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domingo, 19 de agosto de 2012

Assange: ¿Atrapado sin salida?

Julián Assange ocupa desde hace un tiempo una pequeña habitación de la también reducida embajada de la República del Ecuador en Londres. Duerme en una colchoneta y desde su computadora continúa dirigiendo su sitio web Wikileaks.

Londres se niega a concederle el salvoconducto que le permitiría abandonar el Reino Unido y residir como es su deseo -y el del gobierno del Ecuador- en ese país hermano que le ha concedido el status de asilado político.

La situación de Assange se ha agravado a partir de que las autoridades británicas le han hecho saber al gobierno del Ecuador que, a su modo de ver, el respeto a la inviolabilidad de las representaciones tiene límites y que estarían dispuestos a utilizar la fuerza para detener a Assange y entregarlo a las autoridades suecas para que sea juzgado. El fundado temor de Assange y del ex juez Baltasar Garzón que actúa en su defensa, es que una vez logrado este cometido Assange sea entregado finalmente al gobierno de los EEUU, que desde el escándalo de wikileaks aspira a tenerlo preso y juzgarlo.

Los gobiernos de Latinoamérica han reaccionado con rapidez ante esta amenaza. La UNASUR dio a conocer hoy 19 de agosto, en Guayaquil, una declaración de condena anticipada a toda acción por parte del Reino Unido que pueda implicar una violación del status diplomático de la embajada del Ecuador. Aún con la oposición de EEUU, Canadá y Trinidad, está prevista el viernes próximo una reunión de los cancilleres de la OEA en Washington con el mismo fin, lograr que Londres y Quito hallen una salida negociada y razonable al conflicto.
El propio Assange salió hoy a uno de los balcones de la residencia para agradecer a sus seguidores y a los gobiernos de Ecuador y del resto de Latinoamérica el apoyo que le brindan.

 
Síntesis informativa

La situación planteada por la actitud británica es insólita y revela el tipo de doble moral que gobierna la conducta de las grandes potencias. Para ellos, sus embajadas en todo el mundo son inviolables, no respetar su inmunidad es incluso motivo de guerra. Sin embargo no reconocen, ni los EEUU, ni el Reino Unido que las representaciones diplomáticas de los que consideran países menores (según un punto de vista muy pragmático y adaptable) merezcan la misma consideración.

Todos recordamos el caso del criminal Augusto Pinochet cuya extradición a España era reclamada por el entonces juez Baltasar Garzón para juzgarlo por delitos de lesa humanidad ocurridos en Chile y fuera de allí. El Reino Unido le concedió al genocida el salvoconducto para que se trasladara a Chile a sabiendas de que allí escaparía a la acción de la justicia, como de hecho ocurrió. En este caso primó sobre el derecho internacional y los más elementales principios éticos la gratitud que el gobierno británico le guardaba al ex dictador por su postura durante la guerra de Malvinas. Sin embargo, con Assange -aún cuando las acusaciones contra él son bastante dudosas y de una entidad sin duda menor- son implacables, aún a riesgo de provocar un conflicto diplomático de consecuencias internacionales.

Assange merece ser juzgado si se encuentra de forma imparcial que las pruebas en su contra son sólidas, pero ese juicio y la eventual condena que le correspondiese, debe ser separado completamente del caso de wikileaks con el cual a todas luces nada tiene que ver.

Es inadmisible que los gobiernos de EEUU, Reino Unido, Australia y Suecia violen descaradamente los más elementales principios del derecho internacional e incluso del más elemental sentido común y colaboren en una inconfesable caza del hombre para castigarlo por haber revelado simplemente la verdad sobre los oscuros e inconfesables usos que las grandes potencias hacen de la diplomacia.

bastadeodio                                                                

1 comentario:

  1. Ah, y esos países tan buenos como Suecia y Dinamarca que de tan buenos acompañan al Imperio, pero en el costado puro, ojo; lástima que a veces por ser tan puntillosos en hacer los deberes, van y bombardean el Hospital de Niños de Libia, por ejemplo.

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