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jueves, 3 de marzo de 2011

Vargas LLosa y la Libertad de Expresión

MVLL y el claroscuro
La feria del Libro no depende de, ni debe rendir cuentas a, ningún organismo gubernamental. Es una feria organizada por las editoriales y demás empresas privadas vinculadas a la cultura.
Por ello, la decisión de sus autoridades de ofrecerle a Mario Vargas LLosa la oportunidad de inaugurarla, no puede ser cuestionada en lo formal. Tampoco pude serlo en lo "técnico". Al escritor le sobran pergaminos para merecerlo, sobretodo teniendo en cuenta que es el ganador del premio nobel de literatura 2010. De modo que la Presidenta al solicitarle al Director de la Biblioteca Nacional que retirara su famosa carta, no solo fue oportuna, puso las cosas en su lugar. Su gesto mereció la aprobación hasta de los opositores.

Ahora bien, la feria, además de ser un hecho de negocios, es un hecho social y político. Año tras año ha sido un lugar (un ágora) donde se ha dado un debate enriquecedor sobre el estado de nuestra literatura, nuestros escritores y también un debate de ideas sobre el estado general de nuestro ambiente cultural, social y político. El debate en democracia supone que no se debe acallar a nadie a menos que se tengan pruebas claras de que el orador activa en contra de la democracia (y aún en ese caso, las pruebas deben ser muy, pero muy claras. Debe, por ejemplo, tratarse de Biondini, o de Patti, por poner solo algunos ejemplos suficientemente claros).
Y si no se debe acallar a nadie, tampoco se debe acallar a aquellos que, con buenas razones, critican a Mario Vargas Llosa, no ya como escritor merecedor del Premio Nobel, sino como ciudadano del mundo y latinoamericano que dedica buena parte de su tiempo a actuar políticamente (y no solo a hablar) en contra del gobierno que, en democracia, hemos elegido los argentinos. Diciendo cosas aberrantes y totalmente falsas, sin ningún tipo de pudor. Del mismo modo MVLL ataca a todos los gobiernos latinoamericanos que él denomina populistas. Pero su encono con nuestro país incluso excede al que tiene con su gobierno actual.

Ahora bien, repito, esto no significa que se lo deba excluir del acto inugural o que se lo acalle por cualquier medio que sea. Que pueda hablar, incluso que nos pueda escupir en nuestra propia cara las barbaridades que suele decir afuera, en los pulls de comunicación del norte, será una muestra, en carne propia, de que, en lo que hace a la cacareada falta de libertad de expresión, está totalmente equivocado. En el resto de sus prejuicios seudointelectuales, en el desconocimiento que tiene de la realidad social, económica y política del país, su única excusa será que habla "por boca de ganzo" (que otra cosa podría ser, si no vive aquí) y se limita a repetir las consignas mentirosas e interesadas difundidas por los monopolios mediáticos nacionales y sus mercenarios políticos locales.

El episodio no deja de ser una prueba más de que este, nuestro gobierno, sí afecta intereses económicos y políticos concretos que están, en todo momento, dispuestos a dar pelea y a crear problemas en todos los campos, aún los más inesperados. No debemos facilitarles la tarea, con cartas o declaraciones totalmente fuera de lugar. El debate se da en el ágora. Y no busca el lucimiento personal, ni "mostrarse más papista que el papa". Busca enriquecernos para hacer mejor las cosas que queremos hacer. Un país con más libertad, con más y mejor justicia, inclusivo en lo social y con vocación de integración latinoamericana y todo ello en democracia, con amor y sin violencia, con respeto al ser humano, a la vida y al medio ambiente. Si uno está convencido de la validez de estas banderas, uno no puede acordar con Vargas LLosa quien defiende las formas más radicales e imperialistas del capitalismo depredador.
Una buena respuesta sería que en la Feria del Libro se multiplicaran las oportunidades de debatir abierta y democráticamente las ideas que defiende el señor Vargas Llosa y oponerles las propias, las que desde esta parte del mundo somos capaces de imaginar,  de proponer con originalidad y de convertir en realidades sociales, económicas y políticas.

2 comentarios:

  1. Profe, el amigo Cané propone que vayamos, no a escracharlo ni a repudiarlo, sino a entregarle el Premio Noble. Vamos a galardonarlo ¿Se prende?

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  2. Prof, excelente post. Suscribo 100%.

    Un abrazo.

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