¡Es la Política, solo eso!

Para los que creen que la política se reduce a las campañas electorales, al acto del voto, a contar, a obtener un resultado y a consagrar al ganador o ganadora, la realidad de estos días de diciembre, tan distintos a aquellos de diez años atrás, pero que también fueron de la política en acción, operaron como un sonoro desmentido.

Los medios -los de siempre- comprometidos con la oposición más cerril, interpretan los ruidos como señales de pelea dentro de la coalición de gobierno, total eso -piensan y dicen- es lo habitual dentro del peronismo, como si tales peleas o discusiones ruidosas fueran exclusivas de el y no se diesen en todas las fuerzas políticas (baste recordar, por ejemplo, el último cónclave radical). Y agitan viejos fantasmas de enfrentamiento aunque la situación actual sea incomparablemente distinta a la de 1974.

Otros tratan de pescar en río revuelto y ponderan en exceso a aquél que un poco antes habían criticado agriamente, al punto de separarse, de colocarse "en la vereda de enfrente", de vestirse de  azul y blanco. Puro oportunismo y si tienen éxito, lo que es altamente improbable porque Moyano los conoce bien y no come vidrio, será "el abrazo del oso" ese que ahoga al abrazado.

Hugo Moyano, jefe de la CGT, de la única, la real, líder de uno de los sindicatos más poderosos del país, festejó el día del camionero y habló. Y sus palabras y la movilización con que las acompañó fueron una expresión viva de la política. Una toma de posición frente a propios y extraños y una demostración de fuerza.

Se quejó agriamente del papel cumplido por el PJ nacional y provincial, fue un poco ampuloso al hacerlo, es cierto, pero quiso que su queja fuese sonora. La realidad es que en el reparto de legisladores fue demasiado poco lo que obtuvo el sector que representa y todo el mundo esperaba de su parte una reacción. Reacción que finalmente se produjo. Renunció a los cargos en señal de protesta pero reafirmó su peronismo y su voluntad de no abandonar la lucha, sino de construir desde dentro una alternativa fuertemente peronista según su interpretación legítima de lo que esto significa una representatividad de los trabajadores en el movimiento y en las futuras listas de candidatos.
Algunos se apresuran a interpretar que su discurso va dirigido en exclusividad contra el gobierno y con quien se prepara para luchar es con el. Más se quisieran, seguramente se van a quedar con las ganas, los reclamos que se sucederán estarán contenidos dentro del marco de un proyecto al cual Hugo Moyano no ha renunciado sino que, por el contrario, se ha reafirmado en el. NO habrá ruptura, solo discusiones, algunas un poco subidas de tono. Todo lo que sucede es en preparación de ese escenario, ni de confrontación ni de baile de egresados, de la política en acción.

Cristina advirtió que se vienen tiempos de sintonía fina que para nada significan, tiempos fáciles, tiempos de corregir pequeños detalles en un entorno de placidez.Todo lo contrario, la crisis internacional impone tiempos difíciles en los cuales los que ganaron muchas posiciones en estos años pasados tienen que moderar su marcha de mejoras relativas en favor de los que todavía esperan para incorporarse mediante el trabajo formal a un mayor bienestar, más estable y digno. Y eso se traduce en que además de la cuestión salarial en muchas ramas de la industria deberá figurar en las paritarias y en otras instancias de dialogo, la cuestión de la reinversión de utilidades, la de incorporación de tecnología, la de creación de empleo.

Crear empleo genuino requiere inversión y como también dijo Cristina, que siempre avisa lo que piensa hacer y luego lo hace, no piensa recurrir al endeudamiento y a la flexibilización laboral para estimularla. Ella pretende inversión genuina de utilidades por parte de los empresarios nacionales y extranjeros, empleos de calidad, mejora de la competitividad, avanzar en la sustitución de importaciones, incorporar tecnología e innovación nacionales, quebrar la dependencia del país con respecto a la exportación de commodities, ampliar el intercambio de bienes y servicios con los países del mercosur y de la región como forma de reducir la dependencia externa con respecto a los países centrales. Si algo hay que reconocer es que hay un proyecto y que es difícil, ambicioso pero coherente y en ese proyecto Moyano y la CGT son una parte integrante fundamental, la columna vertebral, para utilizar una frase muy cara a los peronistas.

Moyano es consciente de esta situación, de lo poco que ha obtenido en el plano de los cargos políticos y de la necesidad, en consecuencia, de fortalecer sus líneas, entre ellas la conducción de la propia CGT amenazada por los "dialoguistas" la forma elegante de referirse a los "gordos" que siempre transaron con todos los planes de privar a los trabajadores de sus derechos y que están dispuestos, como siempre, a ofrecerse para hacerlo nuevamente.

Del otro lado está el conjunto de factores del poder liberal restaurador que se aprovecha de la cobertura peronista, como el lobo disfrazado de caperucita, representada por los residuos del duhaldismo y su pata sindical de la Azul y blanca, totalmente derrotados en las últimas elecciones pero aún esperando tragarse de a pedazos al proyecto nacional.

En ese estrecho margen , en esa cornisa que lo obliga a un delicado equilibrio está obligado a moverse Moyano. Yo personalmente no dudo de su habilidad más que probada en lograrlo.

En tanto Cristina necesita de estos dos polos, de la CGT peronista de verdad, consubstanciada con el proyecto dentro de los límites que le impone la realidad actual pero tratando de expandirlos y también necesita de los empresarios. Ella debe conducir al conjunto y a la vez producir los cambios permanentes que mejoren objetivamente la vida de millones de compatriotas que aún esperan por un lugar en la mesa nacional.

bastadeodio