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jueves, 23 de agosto de 2012

maquillajes

Rogelio Frigerio (nieto) pasó por el debate de 678, su contrincante fue Roberto Feletti, diputado nacional por el FPV y presidente de la comisión de hacienda.

En línea con su postura en la interna del PRO, Rogelio reivindicó lo que él llama los principios desarrollistas de esa agrupación política encarnados en su líder Mauricio Macri. Porque ese y no otro es su fundamental aporte: descubrir junto con Mauricio que éste ha sido "desde pequeño" -según dice él mismo- desarrollista y admirador de Arturo Frondizi, "el último gran estadista argentino". Para Rogelio nieto -es una hipótesis- tal vez sea una forma de emular en cierta bizarra y simbólica manera a su abuelo cuando juntó a Perón con Frondizi. El lo hace con Macri y el fantasma de Frondizi.

Aunque Rogelio (n) se sumó al PRO no hace mucho, su ascenso ha sido meteórico y en las pasadas elecciones resultó electo, junto con el rabino Bergaman, legislador de la ciudad. Actualmente es presidente de la comisión de presupuesto y hacienda de la legislatura porteña. Aquí están sus antecedentes. Ha sido funcionario del ministerio de economía -en cargos políticos- durante las gestiones de Menem y De la Rúa.

Esta que sigue es la primera parte del debate, el resto lo pueden encontrar aquí:

 
Primera parte del debate Feletti vs Frigerio (678, 21-08-12)

Me he tomado el trabajo de resumir su presentación inicial, que es lo más jugoso. Esto dijo:

- El gobierno es populista: no tiene una visión de país de largo plazo y para que pueda perdurar necesita de la bonanza externa (respirador artificial) y ésta se está acabando. En consecuencia, pone parches.
Cuando faltan dólares pone un corralito cambiario, cuando tiene problemas de caja, manotea distintas cajas como la del BC o la del ANSES, cuando hay un problema con la energía, se expropia Repsol como si esto mágicamente pudiera solucionar el problema, cuando hay problemas de competitividad porque la inflación erosiona al tipo de cambio, lo que hace es cerrar la economía. Todas políticas de corto plazo.

Todo lo contrario a mi visión, la desarrollista que privilegia el largo plazo, que privilegia la inversión y no el consumo de corto plazo que se plantea para ganar las elecciones, privilegia el crecimiento o el desarrollo sostenido.

El gobierno es populista y no popular porque le miente a la gente y la subestima, por ejemplo, diciéndole que se puede alimentar con seis pesos. Fin

Resumiendo, para este exponente -con apellido- del neodesarrollismo actual el gobierno es decididamente populista (Daniel, del Aguante, se pone contento) pero eso es malo, muy malo.

Lo que tiene que explicar para que le creamos es porqué, si privilegia el largo plazo y las ideas por sobre el oportunismo electoralista, está al lado de un político como Macri que en su gestión no evidencia otra preocupación por el largo plazo que vaya más allá de evitar una contienda electoral en la cual puede exponer sus ideas pero perder y se refugia en sus cuarteles de invierno haciendo oposición mediática o, peor, paralizando el principal medio de transporte de la ciudad, el subte, solo para pretender presentarse como el mayor opositor a Cristina pero fuera del ámbito de la ciudad, como si eso le importase mucho a un habitante de Tucumán o de Corrientes.

Pero bueno, allá él o ellos. Vamos a lo que importa: su afirmación respaldada con el entusiasmo de un converso iluminado por el propio Macri. El PRO es desarrollista en lo económico y liberal en lo político. Macri lo dice.

¿Es creíble esta conversión del principal partido de la centro derecha neoliberal al neodesarrollismo?

Alfredo Leuco opina que sí, pero tiene dudas de otro tipo, veamos:

"El gran mérito de Mauricio Macri es haber enfocado su gobierno y su campaña hacia el ciudadano común y menos politizado, que es la inmensa mayoría de los vecinos. Fue muy pragmático en ese sentido. Policía Metropolitana para atender aunque sea simbólicamente el tema que mas inquieta a los porteños que es el de la inseguridad. Metrobus y bicisendas para mitigar el caos del transporte. Y canal aliviador contra las inundaciones.
Y Macri es un poco peronista o mejor dicho un desarrollista de los que siempre supo acompañar al peronismo. Los principales problemas de Macri son sus dificultades para articular un discurso en las tribunas, su absoluta falta de muñeca política para construir su partido en otros distritos y apuntalar su candidatura presidencial y los gruesos errores de gestión que lo obligaron a varias marchas y contramarchas como la designación del Fino Palacios, las escuchas telefónicas ilegales o el blooper de nombrar a Abel Posse, entre otras incorporaciones polémicas."

Por más que a la lectura que hace Leuco la consideremos con generosidad parcialmente equivocada porque ninguna de las tres cosas que señala como positivas funciona según las expectativas, contiene un elemento que puede orientar en la respuesta con respecto a la credibilidad de la conversión.

En realidad el tema no es nuevo, los del PRO lo plantearon hacia el mes de marzo de este año, a muchos nos causó gracia, a Ricardo, por ejemplo, de Los Huevos y las Ideas, que escribió en ese entonces una muy buena entrada sobre el tema. A mi me pasó eso, me causó gracia el evidente oportunismo de la declaración y el querer separarse de su identificación con el neoliberalismo y, para peor, de derecha, del que venían gozando o sufriendo, según se mire. Claramente era un intento de reposicionarse de cara al 2013 y el 2015, pero ocupado con otras cosas, lo dejé ahí.

El desarrollismo es importante, no por sus logros que son inexistentes en el terreno concreto de lo político, sino porque se plantea de alguna forma como un puente entre los dos grandes partidos de masas de la historia argentina, el radicalismo y el peronismo. Esto es así mas allá de las evidentes diferencias, que no deberían pasarse por alto, porque entre el fundador del desarrollismo argentino, Rogelio Frigerio (el original) y Juan Domingo Perón apareció en la historia Arturo Frondizi de la UCR.

¿A cuál de los `Frondizis´ que nos muestra la historia reivindica Macri?

¿Reivindica al entusiasta defensor de la independencia y soberanía nacionales que se reunió con el Che y pactó con Perón o al que aislado por traicionarlo, cedió a su alfil Frigerio para congraciarse con los EEUU y los liberales golpistas, lo mandó a casa y nombró a Alvaro Alsogaray ministro de economía para  "pasar el invierno" e implantó el Plan Conintes para reprimir las crecientes protestas sociales?

Naturalmente, hoy TODOS los PRO quieren travestir su neoliberalismo de derecha con los ropajes de un neodesarrollismo y pretenden asociarse al primer Frondizi, el brillante, el intelectual fino, el político atrevido e innovador, aún no teniendo ninguna de esas características -como es el caso de Mauricio Macri- y nadie parece recordar al político fracasado ni quiere naturalmente quedar asociado a él.
En el mejor de los casos, si se reconoce el hecho del fracaso, se lo disculpa porque su caída fue resultado de un golpe militar, uno "que no debió ser" a diferencia del ocurrido menos de una década antes, el que derrocó a Perón, que ese sí "estuvo bien", o el que ocurriría catorce años más tarde contra Isabel Perón, el que también -opinan muchos- fue necesario.

Naturalmente no es tan sencillo, para hacerlo hay que reescribir la historia y apostar al olvido de las personas. Hagamos lo contrario, recordemos.

A frondizi en su momento se lo tachó de ilegítimo por haber ganado con los votos peronistas, como si eso equivaliese a hacer trampa. En gran medida se explica, los gorilas -es la mejor y más popular forma de identificarlos- lo veían así, los peronistas estaban privados de derechos civiles, excluídos de la ciudadanía, ellos, que representaban bastante más que la mitad del país. Los gorilas -de derecha y de izquierda- lo veían como un ardid de los "partidarios del tirano depuesto" para escapar a la prohibición. La democrática UCR, el democrático Balbín, o los hermanos Ghioldi, querían a los peronistas proscritos, excluídos, borrados de la historia y de la faz de la tierra, a sangre y fuego, y eran impacientes, dispuestos a todo, llenos de odio.

Frigerio era otra cosa, el -en esos años post libertadora- había comprendido que para llevar adelante un proyecto nacional de desarrollo se necesitaba una sólida alianza de clases y que, en consecuencia, era imprescindible contar con la fuerza, además del radicalismo, del peronismo, su postura no era oportunista, sino honesta y lo había convencido a Frondizi de esa necesidad. (ver, por ejemplo, Crecimiento económico y democracia, escrito con posterioridad al derrocamiento de Frondizi, aquí en pdf)

Pero para Frondizi -en la práctica política- las cosas fueron de otra manera, confiaba principalmente en él, en su astucia, en que su carisma le permitiría ceder ante los gorilas antiperonistas y sortear las previsibles consecuencias de traicionar a Perón, de borrar con el codo lo que poco tiempo antes había firmado, de volverse en contra de los trabajadores, en contra del pueblo peronista. Calculó mal, se quedó solo, considerado un traidor por tirios y troyanos.

Con la fundamental oposición, además, de los EEUU, que no deseaban para nada líderes sudamericanos con su estilo y discurso iniciales. ¿Para qué?, si pensaban que contando de su lado con los militares y la vieja oligarquía era suficiente para mantener al país con los pies dentro del plato y que, por el contrario, nada que se pareciera al peronismo era una buena alternativa para proteger sus intereses. Y no lo habían decidido solo con respecto a la Argentina, esa visión se concretaba en una auténtica política regional.
Nada de nacionalismos con "c", dudosos, nada de populismos, nada de inventar posibles alternativas tibiamente autónomas al subdesarrollo. El mundo, el de la guerra fría, el de la contención del comunismo, ese era EL mundo real. Todo apuntaba en esa dirección, incluso las acciones disfrazadas de "ayudas al desarrollo" como la Alianza para el Progreso. Interesante, no rechazaban la palabra "desarrollo" ¿cómo podrían?, solo la transformaban, la corrompían, la traducían como "desarrollo dependiente" y la revestían con la ideología del "derrame" neoliberal.

Lo contrario de lo que soñaban Perón y Frigerio, el primero con una visión mucho más realista que el segundo de las fuerzas en pugna, que había aprendido de sus fracasos y que había pasado a la resistencia. Desde esa perspectiva debe ser mirado el acuerdo entre el todavía joven general y el aún más joven Frigerio. Acuerdo en el que, dicho sea de paso, fue fundamental la intervención como delegado de Perón de John William Cooke algo que la derecha oligárquica y el neoliberalismo de derecha, como el de Macri y el del nieto de Frigerio que está asociado con él, se encargan celosamente de ocultar hoy, como si Frigerio y Perón estuviesen a similar nivel. Es notable la manía de descafeinar la historia que tienen estos personajes.

Hay que tener en claro una cosa, el peronismo desde sus orígenes contiene elementos en su desarrollo histórico que más adelante serían sistematizados por Frigerio, y otros, bajo el rótulo general de desarrollismo, pero la inversa no es cierta, este último no es peronismo. En el desarrollismo, por lo menos en el propuesto por Frigerio, se presenta como un elemento fundamental la conciliación de clases pero en un punto de equilibrio o congelamiento en el cual los sectores del trabajo deben posponer sus aspiraciones en aras del desarrollo de las fuerzas capitalistas nacionales y extranjeras que "colaboren genuinamente" con el crecimiento del país. Cuando el nivel de desarrollo alcanzado sea el "suficiente" podrán comenzar a discutirse las condiciones del trabajo y el salario. No muy diferente -en el fondo- del "derrame" neoliberal.

En otras palabras. El desarrollismo de aquellas épocas, no este de ahora que es mucho peor, proponía el objetivo de lograr una acumulación de capital de carácter nacional en áreas estratégicas de la economía basadas en una industria pesada (metalurgia, metalmecánica, química) y de la energía (petróleo y sus derivados) que sirviera de salvaguarda a las tradicionales crisis de la balanza comercial provocadas por la desigualdad de los términos de intercambio que imponía la división internacional del trabajo existente. Quiero aclarar que en aras de la claridad simplifico -quizás en exceso- la naturaleza de las ideas y el aporte realizado a la causa nacional y popular latinoamericana por el desarrollismo, sobre todo en torno a lo que se da en llamar teoría de la dependencia, una instancia superadora, pero me excuso diciendo que no es ese el objetivo de estos apuntes. Retomando el tema.

El peronismo comparte esa idea de un poderoso desarrollo industrial que permita sustituir importaciones mejorando sustancialmente la balanza comercial y apuntalando la independencia económica pero, y este es un pero fundamental, no olvidando en el camino que la finalidad de la economía -y del capital en una sociedad organizada- es el bienestar del pueblo, es decir de los trabajadores, ellos son los que crean riqueza y es al Estado al que, mediante una fuerte y decidida intervención en la economía, le cabe garantizar que esta será repartida con justicia social. Eso es el populismo en el marco de la experiencia histórica peronista. Una obvia salvedad merece el capítulo protagonizado por Carlos Menem. No puedo decirlo de otra manera, Menem nos rompió la virginidad, tiró por la borda o las vendió al mejor postor las banderas históricas del movimiento, con sus relaciones carnales con los EEUU y la privatización indiscriminada de las empresas del Estado basta y sobra para considerarlo un traidor, sin más. Un problema -que tenemos que resolver los peronistas- es entender cómo pudo pasar tal cosa, pero esa es otra cuestión. Los actuales herederos de Menem, como Eduardo Amadeo son demasiada poca cosa como para preocuparse. Hay otros potenciales que pesan algo más pero por ahora tienen los pies dentro del plato. Macri mismo es uno de sus inventos -alguna vez casi está dentro- y hasta hace poco éste lo reivindicaba como un gran estadista y su padre político.

Para que se aprecie la diferencia existente entre el pasado -más allá de cualquier recurso publicitario y cosmético- con este neodesarrollismo actual, basta notar que cuando Macri habla de desarrollo industrial menciona exclusivamente a la industria agroalimentaria porque para una mentalidad subordinada y dependiente como la que él expresa, esa es, en la actualidad del mundo, la aspiración "industrialista" de máxima: una actividad estrechamente vinculada a un modelo de país agroexportador de alimentos. El resto de las áreas que Frigerio consideraba estratégicas en su modelo, para Macri deben ser realizadas por empresas extranjeras más eficientes, de ahí su oposición, casi en soledad, a la estatización de las acciones de YPF en manos de Repsol. No se opone por la forma, se opone por el fondo. Cuando hablan de inversión se refieren exclusivamente a la inversión extranjera. Son absolutamente incapaces de romper el círculo fatal de la dependencia material e intelectual.

En síntesis, lo que Macri y el PRO pretenden tomar de Frondizi y del desarrollismo es tan parcial y recortado que el resultado violenta la historia y fundamentalmente compromete -como propuesta- el futuro de millones de argentinos, los trabajadores asalariados, que en su modelo estarán condenados a sobrevivir aislados, con sus derechos gremiales recortados (baste ver los conflictos laborales que mantiene abiertos en su actual administración) y excluidos de los beneficios del crecimiento aunque no de sus exigencias y sacrificios.

Para esta gente aprovechar la bonanza actual que representa el incremento contingente pero perdurable en el valor de los productos exportables significa que los ricos sean más ricos y los trabajadores más pobres en términos relativos. Ese es el neodesarrollismo que nos proponen, lo demás es cháchara electoralista y mero travestismo ideológico oportunista.

Si han visto el video conocerán la respuesta de Feletti a las críticas de Frigerio. Creo que estas respuestas son lo suficientemente claras como para que se ponga de manifiesto la estrecha conexión histórica existente -en lo esencial- entre el peronismo de Perón y Evita con su presente en el gobierno kirchnerista. Por supuesto que el mundo ha cambiado y mucho, como así también las condiciones de desenvolvimiento concreto, pero hay un objetivo compartido muy profundo que las conecta y es la Justicia Social. Eso que sus detractores de adentro y de afuera del país descalifican llamando populismo y que para nosotros, los peronistas y todos aquellos que comprenden este proceso y forman parte de él -aunque no se reconozcan como peronistas- nos sirve como lugar de encuentro y como condición para construir un país mejor. Con eso no basta, aspiramos a más y avanzamos, pucha que lo hacemos, para conquistar, de verdad, más y más amplias libertades y derechos, algunos de ellos -nuevos- nos colocan a la vanguardia en el concierto mundial.
Muy lejos de las críticas y las descalificaciones globales de que somos objeto de forma martilleante y cotidiana hay una realidad de logros, que, como afirma Feletti en su respuesta, hacen imposible que se vuelva atrás. Los que ya superamos el medio siglo de edad sabemos lo que eso significa.
El kirchnerismo ya ha dejado una marca muy profunda en la sociedad como para que ciertos maquillajes logren opacarla.

Juan Domingo Perón (1895-1974)
Arturo Frondizi (1908-1995)
Rogelio Frigerio (1914-2006)
Rogelio Frigerio, nieto (?)
Mauricio Macri (1959)

bastadeodio                                                                       

4 comentarios:

  1. Muy buen post, profe.

    Además de permitirle virar un poco al centro (visto que la centroderecha neoliberal no entusiasma a nadie), intentar un perfil desarrollista le permitiría a Macri agrupar con menos "peros" a cualquiera que quisiera sumarse, ya sean ex peronistas o ex radicales o kiosqueros de la política.

    Igual, parece joda: el único desarrollismo del macrismo es cómo desarrolla el negocio inmobiliario en la CABA.

    Abrazo.

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    1. Tal cual Ricardo. Macri no califica como intelectual estudioso de las corrientes económicas latinoamericanas, pero tampoco califica como empresariado nacional emprendedor, sino todo lo contrario. Te confieso que estuve tentado de desviarme un poco sobre el tema Socma y los Macri, porque hay muchas derivaciones que permiten imaginar cual es el tipo de "desarrollismo" del que hablan, en síntesis es lo que comentás, solo que los datos son crueles y no dejan lugar para la especulación. Me entusiasmo, tal vez escriba algo. Un abrazo. No sé si llegaste a verlo pero luego de una primera publicación agregué un link a tu muy buen post.

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  2. El desarrollismo de Frigerio nieto es el desarrollismo del Frondizi postrero , ese que fungió de lobista para la Secta Moon o el Frondizi arrollidado ante los planteos militares que le pusieron a Alvaro Alsogaray como Ministro con sus inviernos que duraban áños y años

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  3. Una pinturita Profe!!!! (espero "la desviación")
    Abrazo

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