El Cinismo de Obama y sus Secuaces

Los EEUU comandan a Inglaterra, Francia e Italia en su agresión militar a Libia. Publicitada como una acción para evitar la masacre de la población civil opuesta a la "tirania" de Gadafi, se convirtió en la realidad en una operación militar dirigida a destruir al gobierno libio y sustituirlo por uno que le sirva a los intereses actuales de las potencias agresoras.
Una parte sustancial de la máscara engañosa con la que se pretendió justificar la operación "Odisea del Amanecer", fue la adhesión a ella de los países árabes. En la práctica y luego de lanzada la operación el único país perteneciente a la Liga Árabe que la apoya es Qatar.

Amr Mohammed Musa

¿Qué sucede con el resto? El Secretario General de la Liga Árabe, el egipcio Amr Musa, declaró que lo que estaba ocurriendo en Libia “difiere del objetivo (inicial) que consistió en imponer una zona de exclusión aérea. Nosotros queremos la protección de los civiles y no que se bombardee a más civiles”.
La respuesta a las críticas de Musa estuvo a cargo del portavoz de Barack Obama, quien, según lo previsible, hizo una interpretación "amplia", la palabra más adecuada sería "cínica", de la resolución de la ONU que autorizó la implementación de una zona de exclusión aérea. Dijo:

“La resolución aprobada por los árabes y el Consejo de Seguridad de la ONU incluye ‘todas las medidas necesarias’ para proteger a los civiles. Y ello, como ya lo hemos dicho, incluye una zona de exclusión aérea y también lo que va más allá”.
En ese "más allá" está lo sustancial para los intereses de la coalición, las acciones militares una vez iniciadas no admiten límites, solo los dinámicos que les imponen las condiciones políticas y militares cambiantes de la batalla.


A 72 horas de iniciada la operación (comenzó al mediodía del sábado 19) la capacidad bélica del ejército de Gadafi no ha sido anulada e incluso a recuperado posiciones en algunas ciudades como Misrata.
La cuestión del comando de las fuerzas de la coalición no está resuelto. Hasta ahora está dirigida por un norteamericano. Los británicos preferirían un comando de la OTAN. Los franceses se oponen porque suponen, con razón, que esto tensaría aún más a la Liga Árabe. Entre tanto, ésta no se manifiesta con la claridad y contundencia que sería de esperar.
Cualquier parecido entre el conflicto Libio con los anteriores de Túnez y especialmente de Egipto es mera coincidencia. La situaciones internas y externas que concurren en ellos son totalmente diferentes e incrementan esa diferencia minuto a minuto a medida que se prolonga la operación de agresión.
Como en todas las guerras encabezadas por los EEUU y sus secuaces en el mundo, éstas parecen no producir muertos entre la población civil. Sabemos positivamente que no es así. La manipulación de la información es tal que ignoramos cuántos son los muertos producidos por los centenares de misiles tomahawks que yanquis y británicos disparan desde la protección de la distancia día y noche sobre las posiciones libias, pero seguramente se cuentan ya en centenares o miles.
El rejunte de "rebeldes" opositores a Gadafi tiene "derechos humanos" y su defensa se esgrime como la justificación última de la agresión armada. La parte del pueblo libio que sigue apoyando a su líder parece que para la coalición no los tiene y su violación es en el mejor de los casos "un daño colateral".


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