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lunes, 28 de mayo de 2012

¡Mendiguren!: las meigas, no existen. ¿Te lo explico?

Meigas- Jans Baldung Grien (1508)
Dice el presidente de la UIA (Unión Industrial Argentina) José Ignacio de Mendiguren que si la brecha entre el dólar oficial y el negro se mantiene o se amplía durante las próximas semanas esto impactará negativamente en el nivel de actividad económica.

Aunque, simultáneamente, afirma:

No hay una crisis como las que ha tenido la Argentina, y es cierto, como dicen los economistas, que ese mercado (el informal) es muy pequeño (¡apenas el 2% del mercado formal!), pero ante la abstinencia (que genera la dificultad para la compra de dólares en el mercado oficial) y con la historia argentina se crea un clima complicado cuando no debería ser así”.

Y se permite aconsejar al gobierno que "haga algo" porque, a pesar de la evidencia, no se puede confiar en que una disparada del blue que reina en ese hoy pequeño mundo virtual habitado por los adictos al, en verdad verde, dólar, no pueda complicar el gran mundo de la economía real.

Mendiguren quiere que el gobierno intervenga (¡las cosas que se escuchan hoy por hoy!) en un mercado casi inexistente porque dice:

No tengo una información precisa, pero si tengo que arriesgar lo veo (al gobierno) más en la postura de que es un mercado chico, no representativo y por lo tanto no interviene. Yo creo que hay que mantener un equilibrio porque cuando esto se instala después se complica, teniendo en cuenta nuestra historia”. Y amplió el argumento diciendo:

Lo que creo es que hay que resolver esta situación lo antes posible. Si esto es un pico que después se normaliza es una cosa, pero si se va extendiendo en el tiempo, entonces la gente empieza a especular y aquel que tiene que comprar insumos se pregunta ‘¿a cuánto voy a reponer lo que tengo?, ¿va a estar en este valor o no?`. Entonces empiezan a convalidar o tener en cuenta ese tipo de cambio (el informal) para las operaciones de la economía real. Ahí entonces uno empieza a notar los perjuicios”. Suena razonable.

Resumiendo, Mendiguren sostiene que, a pesar de que la economía se supone guiada por la racionalidad de los agentes económicos sujetos éstos al mandato de la objetividad, las cosas podrían no ser así y los o las culpables de tal apartamiento de la conducta normal vendrían a ser tal vez esos espíritus a veces malignos pero siempre caprichosos que no existen pero que, sin embargo, los hay, están allí. Como se dice en Galicia "Eu non creo nas meigas, mais habelas, hainas".

A pesar de no existir, las meigas (sí, siempre son mujeres, tal vez por eso se las suele confundir con las brujas) admiten clasificaciones ya que las hay malvadas y peligrosas o simpáticas y bonachonas. Todas las meigas, independientemente de a cuál categoría pertenezcan, lo que siempre hacen es interferir en la vida normal de las personas, alterándola, para bien o para mal. Muchas veces, aunque suene paradójico, se las convoca para curar los males que ellas mismas han producido. Como todos sabemos en muchas ocasiones un pretendido bien puede ser utilizado para producir un mal (y viceversa). Es la enseñanza que me dejó en mi tierna adolescencia la lectura del extraordinario cuento-novela "El vizconde demediado" de Italo Calvino.

Respetando la cuestión de género, es sabido que las y los peores de ellas y ellos son las y los meigas chuchonas (o chupadoras y chupadores), son las y los más peligrosas y peligrosos, y se presentan -para disimular- con distintas caras -en apariencia normales y amables- con la finalidad de realizar su principal faena que es chupar la sangre y el unto (la grasa) de los cuerpos de los humanos, en especial de los niños y niñas, de ese tipo de meigas se trata en este caso, eso sin la menor de las dudas.
(lamento lo engorroso del párrafo, serán tal vez mis limitaciones, pero el castellano se convierte para varios de nosotros y nosotras en algo terrible cuando se quieren evitar las referencias genéricas).

Regresando a las meigas, el conjuro para obligarlas a retirarse a los bosques en que habitan y dejar de joder al personal es la voz de ¡Meigas fóra! (con eso solo normalmente no basta, hacen falta algunas cosillas más, pero eso lo dejo para otra ocasión porque de verdad el tema del que quiero charlar no son las y los meigas).

Algo así pudo haber querido lograr la presidenta cuando dio a entender en su discurso del sábado con motivo del aniversario de la Revolución de Mayo que quienes compren en ese minimalista mercado terminarán haciendo un mal negocio (como ya pasó antes, hace bien poco tiempo).

Evidentemente se dirigía a la gente normal, a esa porción de la clase media que ha recuperado -gracias en parte a este gobierno- cierta capacidad de ahorro, advirtiéndoles: No se dejen llevar por los cantos de sirena (¿sireno?) de los especuladores y desestabilizadores que al final van a perder en lugar de ganar.

Porque lo que no dice Mendiguren y, por lo tanto me da pie a pensar que el cree -a pesar de su ascendencia vasca- que las meigas realmente existen es, por lo menos, un par de cosas bastante notorias:

En primer lugar, siendo como es pequeño el mercado del blue, ¿quienes lo conforman?, porque indagando allí pueden encontrarse valiosas pistas respecto de cómo debería racionalmente actuar el gobierno.

Y, segundo: Siendo como es un mercado tan reducido, cómo podría impactar en la economía real generando la desconfianza y la incertidumbre en los inversores y formadores de precios -que el hábilmente menciona- sino es a través de la creación de un clima de opinión en el cuál los formadores de la opinión publica(da) -como muy astutamente la define hoy Aliverti- que no es opinión pública (aunque así se autotitule) pero que potencialmente puede contribuir a crearla.

En fin, entre aquellos que especulan y esconden dinero de la AFIP y entre aquellos impacientes por crear un clima de opinión desfavorable al gobierno porque su accionar afecta sus egoístas intereses sectoriales, es donde podremos encontrar a las escurridizas meigas y allí mismo lanzar el conjuro más efectivo (y el necesario control del Estado). No es necesario -incluso es inconveniente porque confunde los tantos- recurrir a una oscura psicología social para hacer predicciones y trazar la estrategia de respuesta a los especuladores y desestabilizadores. No hay que convalidar sus maniobras, no hay que convocar a las meigas. Simplemente hay que sacarlos de sus escondites. Con perros, inspectores y controles estatales dirigidos hacia los que transan blues, a los que incentivan de diversas formas ese mercado y aquellos que tratan de aprovechar "el clima" creado para justificar la suba de los precios y sus insaciables ansias de ganancias extraordinarias.
Esos supuestos periodistas y medios independientes que calientan la pava que se queden tranquilos predicando en el desierto, la libertad de expresión para este gobierno popular es sacrosanta. Y verlos tomar el mate frío -otra vez- será todo un placer.

Es casi ocioso recordar a los desmemoriados que este gobierno, el de Néstor y Cristina, goza del más amplio respaldo popular verificado en las urnas que es el único modo democrático de verificación de la opinión del pueblo y que, además, ha conducido el más largo ciclo de recuperación económica y social en paz de la historia, notoriamente inspirado en el primer gobierno del general Perón y que brega por que nuestra Patria vuelva a ocupar el lugar que le corresponde. Orgullosa, Justa y Soberana.

bastadeodio                                                                 

11 comentarios:

  1. Pero haberlas ailas, y en un tiempo se las quemaba

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  2. Drástica medida Don Nando, difícilmente practicable hoy día.

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  3. Pero amigos, sin llegar a ese extremo, hay pelotudos ilustres como Fernando Iglesias que piensan cosas como ésta: "Vernacci es el arquetipo de la MOROCHA que se cree que porque putea es libre. No me extrañaría que llegue a presidenta". Los inquisidores de ayer son los impotentes de hoy. Me fui de tema, perdón, me entusiasmé.

    abrazo!

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  4. Excelente Profe!!!! y no "te hagas la cabeza" con el lenguaje y el género, lo único que se logra es enroscar los textos... La cuestión de género no se resuelve complicando el lenguaje, es una cuestión de actitud... ACTITUD...

    Si Mendiguren autoriza, intervengan!!!!
    Abrazo

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    1. No me hago la cabeza para nada, coincido en que no es una cuestión de formas sino de actitud. Evidentemente como broma me salió mal. Lo hice por divertirme y, al la vez, caricaturizar un poco esa nueva formalidad. Lo que si es en serio es la crítica a la idea de que las brujas (o las meigas) son necesariamente mujeres. Fijate que hay hechiceras, hay mujeres que hechizan a los hombres pero eso nunca se dice de ellos, no hay hechiceros. El único "brujo" conocido , por lo menos por mí, era el HDRP de López Rega. Y la verdad que brujo en el sentido correcto de la palabra tampoco era.

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    2. No te salió mal, se entiende... A las mujeres siempre les reservaron un "espacio menor"... en el caso que nos ocupa, el de brujas... Los "cargos importantes" eran -y siguen siendo en gran medida- masculinos, sino observá a Lucifer...
      Pensaron que así era el "orden del mundo" pero, las mujeres encontraron estacionamientos para sus vehículos (escobas) y el mundo se está ordenando correctamente...
      Bueno, aún hay antros masculinos... ¿Cuántas dirigentes hay en "la mesa de enlace agropecuaria"?

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  5. dE MENDIGUREN, piensa como decia mi vieja: "ogni piccola zaburra fa la fabrica" (cada grano de arena constituye la pared), por eso tiene miedo que ese 2 % se agrande y entonces pide ¡"intervención"!, es decir, en castellano, "Che, presidenta, ponenos el dólar a 6,7,8 pesos",
    saludos

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  6. jejeje si, tal cual y eso que es "amigo" del gobierno, maginá si no lo fuese, qué intervención reclamaría...el tipo debe soportar unas presiones....es que los niños ricos están muy tristes. ¡UIA!

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  7. Uia, je.
    Son los especuladores de siempre.
    La AFIP tiene que afinar el olfato y aplicar la ley. Las campañas mediáticas y las contracampañas mediáticas sólo pueden generar mayor ansiedad. Hasta ahora el gobierno lo manejó.
    Que Scioli les revalúe los campos y que se fije fecha límite (de una vez) para liquidar exportaciones. A ver cómo les va a los especuladores.

    Abrazos.

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    1. Me parece que es lo que hace en medio de un ambiente crispado, afloja donde se debe y aprieta donde también debe, hace sintonía fina, digamos. Leí que el plazo para liquidar se extendió de 15 a 30 días.

      Ya pasó en diciembre ¿te acordás?, la presi se los recordó.

      La partida no es fácil (la corrida de diciembre nos salió bastante saladita). Estos HDRP siempre apostando en la timba contra el país, no tienen remedio.

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