Papandreu anunció que sometería el plan de ajuste propuesto por las autoridades europeas a Grecia a referendum popular.
Eso bastó para que los líderes europeos y los "mercados" reaccionasen violentamente oponiéndose rotundamente a que se sometan este tipo de decisiones a consulta popular. Y bien mirado es coherente, aún Francia y Alemania los líderes de la economía europea, no están a salvo de perder un referendum de esta naturaleza. Ni que decir de otros países en mayores problemas como España, donde el ajuste ya a provocado un desempleo sin precedentes, Portugal, o la misma Italia.
Eso abriría un panorama de incertidumbre intolerable para los "mercados" pero de enormes posibilidades para los pueblos de un "viejo" continente que parece haber perdido definitivamente el rumbo y el liderazgo ético y político.
Europa se vé a sí misma como la cuna de la democracia y de la cultura occidental y, al resto del planeta -con ciertos matices diferenciales según la geografía y los condicionantes históricos pero que no hacen a lo esencial- como culturas atrasadas a las que hay que civilizar -modernizar- es decir europeizar. Y hay que reconocer que un buen éxito han tenido a lo largo de la historia en este empeño con la siempre inestimable colaboración de las burguesías locales con las cuales se cuidaron muy bien de mantener vivos los negocios y los intereses en común. Y para cuando esto fallaba, estaba la espada para convencerlos.
En lo que hace a la cultura hace tiempo que europa ha cedido el predominio a los EEUU, que son los que determinan el rumbo que ésta tomará en lo que realmente tiene de importante que es en el aspecto masivo producto de la globalización. A los europeos le quedan reservadas las élites que ahora no son precisamente cultas sino solo ricas.
Persiste -hasta ahora- la idea de que europa es un ejemplo de prácticas democráticas. Lo cierto es que existían desde antes de ahora fuertes señales contrarias a esta idealización. Por ejemplo, el auge del racismo y la xenofobia y el resurgimiento de fuerzas políticas de extrema derecha en la mayoría de los países europeos. Incluso se han producido oleadas de conflictos muy graves por esos motivos, con mucha destrucción y muertes como consecuencia.
Recientemente, las sociedades -sobre todo los jóvenes- perciben este desgaste y comienzan a manifestarse. Lo hacen de forma predominantemente inorgánica y si bien llaman la atención sobre una multitud de problemas de todo tipo, precisamente la falta de definición de lo principal y de lo secundario y, en consecuencia, de dónde hay que poner la máxima fuerza para lograr algún cambio, conspiran contra su eficacia real para imponer alguna de las reformas reclamadas. Una de ellas es mayor participación, mayor democracia, pero sin duda esto poco probable con gobiernos y partidos políticos débiles sometidos a los designios de los grandes grupos económicos internacionales.
Mientras éstos y sus organismos (FMI, BM, consultoras, etc.) sigan dominando la escena y condicionando las políticas de los estados cada vez "menos soberanos", los pueblos serán receptores, más o menos pasivos o reactivos, de políticas que los pejudican seriamente y comprometen aún más el futuro de la democracia, de la propia Unión Europea y de la tolerancia política y racial. La historia deja muy claras enseñanzas en ese sentido que no se deben desatender.
Pues bien, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel amenazaron a Papandreu con retirar a Grecia de la euro zona si habilitaba el referendum. Papandreu entonces aceptó retirarlo pero a condición de obtener el apoyo mayoritario del Parlamento Griego.
Lo que parecía ser una valiente iniciativa de democracia directa para que el pueblo griego decida su futuro como en los viejos tiempos de Pericles, del ágora y las piedras blancas y negras, se transformó en virtud de la efectividad de las presiones, en un ruego a que las fuerzas políticas griegas le protejan su trasero y compartan su responsabilidad frente a lo que todo el mundo visualiza como un posible agravamiento del conflicto social resultado de las medidas de ajuste sobre ajuste que se han aplicado y deberán profundizarse en los próximos meses, solo para satisfacer la codicia de los banqueros franceses y alemanes y la estabilidad de sus gobiernos.
En un comunicado hecho público ayer tras una reunión de urgencia del Consejo de Ministros, el primer ministro Giorgio Papandreu reveló sus verdaderas motivaciones al confirmar que requirió a dos de los diputados más influyentes de su partido, el PASOK, las negociaciones con los conservadores de Nueva Democracia (ND). "Estaré encantado de no tener que celebrar un referéndum, que no era un fin en sí mismo", asegura en el texto.
A confesión de partes...
bastadeodio
Sí, y por proteger su culo, les seguirán destapando el mismo a millones de griegos. Me hizo quedar como el tujes a mí, este Papandreu. Yo que lo alababa en el post de hoy por convocar al referendum. ¿No hay nadie con los pantalones largos ahí que quiera gobernar de cara al pueblo y no sometido a los bancos?
ResponderEliminarNo Ricardo no te hizo quedar mal, ni siquiera en sentido figurado. De ser sincera era una actitud realmente novedosa y de imprevisibles consecuencias en el actual contexto europeo y no hablo de los bancos o de los intereses alemanes o franceses. Hablo de los pueblos. Volver a poner el caballo delante del carro es la única alternativa para la salida de la crisis producida por los mismos bancos y que disfrutaron los políticos. Igual que aquí el riojano. Hasta que el mecanismo se agotó, se trabó. El que queda en ridículo es Papandreu que demuestra ser un oportunista sin ninguna autoridad para dirigir a su país.
ResponderEliminarA ver; tiro una verdura que sabía iba a rebotar con al amenaza de "terribles consecuencias", para quedar bien con dios y con el diablo.
ResponderEliminarConsigue el fin deseado por extorsión y a la vez vemos que posiblemente no haya modo constitucional de plebiscitar una temática económica y no pueda devaluarse de estar atados al Euro, cuya salida no está en los tratados.
Tendrían los griegos que patear el tablero y ver donde refugiarse. No están en Sudamérica, no tienen soja ni producción competitiva. O bien refugiarse en vivir de lo suyo y tirar lazos con los países emergentes, que deberían ayudarlo en pos de su vocación de armar otra cosa por fuera del parasitismo financiero mundial.