Por una Patria Justa, Libre y Soberana

Una Patria Justa, Libre y Soberana - 17 de octubre de 1945 - 17 de octubre de 2015 - Día de la Lealtad - Setenta años

martes, 2 de octubre de 2012

Compañero Octavio Getino, Presente!

Octavio Getino veía en el cine, además de un arte, una forma de compromiso militante y fue consistente durante toda su vida con ese compromiso.

A Octavio lo considerábamos en los años setenta un compañero, un militante más que ponía toda su capacidad, que era mucha, al servicio de la causa de la liberación de nuestros pueblos de América latina.

Junto con Fernando Solanas, Gerardo Vallejo y un número importante de realizadores de todo el continente crearon a comienzos de esa década un movimiento conocido, en la Argentina, como Cine Liberación, que tuvo enorme influencia artística y política. La idea central de este movimiento es que el cine, y en general las artes audiovisuales, son una herramienta muy poderosa en la formación de la cultura viva de un pueblo. Estas artes son mucho más que puro entretenimiento. Esta última concepción impuesta desde los EEUU y que capturaba a buena parte de los creadores y la industria locales, tenía por efecto generar una dependencia ideológica, cultural y económica en relación a los intereses de la industria estadounidense.

Pero esa problemática cultural no era más que el reflejo o manifestación de una estrategia general de dominación que se desarrollaba en todos los órdenes de la actividad económica, industrial, financiera y política de los países dependientes.

Cine Liberación se plantaba frente a esa dependencia y afirmaba que la defensa y estímulo de la identidad de nuestros pueblos, las especificidades de sus formas culturales, es una forma particular de una resistencia más general al desafío que plantea la dominación del imperialismo.

El hecho artístico de la creación se completaba con la participación activa del espectador, a punto tal que este último dejaba de serlo para integrarse en una obra de creación colectiva, en una suerte de ceremonia que tenía por finalidad crear conciencia y reforzar los lazos culturales y políticos entre las personas y los pueblos en función de lo que los une en sus particulares luchas.

Un ejemplo muy acabado de esta estrategia consciente es la producción "La Hora de los Hornos" en la que Getino y Solanas trabajaron junto al realizador cubano Santiago Alvarez. Ver la Hora de los Hornos en la situación de clandestinidad impuesta por la prohibición de la dictadura cívico militar de aquellos años, era un verdadero acto de militancia, desde el momento en que se pasaban a retirar las copias, hasta la elección del lugar de proyección y el desplazamiento de los espectadores, todo estaba pensado desde la clandestinidad impuesta por las circunstancias pero también contribuía a reforzar el compromiso con la obra y su contexto y transformaba cada proyección en un hecho político. Frecuentemente la proyección misma era interrumpida para dar lugar al debate entre los participantes (hay, por la forma en la que está construida la obra, incluso algunos puntos específicos para facilitarlo).
Cabe preguntarse ahora si desde la conveniencia de la dictadura no hubiese sido mejor no prohibir la película porque quizás de ese modo hubiesen reducido su poder para cambiar las cosas en la realidad, pero en fin, la respuesta es obvia, no está en la naturaleza de las dictaduras tanta sutileza, son como la parábola del escorpión y la rana. El escorpión pica, está en su naturaleza, aunque en ello se le vaya la vida.

En fin, recordar estos momentos vividos se convierte tanto en un homenaje a Octavio y a la coherencia personal, artística y humana, con la que encaró su vida, como un recordatorio de las razones por las que hoy muchos lo estamos homenajeando. Su trabajo de toda la vida y en tantos campos de la cultura no ha sido en vano, la huella que dejó es imborrable.

Adiós y Hasta Siempre, Compañero Octavio Getino.


bastadeodio                                                                     

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