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jueves, 25 de noviembre de 2010

El papel de los intelectuales


Beatriz Sarlo preocupada
escribe Beatriz Sarlo una nota de cierta altura, inusual en este diario aunque no en ella que, solo al final, en el remate, se extravía.
su revelador título es:  Intelectuales, la tierra fértil del kirchnerismo. ¿Qué nos dice y les dice a sus lectores habituales esta intelectual orgánica del radicalismo?
En primer lugar, que aquí ha ocurrido un fenómeno, algo inesperado: El peso adquirido por el kirchnerismo en los ambientes intelectuales y culturales es imposible de ocultar. Aunque irrelevante en términos de votos individuales, el fenómeno amenaza con convertirse en un arma formidable (así lo ve ella) dirigida a influir, a lograr adhesiones, en capas mucho más amplias de la población.
Si antes lo de "Carta Abierta" le parecía poco importante ahora le parece que formó parte de una brillante estrategia de Néstor Kirchner, no consciente, según ella, pero sí exitosa. Igual sucede con la ley de medios (esta parte es la que más sorprende que se publique en "la nación"). Al respecto Beatriz dice textualmente:

"La ley de medios audiovisuales fue el capítulo donde se consolidaron esas adhesiones. Siempre pensé que ganar esas minorías representaba una victoria cultural que no debía subestimarse, porque cualquier gobierno, en cualquier parte del mundo, no prescinde de ellas." Y, más adelante:

"El otro rasgo de esta victoria es que ha interesado a gente que antes no había mostrado ni la menor inclinación por la política." Finalmente, agrega:
"Los cambios políticos se producen siempre con la llegada de aquellos que antes no estaban. De los dirigentes depende la calidad del ámbito que encuentren".

En segundo lugar, admite que los tres ejes del kirchnerismo que conquistaron a estos nuevos sectores, son:
"...el regreso de la política después de la crisis; el carácter popular de la gestión social de la pobreza; el restablecimiento de una noción de soberanía nacional."

Dicho esto, su derrape intelectual se vuelve franco e inevitable y aquello sobre lo que parecía echar luz se vuelve oscuro, Beatriz matiza:
"Esos tres puntos obviamente no incluyen ni la corrupción institucional, ni las presiones sobre la Justicia, ni los delitos económicos, ni el gerenciamiento clientelístico de la miseria, ni el acuerdo con los representantes más típicos del caudillismo provincial o municipal y el sindicalismo mafioso (los apellidos pueden variar)."
Aún concediéndole que, a su honesto juicio, esas sean características relevantes del kirchnerismo a las que parecen ser ciegos los  nuevos adherentes, lo que está lejos de ser probado, lo dicho por ella suena más a la reiterativa propaganda a las que "la nación" y su socio principal, el de mayor circulación, nos tienen acostumbrados y que, para empeorar su argumento, se está mostrando -como estrategia de oposición- muy ineficaz. (como lo prueban las encuestas que han comenzado a trasparentarse en estos días, pero que comenzaban a indicar su fracaso bastante tiempo antes de darse a conocer).
Lo que debería reconocer Beatriz es que ella, ciertamente brillante, tampoco supo o no quiso, darse cuenta a tiempo de las claves que ahora descubre (aunque sea a medias).
Pero bueno, hay que decir en su descargo que, como intelectual orgánica que es, no es completamente libre, se debe a la causa. Y, como siempre, cuando uno renuncia a la libertad se atiene a las consecuencias de su falta, que, ni más ni menos, implican seguir, ser funcional a otros, responder a intereses que te obligan y que te exceden.

Mostrándose bastante descorazonada Beatriz termina su nota con un voto de fe, de esperanza en el futuro, cuando remata:
"En algún momento próximo el duelo por Kirchner terminará. Su nombre será el de un gobierno sobre el que es posible hacer balances completamente distintos, criticar o defender. Pero será un nombre que designa el pasado, salvo que la Argentina quiera volver a un escenario poblado por fantasmas y aparecidos. En ese momento, es posible abrir otra discusión."

Sus fantasmas son, sin duda, los de Evita, Perón y, ahora, el de Néstor Kirchner. Tan poderosos en vida como después de muertos. A ella le dan miedo, a nosotros, los peronistas, nos iluminan. Eso es la política. Una elección

bastadeodio - 25 de noviembre de 2010

1 comentario:

  1. Me gustó mucho, Profesor.
    Es muy interesante mirar en perspectiva como operó en Sarlo el cambio de paradigma, de negar al kirchnerismo a reconocerlo.
    Si antes no se preocupó por Carta Abierta (aún ahora intenta minimizar su influencia) ahora ve con preocupación que esas "segundas líneas" adhieran al modelo, o se hayan volcado decidida y abiertamente a manifestarse a favor de campo nacional y popular, otrora un descrédito para cualquier intelectual que se preciara.

    Es un gusto leerlo y muy auspicioso para la blogósfera que se sumen voces como la suya.

    Saludos.

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