos hacer es si siguiendo por el mismo camino -quizás con ajustes menores- es posible continuar avanzando en pos del objetivo político-social de alcanzar una democracia real con equidad social.

Ciertos fenómenos que se han ido concretando en el último quinquenio siembran fuertes dudas al respecto. Según un número creciente de opiniones bien fundadas continuar mejorando, como lo hicimos en esta década que termina, implicará cambios profundos -estructurales- en el modelo de crecimiento y no solo ajustes parciales tales como reducir la tasa de inflación, mejorar la balanza comercial o moderar el gasto fiscal.
Tal vez un ejemplo apropiado de cual es la problemática -muy compleja- a la que nos enfrentamos esté dado por el documental Ciudad del Boom, ciudad del Bang (2013), realizado por Marcelo Céspedes para la revista Crisis. Aquí está completo, dura 44 minutos, merece la pena:

 
Enrique Martínez, ingeniero y peronista, actualmente integrado al Movimiento Evita es un intelectual muy respetado que se ha pasado la vida pensando el país en clave nacional y popular. Ha ocupado altos cargos, diputado nacional, presidente del INTI y otros. Hoy está en el llano pero no ha dejado de pensar y militar.
Enrique opina que la estrategia del movimiento nacional de aquí al 2015 y más allá exige ciertos cambios de orientación profundos. En buena medida sus reflexiones -leer especialmente su artículo "El debate necesario. Mi punto de vista"- son complementarias del documental, sugiero pasarse por su sitio web y leerlo.
No agrego por el momento nada más, ambos, el documental y las lecturas, los considero un buen aporte para la reflexión y eventualmente el debate.

bastadeodio                                                                  

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Defender la democracia

Solo un necio o mal intencionado puede negar que este gobierno nacional actual y los dos que le antecedieron del mismo signo político fueron los que en estos treinta años de democracia más hicieron para fortalecerla.

Si la democracia es mucho más que el acto formal -aunque fundamental- de las elecciones, es porque ella representa un medio, un continente, para la paz, la prosperidad, la justicia social y la expresión cultural en libertad. Ahora bien estos y otros ideales similares al concretarse en la realidad de todos los días se materializan solo en parte, de forma casi contradictoria, con avances y retrocesos y, como la vida misma, siguen derroteros imprevisibles y sumamente complejos.

Los sucesos de estos últimos días generados a partir de la sublevación policial en Córdoba nos sacudieron a todos, lo peor es que hay que lamentar -por ahora- doce muertes estúpidas, injustificables, que empañarán para siempre tanto los festejos de los democráticos treinta años como los de las próximas fiestas.

Se ha discutido y se discute si era momento para "festejos" como el convocado en Plaza de Mayo por el gobierno nacional, si la causa del ilegal reclamo policial está en el deterioro del salario provocado por la inflación o si, sin negar estas razones, la verdadera causa hay que buscarla en el accionar de individuos y grupos que atentan contra el gobierno y la democracia misma y que encontraron una forma fácil y espectacular de expresarse.
Es medio al pedo esta discusión ya que es probable que a unos y otros les asistan buenas razones y no son -a mi juicio- el problema central.

También se acusa de degenerados a los propios saqueadores condenándoles moralmente por el hecho de robar electrónicos en lugar de comida (cuando lo cierto es que comida, lo que se dice comida, no les falta pero si muchos de los bienes que a la vista de todos parecen definir hoy a la felicidad).

En fin, más allá de cualquier análisis, mucho de lo que se ha dicho y escrito en estos aciagos días ha pecado de una elevada dosis de hipocresía cuando no de estupidez o mala intención.

Por parte de los ejecutivos provinciales, que califican de extorsionadores -incluso de subversivos- a los policías sublevados pero a la vez les conceden sus reclamos y les prometen que no habrán sanciones, cuando una cosa que es justa -un salario digno- no requiere de la otra que es visiblemente injusta, indigna e inconveniente, pero tiene la "ventaja" de asegurarles una "paz" momentánea. Pan para hoy y hambre para mañana.

Por parte de los partidos de la oposición que no se unieron como deberían haberlo hecho junto con los gobiernos provinciales y nacional en el repudio del accionar policial y en la propuesta de soluciones a mediano y largo plazo que espero que alguna vez se planeen y pongan en marcha.

Por parte del gobierno nacional porque es a todas luces insuficiente recurrir a la existencia de una conspiración malévola para explicar la magnitud de un fenómeno que obedece a causas mucho más profundas, permanentes y preocupantes. Reconocidas éstas, en parte, por la propia presidenta Cristina Kirchner cuando en su discurso -inexplicablemente "no encadenado"- de ayer señaló que en la raíz del problema está la falta de control político de las fuerzas de seguridad.

Los hechos de esta última década muestran que -por lo menos en el mediano plazo- la inveterada actitud sediciosa de la Fuerzas Armadas está debidamente conjurada. Ese inmenso logro nacional es de todos, de los sucesivos gobiernos (unos más, otros menos) y del pueblo en su conjunto (también en este caso de algunos más y de otros menos).

Si pudimos con los milicos (dicho esto con actual respeto) como no vamos a poder con los "canas" (dicho esto con mucho menos respeto). ¿Podemos acaso ignorar el papel que las policías jugaron en el esquema represivo de la última dictadura militar? ¿Podemos acaso ignorar la corrupción estructural que siempre las ha acompañado?. Con los "canas" parece que hemos decidido no meternos. No les hemos en estos treinta años de democracia más allá de algunos intentos localizados, esporádicos e inconclusos, metido mano como se debería haber hecho.

Seguramente no debe ser así. Demos cambiar en serio. Es una cuestión de supervivencia de la democracia real aunque no lo sea de la formal. La profesionalización y jerarquización de la fuerzas de seguridad son objetivos que solo se pueden conseguir a partir de una firme decisión de toda la dirigencia política y social que debe dejar de lado intereses particulares aunque sean legítimos para reconocer que en esta partida nos la jugamos todos, los pro y los anti, pero también los indiferentes.
No será fácil porque hay muchos que se declaran defensores de la democracia pero de hecho lo son siempre y cuando ésta no obstaculice el logro de sus propios objetivos.

Deliberadamente he evitado referirme a los argumentos socio culturales que buscarían explicar el porque miles de ciudadanos con sus "necesidades básicas" parcialmente satisfechas o simplemente satisfechas se "apuntan" a saquear locales comerciales para llevarse electrodomésticos. Es importante, pero en este momento simplemente no me parece que sea el tema fundamental.

bastadeodio