La actitud de los diarios Clarín y Nación que se denominan a sí mismos como "la prensa" olvidando que son solo dos de un conjunto muy grande de diarios, están tomando una actitud que raya en lo absurdo, en el ridículo y que no admite ninguna explicación ni lógica ni material que sea satisfactoria.
La actitud consiste en que básicamente ellos se consideran a sí mismos autorizados, mejor dicho obligados, a hacerse eco de todas las denuncias fundadas o no sobre el accionar del gobierno pero se consideran al margen de cualquier tipo de críticas por ese proceder. En otras palabras, ellos pueden criticar, con o sin fundamento, todo lo que quieran e imprimirle a esa crítica la intensidad que crean conveniente. Pero no están dispuestos a admitir ningún tipo de crítica dirigida hacia ellos. Cualquier crítica a su forma de tratar las noticias es siempre "un ataque a la libertad de expresión" o una prueba de "hacia adónde se dirige el gobierno".
La crítica puede provenir de otro periódico colega, en ese caso es un órgano pagado por el gobierno, lo que automáticamente lo descalifica.
Y si la crítica proviene de un funcionario del gobierno, aunque éste sea el ministro del interior, ¡agarrate catalina!, se estará en los prolegómenos del nazismo o del fascismo, la democracia se encuentra en peligro y pronto se terminará la débil libertad de prensa de la que gozamos.
Adviértase de que en ningún caso se trata de que alguien profirió una amenaza pública, ni mucho menos inició alguna acción legal o impulsó alguna legislación restrictiva de la libertad de prensa o de expresión. No, simplemente hizo pública su opinión con respecto a como ciertos medios, solo dos, Clarín y Nación, han manejado una cierta y particular información y decidió hacer públicas estas reflexiones frente a los periodistas de los distintos medios. Esto ocurre a menudo en cualquier país del mundo. A los gobiernos se les reconoce el derecho a la defensa. De no ser así no viviríamos en una democracia sino en una dictadura de los medios.
Es conveniente tener en cuenta que los dos únicos diarios de los 12 más importantes de la capital que hicieron esas portadas que se muestran son los "acusados" por Randazzo. Los demás diarios o no le dieron importancia - con la única excepción del Cronista- o se manifestaron en desacuerdo con la reacción del dúo periodístico (Página12 y Tiempo Argentino).
¿Qué dijo Randazzo que provocó esa reacción de los socios?
Después de explicar que el recuento definitivo de las primarias del 14 había arrojado un resultado muy similar al recuento provisional y que en definitiva solo se habían denunciado en la provincia de Buenos Aires 6 mesas sobre cerca de 85000, el ministro se concentró en criticar el tratamiento que esos dos diarios le habían dado a las denuncias, para él sin fundamento, hechas públicas por un sector de la oposición -pero nunca efectivamente denunciadas ante la justicia- de la existencia de serias irregularidades e incluso de fraude.
En la misma sintonía que el Presidente de la Corte Suprema el Juez Lorenzetti, Randazzo dijo que esas denuncias lesionaban a la democracia en tanto y en cuanto echaban dudas sobre un proceso electoral que se había desarrollado con transparencia y sin inconvenientes importantes. Dijo Randazzo:
“contrariamente a lo que quisieron instalar algunos medios como Clarín y La Nación y algunos partidos opositores, los números reflejan con exactitud los datos que se dieron a conocer la noche de la elección. Esos medios y esos opositores no atacan a un gobierno ni a un partido político sino a la calidad institucional. Se ha faltado a la verdad para afectar un acto transparente”
Y agregó:
"tengo la convicción que ha sido un proceso de omisión y tergiversación de información para empañar un acto electoral, acompañado por miembros de la oposición".
Y culminó:
"Fue un ataque a la calidad institucional. No queremos dejar pasar por alto la irresponsabilidad de ciertos medios de comunicación y de buena parte de los dirigentes de la oposición en una operación claramente atentatoria contra la democracia y la calidad institucional”.
Un hecho que no hay que dejar pasar es que según su punto de vista ellos son "La Prensa" y el grupo de dirigentes denunciantes son "La oposición", claramente usurpando la representación de una totalidad que no les corresponde. Tampoco se puede dejar pasar el editorial de hoy del Editor General de Clarín, Ricardo Kirschbaum, titulado: "Peligrosa incontinencia verbal" (claro, la de Randazzo).
En ese editorial Kirschbaum sugiere de una forma elíptica que por este camino de ataque a "la prensa" el gobierno se acerca a reeditar las situaciones que vivimos en nuestro país con López Rega y su "teoría" de la sinarquía internacional como el enemigo que se debía enfrentar. O sea, López Rega sería Randazzo, o el gobierno, y la "sinarquía" sería, desde luego a la vista del gobierno, "la Prensa" y "la Oposición". Claro una situación así desenboca en la violencia sobre todo si existe "la Cámpora" según estos medios un equivalente de la guerrilla de los setenta. El delirio es tan grande, el absurdo de esa línea de pensamiento tan mayúsculo que no vale la pena discutirlo. La pregunta es ¿Si el no lo ignora, porqué aún así vierte tal tipo de analogía, además de manera encubierta sin explicitarla?.
Este tipo de interpretaciones y analogías no son nuevas, los opinadores habituales del diario La Nación las frecuentan con asiduidad, se dirigen a crear la ilusión en los lectores que vivimos en una situación de amenaza a las libertades democráticas, porque el gobierno, que es peronista y en consecuencia es totalitario, además goza, como Perón, de un amplio respaldo popular que lo hace potencialmente más antidemocrático aún. En otras palabras la historia se repite y la garantía de que ello no ocurra es la vigilancia que ellos "los verdaderos demócratas" cargan como una obligación sobre sus espaldas. Vaya cinismo, ellos que apoyaron y se beneficiaron económicamente y en mil formas más de la dictadura más sangrienta que recuerda nuestra historia.
Lo hacen porque alguien puede creerles, pero sobre todo porque de esa forma orientan según sus mezquinos intereses el discurso de parte de la oposición, generando lealtades y obligaciones.
Sin embargo su poder está muy disminuido, la crítica de Randazzo es totalmente oportuna, no se les puede a esos enemigos de la democracia dejarle el lugar de ser sus guardianes. No lo tienen. No lo merecen. Desde el 2003 vivimos un período de plenas libertades democráticas en el cual este modo de convivencia se ha ido profundizando a nivel popular a pesar de los obstáculos permanentes puestos por aquellos que la declaman pero no la practican. Que cuando son mayoría relativa, como ocurrió con el grupo A, muestran su esencial autoritarismo. Son los que, como pierden las elecciones, recurren a operaciones mediáticas para disminuir el efecto negativo de la derrota. Insisten en un camino que los aleja cada vez más de obtener el respaldo popular que se les niega.
El Pueblo espera colaboración entre los políticos y sus agrupaciones, que lo que está bien hecho se mantenga y que lo que se pueda mejorar que se mejore y que lo que está mal, siempre pensando en el beneficio de la mayoría y no de unos pocos, sea removido. El Pueblo quiere más democracia y mejores dirigentes, más generosos, más dispuestos a construir y colaborar que a obstaculizar y destruir. El Pueblo está harto de los ciclos y los anticiclos, quiere con justa razón crecer en paz y con equidad.
bastadeodio
Son los que, además, cuando pierden por paliza como en Tucumán, hablan de los votantes como "ganado" que arrían a votar...
ResponderEliminarCoincido, profe, y me quedo con esta frase: " no viviríamos en una democracia sino en una dictadura de los medios".
Abrazo.