Cuando en julio del 2010 la Cámara Federal integrada por los camaristas Jorge Ballestero, Eduardo Freiler y Eduardo Farah en fallo unánime confirmó el procesamiento dictado por el juez interviniente Norberto Oyarbide, de los imputados en la causa de las escuchas ilegales: Macri, el ex agente de inteligencia Ciro James, el ex policía federal y frustrado titular de la Metropolitana Jorge "El Fino" Palacios y disintió con la acusación sobre el ministro de Educación Mariano Narodowsky; Macri y sus secuaces calificaron a la sentencia de "mamarracho" y señalaron a Néstor Kirchner como el "ideólogo" del fallo.
Una acusación muy grave y sin fundamentos. No así la de la Cámara que está, como la investigación de Oyarbide, bien fundada en pruebas.
A juicio de la Cámara, en el expediente está demostrado el funcionamiento de un sistema "clandestino", que los jueces definen como "vertiente paralela" de la Policía Metropolitana creada por Mauricio Macri, montado para poder hacer determinadas operaciones de inteligencia que la ley le prohíbe al gobierno porteño. Usar a la Metropolitana como tapadera para realizar acciones de dudosa legalidad parece ser una costumbre de Macri luego del descalabro de la UCEP, como se puede constatar en la creación del grupo de operaciones especiales que en la práctica es utilizado para el control y represión de la protesta social. Una política de "seguridad" opuesta a la que impulsa el gobierno nacional.
Según la opinión de la Cámara, tiene asidero afirmar que Macri fue quien "insertó" a Ciro James en su gobierno, le dio un sueldo y "la cobertura necesaria" para que se dedicara a hacer inteligencia bajo las órdenes de Jorge "Fino" Palacios, primer jefe de la Policía Metropolitana y aparente pieza clave de esta supuesta organización de espías.
Las escuchas realizadas a Néstor Leonardo (cuñado de Macri), y Sergio Burstein constituyen simplemente la prueba de la puesta en marcha de esa asociación ilícita de la que Macri, con mucha probabilidad, sería el jefe.
Los camaristas sin embargo difirieron del criterio de Oyarbide con respecto a Mario Narodowski, por considerar que la maniobra de contratar a Ciro James solo requirió para concretarse de la complicidad del responsable de la administración de la cartera, Andrés Ibarra, que trabajó con Macri y Palacios cuando el primero presidía el Club Boca Juniors. Este fue el único asunto importante en el que los camaristas disintieron con Oyarbide.
A Macri, se lo acusa de cuatro delitos: asociación ilícita, falsedad de documento público, intercepción de llamadas telefónicas y abuso de autoridad.
Para la Cámara el hecho central probado en la instrucción es que el gobierno de Macri instaló "una estructura de inteligencia subterránea" y los casos de pinchaduras constatados no hacen más que acreditarlo. En esa asociación, el rol de Macri, según el fallo de ayer, era "asegurar, como máxima autoridad" de la ciudad que el aparato montado tuviera los recursos necesarios para funcionar. Muy cerca, según la interpretación de la Cámara, de estar imputado como jefe de dicha asociación ilícita.
Ya en esa época, julio de 2010, se sabía que Macri no tenía forma de evitar que el caso fuese a juicio oral.
Sin embargo los tiempos de la justicia son lentos. A pesar de que a Oyarbide se lo considera por parte de la oposición mediática de ser un juez "amigo" del kirchnerismo, se tomó casi dos años para concretar el envío a juicio oral, entre tanto sucedieron las elecciones para jefe de gobierno en las que Macri fue reelecto.
Ayer el mismo juez a cargo dio finalmente por clausurada la etapa de investigación y pasó "vista" de las actuaciones a todas las partes; lo que constituye el paso previo a la instancia oral y pública.
En la causa -tal como la eleva Oyarbide- continúa procesado Mariano Narodowsky. También tienen procesamiento firme los dos jueces y los policías misioneros que formaron parte activa de la asociación delictiva.
Hernán Del Gaizo, abogado de Sergio Burstein declaró: "Ha comenzado un proceso que puede terminar en la elevación a juicio ya que el juez dio por cerrada la etapa de instrucción. El juzgado nos pidió opinión a la partes para saber si la investigación está completa. Si coincidimos todos, estamos en condiciones de formular los requerimientos para elevar a juicio y en qué términos".
Macri dijo: "Oyarbide responde al kirchnerismo absolutamente" y siguiendo con sus denuncias del acoso que se practicaría sobre él desde la casa Rosada, en este caso por medio de jueces adictos, afirmó que el proceso no lo sorprende, que "Yo anuncié que dentro de este esquema de trabar y obstruir no iba a ser extraño que vuelvan con los jueces". Macri se hace, como siempre, el distraído.
"Es más de lo mismo", sostuvo el jefe de gobierno porteño. Para Macri, ahora el Gobierno quiere minar en el plano judicial sus aspiraciones electorales en 2015, pero negó que vaya a pedir licencia en su cargo para enfrentar la causa. "El 64 por ciento que me votó tiene claro que esto es un invento del kirchenrismo para complicar el día a día de la ciudad. Acá la gente piensa distinto", se defendió. Interesante (y falaz) argumento que Macri parece pensar aplicable a él y solo a él.
Más grave aún que estos insultos a la inteligencia de los ciudadanos de la ciudad son las políticas concretas de Macri, un ejemplo de ello es su actitud de no hacerse cargo del Subte y sabotear las paritarias, lo que deja sin ese medio de transporte a millones de usuarios. Otro ejemplo son sus políticas sociales que culpabilizan la pobreza y condenan a los más necesitados a carecer de los servicios más elementales que garantiza generosamente a los más ricos, en tanto llena las arcas de sus amigos empresarios de la construcción y de la especulación inmobiliaria con los dineros del Estado local.
Ahora -según él- se trata de limar sus aspiraciones para el 2015, antes -en el 2010- se trataba de su candidatura a ser reelecto como jefe de gobierno de la ciudad, porque para ser candidato presidencial no le daba el cuero.
La justicia le dio tiempo para efectivamente ser reelecto como alcalde, pero: ¡míster Macri!, como dicen en su admirado norte de américa, "el crimen no paga", aunque yo prefiero nuestro refrán que afirma algo similar: "a cada chancho le llega su San Martín".
El asunto de las escuchas ilegales por el cual Macri puede finalmente ser juzgado y condenado no debe ser separado políticamente del accionar de la UCEP, por la cual también se encuentra procesado, de la creación del grupo especial de agentes de la Metropolitana y en fin del resto de las políticas sociales y de seguridad que se impulsan desde el ejecutivo de la ciudad, incluida la negativa del PRO a votar la expropiación de las acciones de YPF en manos de Repsol. En su totalidad forman un conjunto coherente de políticas antinacionales y antipopulares.
Por todo ello Macri ha hecho méritos suficientes para ser el líder de la oposición restauradora de lo peor del neoliberalismo, sin embargo, así como es un pésimo y hasta ridículo imitador de Freddy Mércury, al alcalde no le da realmente el cuero para hacerse cargo de esa responsabilidad. Si los tiempos judiciales se lo permiten y logra modificar la Constitución de la ciudad quizás hasta pueda lograr quedarse un período más como jefe de gobierno, para desgracia de la mayoría de los porteños, aunque algunos pretendan ignorarlo.
bastadeodio
Y la condena debería ser una probation en el Borda, 5 años conviviendo con los internos.
ResponderEliminarBuen posteo. Esa pilcha es la que mejor le queda al tilingo.-
ResponderEliminarPasan los meses y me sigue aterrando que el 60% de BA votó esto, a sabiendas. Pudieron elegir entre unos cuantos iguales en lo ideólogico/mafioso y optaron por el único que -con seguridad- iba a hacer todo el mal posible adrede.
ResponderEliminarAdemas de esta causa puntual, no me puedo olvidar del edificio derrumbado de Mitre y Montenegro diciendole al flaco que buscaba a su padre "vamos a sacar escombros cuando terminemos de derrumbar".
La mezcla de tristeza, impotencia y bronca que me genera él, sus cómplices y encubridores mediáticos no se la deseo a nadie.
Tristeza si, bronca si, pero Luis, impotencia no, a este tipo no hay que cederle un tranco de pollo. Algunos opinan que elegirlo como el adversario a combatir es agrandarlo, es darle demasiada importancia, que, en fin, es en su favor. No coincido, estas cuestiones no están sometidas al calendario ni a las estrategias electorales es una obligación, si se quiere, hasta moral, combatir a este tipo de, como calificarlo, indeseables. Además material para criticarlo y mostrarlo como es no nos falta, hay que insistir, lo difícil lo hace más valioso.
ResponderEliminar