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lunes, 15 de diciembre de 2014

Kiev, con apoyo de la OTAN, prepara un ataque final contra los rebeldes de Dombas

milicias irregulares pro ucranianas al mando de Kiev, entrenándose
La escasa presencia en los principales medios locales e internacionales de noticias sobre Ucrania y el conflicto étnico-político que tiene Kiev con las provincias del este, de mayoría ruso hablante, no significa de ninguna manera que éste haya entrado en un punto muerto y menos aún que un acuerdo sea posible. La manipulación informativa consiste tanto en mencionar, para mentir y tergiversar, como su contrario, ignorar, para ocultar lo que se prepara y luego intentar presentar los enfrentamientos como una respuesta justa a una supuesta agresión del "enemigo".
Es un mecanismo que no por bien conocido deja de ser empleado.
Kiev no quiere la paz, Kiev quiere la guerra para realizar una espantosa limpieza étnica en el este del país. A la OTAN no le importarán los crímenes de guerra que seguramente se cometerán, incluso usará toda su influencia para ocultarlos, solo le importa apretar aún más el lazo que pretende ahogar a Rusia e instalar bases militares permanentes que apunten al corazón de este país desde su propia frontera occidental.

James Petras es un sociólogo estadounidense muy conocido por sus investigaciones sobre el imperialismo y los conflictos que éste genera en el mundo. Lo que sigue es su opinión sobre cuál es el estado actual de situación en Ucrania:

Guerra sin cuartel en Ucrania: “Ofensiva final” de la OTAN

por James Petras - Introducción

Hay signos evidentes que indican la inminencia del estallido de una gran guerra en Ucrania. Una guerra promovida activamente por los países de la OTAN con el apoyo de sus aliados y clientes en Asia (Japón) y Oriente Próximo (Arabia Saudí). Estará caracterizada por una ofensiva militar a gran escala contra la región suroriental de Dombas -donde se sitúan las repúblicas populares ucranio-rusas de Donets y Lugansk, de aspiraciones separatistas- con la intención de deponer al gobierno elegido democráticamente, desarmar a las milicias populares y acabar con los guerrilleros de la resistencia y su base ciudadana, desmantelando a las organizaciones populares representativas y participando en la limpieza étnica de millones de ciudadanos bilingües ucranio-rusos. El próximo ataque militar de la OTAN a la región de Dombas es una continuación y una extensión del golpe de Estado violento de Kiev, que derrocó en febrero de este año al gobierno electo.

La junta de Kiev y sus gobernantes clientelares recientemente “elegidos”, así como sus patrocinadores de la OTAN, están resueltos a llevar adelante una gran purga con tal de consolidar el gobierno dictatorial del títere Poroshenko. Las recientes elecciones patrocinadas por la OTAN excluyeron la participación de varios de los partidos políticos que tradicionalmente habían apoyado a las grandes poblaciones minoritarias del país y fueron boicoteadas en la región de Dombas. Esta farsa electoral de Kiev sentó las bases para el siguiente movimiento de la OTAN, que tiene como objetivo convertir a Ucrania en una gigantesca base militar multifuncional de EE.UU., para poder llegar al corazón de Rusia y servir como una nueva colonia del capital alemán, suministrando a Berlín cereales y materias primas y sirviendo de mercado cautivo para los bienes manufacturados alemanes.

Occidente está siendo barrido por una fiebre bélica y las consecuencias de esta locura se agravan con el paso de las horas.

Señales de guerra: Campaña de propaganda y de sanciones, cumbre del G-20 y refuerzos militares

El redoble oficial de guerra, iniciado por la junta de Kiev y sus milicias fascistas, resuena a diario en todos los medios de comunicación occidentales. Los principales creadores de propaganda y los portavoces de los gobiernos publican o anuncian nuevos relatos manipulados sobre el aumento de las amenazas militares rusas a sus vecinos y las incursiones transfronterizas en Ucrania. Se “informa” de nuevas incursiones rusas desde las fronteras nórdicas y los estados bálticos al Cáucaso. El gobierno sueco contribuye a aumentar el nivel de histeria al hablar de un misterioso submarino “ruso” cerca de la costa de Estocolmo, sin llegar a identificarlo o localizarlo (ni, por supuesto, a confirmar su “observación”). Estonia y Lituania afirman que aviones militares rusos han violado su espacio aéreo, aunque tampoco llegan a confirmar la noticia. Polonia expulsa a “espías rusos”, sin pruebas ni testigos. Al mismo tiempo, los ejércitos de estados clientelares de la OTAN desarrollan ejercicios militares conjuntos a gran escala a lo largo de las fronteras rusas, en los países bálticos, Polonia, Rumania y Ucrania.

La OTAN está enviando enormes cargamentos de armas a la junta de Kiev, así como asesores de las “fuerzas especiales” y expertos en contrainsurgencia, en anticipación de un ataque a gran escala contra los rebeldes de Dombas.

El régimen de Kiev nunca ha llegado a cumplir en alto el fuego acordado en Minsk. Según la oficina del Derechos Humanos de la ONU, un promedio de 13 personas –civiles en su mayoría- han muerto cada día desde la firma del alto el fuego de septiembre. Los informes de la ONU hablan de 957 personas asesinadas en ocho semanas, la inmensa mayoría de ellas por las fuerzas armadas de Kiev.

Por su parte, el régimen de Kiev ha suprimido todos los servicios públicos y sociales básicos a las “Repúblicas Populares”, incluyendo la electricidad, el combustible, las pensiones, los suministros médicos, y los salarios a funcionarios, profesores, personal sanitario y trabajadores municipales, además de bloquear la banca y el transporte.

La estrategia consiste en estrangular aún más la economía, destruir la infraestructura y forzar a un éxodo masivo de refugiados desde las ciudades densamente pobladas de la frontera hacia Rusia, para luego lanzar ataques masivos, con misiles y artillería, por tierra y aire contra los centros urbanos y las bases rebeldes.

La junta de Kiev ha dispuesto una movilización total en las regiones occidentales, acompañada de furiosas campañas de adoctrinamiento contra los rusos y los ortodoxos del este, destinadas a atraer a los matones más violentos de la extrema derecha chovinista e incorporar brigadas militares filonazis a las tropas de choque de vanguardia. La utilización cínica de milicias fascistas irregulares “liberará” a la OTAN y a Alemania de cualquier responsabilidad por el terror y las atrocidades inevitables de la campaña. Este sistema de “denegación verosímil” reproduce las tácticas de los nazis alemanes, cuyas hordas de ucranianos fascistas y croatas de la Ustacha fueron notorias durante sus campañas de limpieza étnica.

El G-20 y la OTAN: Apoyo a los bombardeos de Kiev

Con el fin de aislar y debilitar la resistencia en Dombas y garantizar la victoria de los inminentes bombardeos del ejército ucraniano, la Unión Europea y Estados Unidos están intensificando sus presiones económicas, militares y diplomáticas sobre Rusia para que esta abandone a las recientes democracias populares de la región sudeste de Ucrania, que tienen en Moscú a su principal aliado.

La escalada de sanciones económicas contra Rusia está diseñada para debilitar la capacidad de la resistencia de Dombas de defender sus hogares, pueblos y ciudades. Cada uno de los envíos de suministros médicos básicos y de alimentos que realiza Rusia a la población sitiada crea nuevos estallidos de histeria, porque contrarrestan la estrategia de la OTAN destinada a matar de hambre a los partisanos y a su base popular para obligarles a someterse a o provocar un éxodo en busca de la seguridad tras la frontera rusa.

Después de sufrir una serie de derrotas, el régimen de Kiev y sus estrategas de la OTAN decidieron firmar un “protocolo de paz”, el denominado acuerdo de Minsk, para detener el avance de las tropas de la resistencia de Dombas hacia las regiones del sur y proteger a los soldados y milicias de Kiev que resistían en bolsas aisladas en el este. Los acuerdos de Minsk tenían como objetivo permitir que la junta de Kiev formara su ejército, reorganizara sus mandos e incorporara a las diversas milicias nazis a sus filas como preparación para la “ofensiva final”. El refuerzo del ejército en el interior y la escalada de sanciones de la OTAN en el exterior serían dos aspectos de la misma estrategia: el éxito de un ataque frontal a la resistencia democrática de Dombas depende de la reducción del apoyo militar ruso por causa de las sanciones internacionales.

La hostilidad despiadada de la OTAN hacia el presidente Putin se puso claramente de manifiesto en la cumbre del G-20 en Australia. Las amenazas políticas y los insultos públicos de los presidentes y primer-ministros de la OTAN, especialmente, Merkel, Obama, Cameron, Abbott y Harper, fueron un complemento del incremento del bloqueo destinado a producir el hambre entre los rebeldes y los centros de población sitiados del sudeste. Tanto las amenazas económicas del G-20 contra Rusia y el aislamiento diplomático de Putin como el bloqueo económico de Kiev son preludios de la “Solución Final” de la OTAN: la aniquilación física de cualquier vestigio de resistencia en Dombas, de la democracia popular y de sus lazos culturales y económicos con Rusia.

Kiev depende de que sus mentores de la OTAN impongan nuevas severas sanciones contra Rusia, especialmente si la invasión que planea se encuentra con una resistencia firme y bien armada, reforzada por el respaldo ruso. La OTAN cuenta con que la recientemente reforzada capacidad militar pueda destruir con eficacia los centros de resistencia del sudeste.

La OTAN se ha decantado por una campaña de “todo o nada”: apoderarse de toda Ucrania o, si no lo consigue, destruir al incontrolable sudeste, arrasar a su población y su capacidad productiva y emprender una guerra económica (y posiblemente también armada) sin cuartel contra Rusia. La canciller Angela Merkel apoya dicho plan, a pesar de las quejas de los empresarios alemanes, que ven caer en picado sus exportaciones a Rusia. El presidente Hollande también ha ofrecido su respaldo haciendo oídos sordos a las protestas de los sindicalistas franceses, preocupados por los miles de empleos que se perderán en los astilleros. El primer ministro británico, David Cameron, está deseando una guerra económica contra Rusia y ha sugerido que los banqueros de la City londinense deberían encontrar nuevos canales para blanquear las ganancias ilícitas de los oligarcas rusos.

La respuesta rusa

Los diplomáticos rusos buscan desesperadamente un compromiso que permita a la etnia ruso-ucraniana del sudeste Ucrania retener cierta autonomía dentro de una federación y recuperar su influencia dentro de la “nueva” Ucrania resultante del golpe de Estado. Los estrategas militares rusos han proporcionado ayuda logística y militar a la resistencia con el fin de evitar otra masacre similar a la que tuvo lugar en Odessa, cuando fascistas ucranianos asesinaron a miles de conciudadanos de etnia rusa. Por encima de todo, Rusia no puede permitirse tener bases militares conjuntas de la OTAN y los nazis de Kiev a lo largo de su frontera común, con capacidad para imponer el bloqueo de Crimea y forzar un éxodo de las personas ruso-ucranianas de la región de Dombas. Con Putin a la cabeza, el gobierno ruso ha intentado proponer compromisos que permitieran la supremacía económica occidental sobre Ucrania, pero sin ceder ante la expansión de la OTAN y la absorción de Kiev.

Esta política de conciliación ha fracasado una y otra vez.

El “régimen de compromiso” democráticamente elegido en Kiev fue derrocado en febrero de 2014 tras un golpe de Estado violento que instaló en el poder a una junta favorable a la OTAN.

Kiev ha violado el acuerdo de Minsk impunemente, con el apoyo de las potencias de la OTAN y de Alemania.

La reciente cumbre del G-20 en Australia actuó como un coro demagógico contra el presidente Putin. El encuentro crucial de cuatro horas entre Putin y Merkel resultó un completo fiasco ya que Alemania se limitó a seguir a pies juntillas la consigna de la OTAN.

Finalmente, Putin respondió ampliando la disposición de tropas aéreas y terrestres listas para intervenir a lo largo de sus fronteras, al tiempo que aceleraba el acercamiento económico de Moscú hacia Asia.

Pero lo más importante es que el presidente Putin ha anunciado que Rusia no puede quedarse al margen y permitir la masacre de todo un pueblo en la región de Dombas.

El inminente bombardeo que Poroshenko prepara contra la población del sudeste de Ucrania ¿tiene como objetivo provocar una respuesta de Rusia ante la crisis humanitaria? ¿Se enfrentará Rusia a la ofensiva de Kiev -dirigida por la OTAN- arriesgándose a una ruptura total con Occidente?

Diciembre 4 de 2014
(Traducido por Paco Muñoz de Bustillo)

Fuente: el espía digital

bastadeodio                                                                        

martes, 2 de diciembre de 2014

¿Quién amenaza a quién?

El oso ruso devorando Ucrania
Esta es la ilustración de Fernando Vicente para la nota de opinión "Ucrania: La pasión europea" escrita por Mario Vargas Llosa para el diario El País en la que éste crea un relato poco verosímil acerca de un pueblo víctima y un estado totalitario victimario con un dramatismo digno de un cuento de ficción.

El escritor oculta celosamente -entre muchas otras cosas-  lo que cualquier europeo medianamente informado sabe: que la mafia corrupta que desplazó al anterior gobernante electo Yanukóvich -luego de las llamadas revueltas democráticas del Maidán (*), apoyadas y financiadas por los EEUU- lo que quiere por sobre todas las cosas es dinero, dinero que obviamente deberán poner ellos, los gobiernos europeos, cosa que no les gusta para nada especialmente porque dinero es lo que no les sobra.
El estilo de la ilustración se corresponde con el empleado en la peor propaganda occidental de la guerra fría, salvo el pequeño detalle de que la estrella en el gorro del oso no es la roja de la URSS sino que tiene los colores de la bandera actual de la Federación Rusa.
Este estilo que intenta reinstalar a Rusia como el eje del mal (Reagan), como el país imperialista y el agresor, es común en toda la prensa occidental dominante.

Vargas Llosa dice en la nota, que le dijo Poroshenko, el actual presidente: “Los zares, Lenin, Stalin, trataron de desaparecernos. Ahora todos ellos están muertos y Ucrania sigue viva. ¿Qué debemos hacer, pese a la desigualdad de fuerzas con Rusia? Luchar, no hay alternativa”.

El sesgo no deja de ser llamativo, el presidente usurpador no menciona -ni Vargas Llosa lo lleva a recordar- a las hordas nazis de Hitler que la ocuparon encontrando considerable apoyo interno, pero, a la vez, heroica resistencia y que terminaron arrasándola en su postrera retirada apresurada hacia Alemania escapando de la demoledora contraofensiva del Ejército Rojo. La omisión no deja de ser una pista importante acerca de cómo ve él la historia reciente de su país y, en consecuencia, cómo podría interpretar la actual situación.

La existencia en Ucrania de variados grupos nacionalistas de derecha, algunos de ellos de ideología nazi, es en parte consecuencia histórica del hecho de ser considerado el país una frontera entre Europa y Asia. De hecho el nombre Ucrania significaba originalmente eso: frontera. A lo largo de su historia casi siempre fue un territorio en disputa por parte de las potencias circunstanciales que la rodeaban y cambió muchas veces de dominador.

Durante la segunda guerra mundial milicias nacionalistas ucranianas se unieron formalmente a las tropas de las SS combatiendo a su lado en diversos puntos de la geografía europea de la guerra. (**)

En las recientes manifestaciones del Maidán, inicialmente pacíficas, previas a la destitución de Yanukóvich, grupos entrenados de estas mismas organizaciones o sus herederas, oficiaron de fuerzas de choque para enfrentar a las fuerzas policiales y en esos enfrentamientos cometieron actos de violación de los DDHH que están documentados pero que no han sido denunciados por las autoridades ucranianas ni por las europeas. Existen también serios indicios del apoyo que parte de estos grupos extremistas recibieron de miembros del gobierno y del parlamento norteamericano. 
Milicias de derecha ucranianas en el euro-Maidán
Está claro entonces que reducir el conflicto de Ucrania a una lucha por la democracia y la libertad de un pueblo es simplificar demasiado. Es más justo decir que se trata de un (viejo) conflicto que busca involucrar a toda Europa en una potencial guerra local en contra de otro país europeo -Rusia- con el solo objetivo de debilitarlo y, si es posible, detener su resurgimiento económico, social y cultural. Europa, en general, y en particular Alemania, no están interesadas en involucrarse directamente en este llamado.
Hasta el actual presidente lo sabe: “Nadie va a ir a la guerra por Ucrania, lo sabemos de sobra. Ojalá que, por lo menos, nos den armas para defendernos”.

Armas quizás les den (vendan), quizás también -si es que ya no están- acudan en su "ayuda" asesores y empresas privadas de mercenarios, made in USA o Israel, especialmente entrenados en guerras sucias. Lo que es seguro es que si triunfan los señores de la guerra, el pueblo ucraniano, ese que no está de acuerdo con los extremismos pero los tolera con la vana ilusión de que, por fin, pueda encontrar la paz y la prosperidad, será el que ponga la mayor cuota de sangre y sufrimiento.

Conclusiones:
1) Es necesario tener en cuenta que el conflicto de Ucrania forma parte de un conflicto mayor. Desde la disolución de la URSS y el breve "fin de la guerra fría", EEUU, sus satélites europeos y su brazo armado que es la OTAN están cercando militarmente a la Federación Rusa, llevando sus tropas y armas de exterminio masivo a su misma frontera, utilizando su poder mediático para convencer al mundo que es justo y necesario luchar contra el nuevo enemigo, el supuesto imperio autoritario y corrupto ruso.
El cerco, usando a Ucrania como excusa, es ahora también económico y comercial. Pretenden que la Federación Rusa colapse como lo hizo la URSS. El mundo unipolar que construyeron como vencedores de la guerra fría y del que se nombraron sus custodios armados no admite competidores exitosos.

2) Si bien Ucrania es usada como excusa contra Rusia, existe en este país un sentimiento anti ruso y pro occidental muy considerable (probablemente del orden del 40% de la población) y, además, están presentes importantes grupos de acción política violenta, de tendencia nacionalista e incluso neo nazi. A las marcadas diferencias políticas existentes entre el este y el oeste se suman diferencias culturales y económicas. En el este el poder adquisitivo de la población es notoriamente más alto y, además, la mayoría es ruso hablante.
La posibilidad de secesión territorial en el este ucraniano existe y sus consecuencias son potencialmente muy graves. La amenaza de un nuevo conflicto de los Balcanes pero esta vez en el centro de Europa es muy real. La situación de Crimea -aunque es cualitativamente diferente a los territorios del este- puede repetirse si no se da una respuesta adecuada a las demandas de autonomía y mucho peor si se intenta una represión generalizada por parte del gobierno de Kiev.

3) En muchos puntos de Europa las fuerzas de la OTAN y del ejército ruso están tan cerca que se "miran las caras". Hay puntos más calientes que otros. Uno de ellos es el este de Ucrania, pero hay otro al que se le presta relativamente menor atención por parte de la prensa y es la región del mar Báltico, en el norte europeo. Allí los despliegues de fuerza y las maniobras de la OTAN y de las fuerzas armadas rusas son muy frecuentes. Esa cercanía peligrosa de las fuerzas no se debe a una expansión de Rusia sino por el contrario a la expansión de la OTAN hacia territorios que antes estaban bajo la influencia de la URSS. En política existe algo similar al "horror al vacío" que existe en la física. Pero en política las reacciones a esos movimientos pueden ser letales para ambos cuerpos enfrentados y los que los rodean.

Notas:
(*) La reciente historia política de Ucrania es sumamente compleja e imposible de resumir aquí. En 2010 es electo en elecciones presidenciales limpias Viktor Yanukóvich, legitimidad que es ratificada en 2012 en las legislativas (ver mapa). Yanukóvich se oponía al ingreso de Ucrania en la UE y prefería continuar con la relación comercial preferencial con Rusia. La población ucraniana estaba dividida al respecto, pero en Kiev, su capital, se oponía mayoritariamente a esta política y comenzó a manifestarse pacíficamente reclamando su modificación, estas manifestaciones hacían centro en la Plaza de la Independencia (Maidán). Lamentablemente la intervención de grupos de extrema derecha convirtieron a la protesta pacífica en un enfrentamiento que dejó decenas de muertos y concluyó con la destitución del presidente en febrero de 2014. Un nuevo llamado a elecciones consagró al actual presidente, el magnate ucraniano de las golosinas, Petro Poroshenko favorable a la integración en la UE (y tal vez a la OTAN) y enfrentado a Rusia.

(**) A mitad de 1943, el ejército internacional de las Waffen-SS que el Reichsführer Heinrich Himmler llevaba gestando desde hacía años, autorizó incluir ucranianos entre sus filas para luchar contra los comunistas. Así nació la 14ª División SS Ucraniana “Galizien” con 29.124 voluntarios de un total de 82.000 solicitudes que se contabilizaron en Galitzia (región ucraniana que limita con Polonia). Muchos de los nuevos soldados ucranianos lucharon contra los partisanos polacos en Lublin y Chom en Polonia, así como contra los maquis en Francia o la resistencia holandesa en los Países Bajos. El reconocer a las milicias ucranianas como parte integrante de las Waffen-SS fue un gran paso por parte de los alemanes, que se dio pese a la oposición inicial de Hitler.

Apéndices: 1) Infografía


 (El mapa y la progresión en el tiempo de la OTAN, estableciendo un cerco a Rusia, hablan por sí solos)
Resultados de las elecciones parlamentarias 2012 con la ratificación del triunfo de Yanukóvich (color azul)
2) Testimonios y crónicas desde Ucrania:
Diario Público.es  a) Mapas y Gráficos
                            b) Lista de artículos

bastadeodio                                                                     

viernes, 7 de noviembre de 2014

Recordando el 9N: Putin es feo, sucio y malo

¿Qué es la nueva guerra híbrida entre Rusia y Occidente? se pregunta, inocente, en el titular de un artículo de hoy el diario La Nación que reproduce el original de la BBC firmado por Bridget Kendall, la corresponsal de asuntos internacionales de la cadena británica.

El artículo en cuestión se limita a repetir el relato que del regreso de los fríos en las relaciones internacionales fatigan habitualmente las fuentes mediáticas occidentales, pero que se puede leer de dos maneras contrapuestas.

El primero y literal sentido: Rusia, aunque no sea ya la poderosa URSS, el demonio comunista, sigue siendo un peligro para la paz y la libertad logradas por occidente, valores que continuamente ésta trata de socavar. Por supuesto que este relato es simplista y demasiado sesgado, no fue Rusia, ni mucho menos recientemente, quién comenzó la agresión y/o la desestabilización del status quo post soviético. Esa afirmación no resiste el menor análisis.

La verdad de los hechos es generalmente la contraria. Fueron los EEUU y sus principales aliados europeos quienes lo hicieron y el medio fue y es la OTAN. En la propia Europa, lo cual es muy peligroso para los europeos y para el mundo, pero también ocurre en otras regiones muy alejadas de lo que se supone es la zona de actuación original de la alianza. Irak, Afganistán, Libia, Siria, son solo algunos ejemplos de lo que afirmo.

El segundo, que surge muy claro en estas fechas en las que se conmemora la caída del Muro de Berlín y el supuesto fin de la Guerra Fría, hay que leerlo entre líneas, por lo no dicho y a la luz de la evolución posterior de la Federación Rusa.

Luego del descalabro de la URSS y de serias convulsiones internas e intentos de desintegración, el oso ruso logró restablecer un nuevo orden político y económico y comenzó a crecer económicamente a tasas chinas. Hoy es una de las potencias económicas emergentes y, además, tiene las mayores reservas estratégicas de energía del planeta. Y lo que es más importante, reclama para sí el derecho a establecer relaciones de mutuo beneficio con cualquier país del mundo. Rusia no acepta un reparto del mundo en zonas de influencia digitado por los EEUU y sus aliados, donde, además, éstos son los que ponen unilateralmente las reglas y las cambian constantemente (Siria, es el último ejemplo). Por supuesto, aunque sea secundario, Rusia continúa siendo una potencia nuclear de primer orden.

Sin embargo, los EEUU no actúan así solo contra Rusia, pretendiendo limitarla y coartar su crecimiento e influencia. También lo hacen con la otra potencia China, lo que a la postre les crea un problema ya que eso los empuja a entenderse y a dejar sus diferencias históricas de lado. El reciente acuerdo energético que le asegura la provisión de gas ruso a China es un ejemplo de ello.
También lo son los intentos por parte de los EEUU de bajar el precio del crudo que están dirigidos primariamente a perjudicar a Rusia pero que, paradójicamente, benefician a China que ve disminuida su factura energética.

También lo hacen de forma abierta o solapada contra cualquier país del planeta pequeño o grande que se rebele ante sus pretensiones de hegemonía. En realidad actúan como si los países, sus fronteras, sus culturas y sus gentes, fueran solo objetos turísticos en el escaparate del consumo y no entidades con derechos.

A modo de conclusión. La caída del muro y los acontecimientos posteriores fueron un posible punto de partida para crear un mundo más pacífico, más igualitario y más justo. Sin embargo, se convirtió en la gran oportunidad perdida. ¿Porqué, a causa de qué y de quién?.

Voy a dejar que la respuesta la de alguien insospechado de parcialidad a favor de Rusia. Un español que perteneció a la UCD, alguien de centro derecha pero con una visión independiente de la situación internacional y mucha experiencia. Federico Mayor Zaragoza, dice:

"En 1989 todo clamaba paz, todo clamaba cambio. Junto a la inusitada transformación de la Unión Soviética, la magistral lección del presidente Nelson Mandela, que, después de 27 años de cautiverio, fue capaz, con su política de conciliación y brazos abiertos, terminar en muy poco tiempo el atroz racismo del apartheid. Culminaba con éxito el proceso de paz en Mozambique. Y en El Salvador, otro punto de referencia, porque hoy es presidente constitucional del país el líder del Frente Insurgente Farabundo Martí, Salvador Sánchez Cerén. Y, en Costa Rica, tenía el honor, como director general de la Unesco y a instancias del secretario general, Javier Pérez de Cuéllar, de reiniciar el proceso de paz en Guatemala, comenzado por el presidente de los Acuerdos de Esquipulas, Vinicio Cerezo…

Todo clamaba conciliación y nuevos rumbos. La re-unión de las “dos Alemanias” hubiera debido ser motivo de reflexión. Pero los neoliberales, en lugar de fomentar encuentros y acuerdos con los protagonistas del 9-N, siguieron imperturbables los designios de su ambición.

Deseo que se rectifiquen ahora con firmeza las actitudes que entonces erosionaron progresivamente la democracia en favor de la plutocracia, dejando en muy pocas manos las riendas del destino de la humanidad.

Pero, muy pronto, será el poder ciudadano el que prevalecerá. Por primera vez en la historia, los seres humanos pueden por fin expresarse libremente, conocen lo que sucede en el mundo en su conjunto y cuentan progresivamente con la participación femenina, piedra angular del “nuevo comienzo”. Será la democracia y no la plutocracia, una democracia genuina a escala internacional, regional, local y personal, la que será su fundamento y razón. Deseo muy sinceramente que los efectos que no tuvo el 9-N en 1989, cuando todo clamaba paz y cambio, los tenga a partir de ahora.
"

imagen: la tapa de Time que no fue. Diciembre 31, 2007

bastadeodio                                                                        

viernes, 3 de agosto de 2012

El imperialismo: asesino por naturaleza

Mural "Guernica" de Pablo Picaso
Las tácticas de combate empleadas en la guerra cambian de forma constante como también sus posibles escenarios. En pocas décadas se ha pasado de la Destrucción Mutua Asegurada y los bombardeos estratégicos masivos a la eliminación física individual del enemigo, casi quirúrgica en la teoría.




La era de los asesinatos masivos:

Las dos grandes guerras mundiales fueron el escenario de matanzas enormes, que llegaron a un extremo de eficacia mortal en el lanzamiento por parte de los EEUU de las dos únicas bombas nucleares usadas en una situación de guerra en toda la historia del armamento nuclear. Se trató de dos ciudades japonesas, Hiroshima y Nagasaki, cuidadosamente escogidas y preparadas por el alto mando estadounidense para poder estudiar en las mejores condiciones posibles los efectos de una guerra nuclear sobre la población civil.

La capacidad militar se materializaba en ese entonces en el número de bajas que era posible infligirle al enemigo, tanto sea a las fuerzas de combate como a las poblaciones civiles, táctica que se generalizó en la segunda guerra mundial con el bombardeo estratégico de grandes ciudades que no eran en todos los casos objetivos militares tradicionales y que tuvo su debut en la ciudad vasca de Guernica, como un ensayo en el terreno de lo que sobrevendría pocos años después. Se la llamó "la guerra total", se trataba de aniquilar todas las capacidades del enemigo y provocar el colapso final de su sociedad.
La táctica fue también empleada por los EEUU en las guerras que este país y sus aliados siguieron en indochina con la excusa de contener al comunismo. Por ejemplo, en los bombardeos sobre Vietnam del Norte. Un método sanguinario y deplorable, eficaz en la teoría, pero que en la práctica y por variadas razones no lo fue y se transformó más en un castigo o venganza que en una táctica militar efectiva. Aunque absolutamente condenable y condenada, esta Ley del Talión es practicada actualmente con particular empeño sobre el pueblo palestino de las zonas ocupadas por las fuerzas militares de Israel.

Los números de la muerte:

Ciudad alemana bombardeada, II guerra mundial
En este sentido la posición de los EEUU puede considerarse privilegiada. Si se deja de lado el ataque japonés a Pearl Harbor y algunos pocos incidentes similares pero menores, el territorio de este país permaneció intocado a lo largo de todas las guerras en las que participó en el siglo XX. Inclusive, el territorio continental de los EEUU nunca sufrió un ataque por parte de una potencia extranjera desde el triunfo de las luchas por la independencia. En cuanto a las bajas estadounidenses las cifras son elocuentes.

Durante la guerra de secesión (1861-1865) murieron 700 mil soldados de ambos bandos. En el norte murió el 6% de los hombres de edades comprendidas entre los 13 y los 46 años; en el sur -que perdió la guerra- esa cifra alcanzó el 18%. La suma total de bajas -incluida la población civil- fue de algo más de un millón de personas. Se puede afirmar que este total iguala al número de bajas sufridas por los EEUU en todas las guerras, anteriores y posteriores a ésta. Si se toman en cuenta las posteriores, que son las más relevantes para la cuenta, resulta que en la primera gran guerra EEUU tuvo 115 mil bajas militares y solo 350 civiles; en la segunda guerra mundial la cifra de militares se dispara hasta los 400 mil, la mayoría en el frente del Pacífico, y solo 1700 civiles.

Alemania, que perdió ambas guerras, tuvo casi 2,5 millones de soldados muertos en la primera guerra y casi 400 mil civiles; en la segunda guerra, la cifra de soldados alemanes fallecidos fue de cerca de 5 millones y más de tres millones de civiles. En la segunda guerra, la gran cuota de muertes ocurrieron por lejos en lo que era la URSS y China, 18 millones de militares y 29 millones de civiles, en conjunto. Solo en la batalla de Stalingrado las fuerzas de la URSS perdieron más de un millón de combatientes.
La eficacia de la maquinaria de guerra occidental para eliminar a gran cantidad de personas claramente va en aumento y llega a su paroxismo en la segunda guerra mundial.

En las guerras posteriores, que son muchas, hay también una gran cantidad de muertos especialmente entre la población civil. Los casos más dramáticos se dan en África, tanto durante las guerras por la independencia como en los posteriores conflictos internos que aún hoy continúan. Un caso que se recuerda -pero que no es el único ni mucho menos- es el de la guerra de Biafra (1967-1970) donde murieron por causa de los combates, del hambre y las enfermedades, que son su secuela, más de tres millones de personas sobre una población de 14 millones.

Escapando de Trang Bang, Vietnam, 1972
Un párrafo aparte merece la guerra de Vietnam. En su momento de mayor compromiso los EEUU llegaron a tener en el terreno medio millón de combatientes. En total sufrieron 60 mil muertos y 350 mil heridos en combate, en tanto las fuerzas conjuntas de Vietnam del Norte y el Vietcong tuvieron un millón de combatientes muertos y cinco millones de muertos entre la población civil de las dos zonas en las que estaba dividido el país.

En las guerras más recientes, de Irak y de Afganistán, las cifras de soldados muertos se reducen drásticamente. En Irak (2001-2009), el gobierno yanqui reconoce 4500 soldados muertos y cerca de un millar -esta es una novedad- de "contratistas", un eufemismo que encubre su verdadera naturaleza de mercenarios a sueldo. En Afganistán desde el 2001 a la fecha a tenido algo más de 2000. Para que se pueda comparar, Rusia -en su propia guerra de Afganistán, anterior a la actual- tuvo 15 mil muertos. Entre las poblaciones civiles, de Irak y Afganistán, es donde ocurrieron la mayor cantidad de muertes. Solo en este último -desde 1979- posiblemente murieron en total casi dos millones de civiles, naturalmente no todas las muertes son por causa directa de los EEUU y sus aliados, muchas se deben -como en otros casos- a conflictos internos de los países involucrados alentados y provistos de armas por las potencias.

B-52 dejando caer sus bombas, Vietnam.
La matanza de civiles indefensos, el bombardeo estratégico masivo de poblaciones y ciudades por parte de las fuerzas de los EEUU se convirtió en el método elegido para doblegar -aunque, en la mayoría de los casos con escaso éxito- la voluntad del oponente. Aunque predominó en la segunda guerra, continuó siendo empleado en indochina y actualmente ha disminuido, no se dejó de utilizar, como lo prueban en particular los inicios de las guerras del Golfo Pérsico y de Afganistán. Cambió la tecnología empleada y las tácticas pero no los objetivos.

La historia reciente de las guerras se convirtió entonces en la historia de la habilidad del ser humano para eliminar de la forma más rápida, eficiente (masiva) y al menor costo, material y en bajas propias, físicamente al oponente. La guerra, parafraseando al gran estratega Carl von Clausewitz, procura someter la voluntad del enemigo no simplemente eliminarlo físicamente, eso puede considerarse brutal e innecesario.

Enormes y costosísimos bombarderos estratégicos, bombas convencionales gigantes, aviones que escapan al radar, súper cazas, misiles de medio y largo alcance provistos de cabezas nucleares múltiples, submarinos capaces de permanecer sumergidos por meses, satélites capaces de observar detalles minúsculos, todo un arsenal que bastaba para potencialmente eliminar toda forma de vida compleja sobre la tierra, varias veces, como si esto no fuese absurdo y redundante.

Una serie de factores, entre ellos, el desplome de la URSS y el desarrollo espectacular de la informática y la cibernética, fueron modificando de manera incipiente el escenario bélico el cual, a pesar de ello, se mantuvo esencialmente vigente hasta la segunda guerra del golfo. Y es posible que no haya aún desaparecido del todo si se piensa en situaciones como las que se podrían plantear en la zona del golfo Pérsico en un eventual conflicto bélico que involucre inicialmente a Irán e Israel.

Twins Towers, World Trade Center, NYC, set 11, 2001
Cuando los fantasmas de la vulnerabilidad de los EEUU frente a un ataque nuclear a su territorio parecían haberse disipado para siempre, el atentado y destrucción de las torres gemelas de NYC significó el fin de la ilusión, en particular porque el mismo no provenía de un país tecnológicamente avanzado -en este caso ni siquiera de un país- sino de un grupo decidido y organizado que empleó la tecnología si se quiere más elemental: el puro recurso humano y la información, pero que logró maximizar sus efectos de una forma que dejó al mundo boquiabierto.

Lejos de aprender de ello, los EEUU se lanzaron a una guerra global contra el llamado terrorismo que en lugar de limitar su influencia en el mundo y la amenaza para su seguridad, la ha aumentado y globalizado. Los horrores de Guantánamo y Abú Graib, solo la parte más visible del iceberg, dejaron al desnudo la maldad esencial contenida en ese supuesto combate contra el terrorismo llevado adelante en nombre de la democracia y la libertad. Terrible escuela oficial de doble moral que reduce al enemigo a una condición tal que justifica el más inhumano de los tratos. Tampoco es nueva, con ella como guía teórica y Vietnam como experiencia piloto, los EEUU entrenaron a los militares genocidas de América Latina por varias décadas.

Con el pretexto de eliminar el terrorismo en sus propias guaridas invadieron y ocuparon Afganistán e Irak, pero antes de que alcanzaran sus objetivos allí se les multiplicaron rápidamente los frentes. Actualmente y a pesar del asesinato de Bin Laden y de otros líderes de la organización Al Qaeda, los EEUU deben llevar adelante en el medio oriente, Asia (Yemen, Afganistán y Pakistán) y en África (Libia, Somalia, Congo y recientemente en el Magreb norteafricano, entre otros) una lucha sorda y continuada contra el mismo evasivo y brumoso enemigo. Un enemigo que en gran medida es creado y unificado por las acciones muchas veces brutales de los propios EEUU y sus aliados europeos y regionales. Las zonas de conflicto e inestabilidad lejos de disminuir aumentan de una forma más que alarmante. Lo peor es que detrás de esas palabras en apariencia neutras, "inestabilidad" y "conflicto", los que sufren penurias indecibles propias de épocas que parecían superadas son las poblaciones civiles, especialmente sus individuos más vulnerables, mujeres embarazadas, niños y niñas y ancianos.

Esa enorme maquinaria bélica formada y entrenada para la guerra contra un enemigo convencional -otra potencia- debe emplearse contra otro tipo de enemigo en una forma de combate para la cual no fue concebida ni preparada. Los resultados no son para nada buenos.

Afganistán, ataque con un IED
En la Segunda Guerra Mundial, el 3% de las muertes de soldados estadounidenses fueron causadas por minas antipersonas. En la guerra de Vietnam, la cifra subió al 9%. En Irak, se disparó al 65% (en 2005), y un general de los Marines estimó que el 80% de las bajas que sufrieron sus tropas en Afganistán se debieron a los IED (improvised explosive devices, o dispositivos explosivos improvisados). El Pentágono ha gastado 1.700 millones de dólares -solo en Irak y Afganistán- para neutralizar, mediante interferencias electrónicas, estas bombas improvisadas cuyos componentes cuestan unos pocos dólares (una decena de kilos de explosivos de alto poder y teléfonos celulares o mandos abrepuertas), sin mucho éxito.
Tampoco es nuevo. En Vietnam las fuerzas militares yanquis se vieron en una situación cualitativamente similar frente a las formas de combate del vietcong, aunque en ese momento la electrónica no estuviese a la altura y los vietnamitas recurrieran al bambú y a excrementos humanos para lograr un objetivo similar.

Es que hay un elemento presente en estas guerras al que no se le presta la debida atención quizás porque ésta se distrae en la admiración infantil que generan las tecnologías de destrucción cada vez más sofisticadas de que se dispone. Ese elemento es que las fuerzas de EEUU son -en general- fuerzas de ocupación de un territorio que les es extraño y hostil situado a decenas de miles de kilómetros de casa, frente a un enemigo que también le es extraño y hostil, que conoce el terreno, tiene apoyo de la población local (se confunde con ella) y una gran inteligencia de combate basada en el recurso del cual los EEUU carecen o lo tienen en forma limitada: combatientes comprometidos y motivados.

La era de los asesinatos selectivos:

La maquinaria bélica de los EEUU, muy integrada a la estructura productiva -como en el pasado lo fue la de Gran Bretaña- es esencialmente adaptable y, desde luego, está puesta al servicio del mantenimiento de su supremacía en todos los terrenos donde se jueguen sus intereses. En este momento, entre otras cosas, pretenden cambiar las tácticas de combate y adaptarlas a lo que se denominan conflictos de baja intensidad, evitando los aspectos más condenables de las tácticas más convencionales, minimizando la presencia de fuerzas en el terreno y, en consecuencia, disminuyendo las bajas propias, pero y este es un pero muy importante, sin que eso signifique renunciar a la mayor motivación inmediata que tiene para esa maquinaria la guerra, que no es otra cosa que el negocio de la muerte, el negocio de la producción y venta de armamentos. No es nuevo tampoco, las guerras han sido a lo largo de la historia las principales impulsoras de los cambios y revoluciones tecnológicas. El terreno está preparado para recibirlos y estos se están produciendo.

Un drone de los grandes
En poco tiempo -algunos años- los EEUU han puesto a punto la tecnología de los drones. Estos son -por ahora- aviones comandados a distancia capaces de portar sofisticada tecnología de observación e incluso, en las versiones mayores, misiles aire tierra y bombas inteligentes. Los pesos varían desde unos pocos gramos a media tonelada en el caso de los más letales como el predator (depredador).
En la última década, la flota de drones de Estados Unidos ha pasado de 50 a más de 7.000, repartidos por diversas bases en Turquía, las islas Seychelles, Etiopía, Yibuti o la península Arábiga. Se estima que en poder de las fuerzas estadounidenses se encuentra el 70% de este tipo de armamento. Esta cifra no incluye los drones en poder de la CIA (que ésta utiliza en actividades secretas en Pakistán, Somalia o Yemen).

El cambio ha llegado al punto en que es posible que en un futuro no muy lejano la FA entrene más personal para comandar (utilizan el eufemismo pilotar) estos artefactos que los aviones militares convencionales. En la actualidad hay solo en esta rama del ejército 1300 comandos de drones repartidos en 13 bases en Estados Unidos. Antes se exigía la experiencia de haber pilotado un avión de combate, ahora esa exigencia ha desaparecido y basta con tener cuarenta horas de experiencia de vuelo en un cessna. Como en la película Terminator se está pensando en convertir a estos robots en totalmente autónomos del control humano directo. Espeluznante.

Controladores de drones y ambiente de trabajo (HD)
¿Cuál es el trabajo de estos controladores?. Es lo más parecido -hasta cierto punto- a un trabajo de oficina. Están sentados varias horas al día frente a unas cuantas pantallas y a un centro de comando con algo similar a un joystick entre las manos. Parecido a los videojuegos, pero la diferencia es que -drone mediante- estos individuos vigilan constantemente -día y noche- a un objetivo (un supuesto combatiente terrorista) con la finalidad de conocer sus movimientos y poder elegir el lugar y momento adecuado para eliminarlo, si es que llega desde arriba la orden de hacerlo.
El nivel de detalle con el que los controladores conocen la vida de sus objetivos es espeluznante.
Por ejemplo, el piloto de un drone y su compañero, un operador que controla la cámara de la nave, observan a un objetivo mientras juega con sus hijos, habla con su esposa y visita a sus vecinos. Ejecutan el ataque cuando, por ejemplo, su familia ha ido al mercado. "Vemos todos los detalles de la vida de este tipo" o "Los ves levantarse por la mañana, trabajar y luego irse a dormir", "Hay una muy buena razón para matar a estas personas. Me lo repito una y otra y otra vez", "Creo que hago el mismo trabajo de siempre. La única diferencia es que no me envían a otro país a hacerlo", "No se trata de un videojuego, no tengo ningún videojuego que requiera que permanezca inmóvil durante seis horas observando solamente a un objetivo”, son algunas de las cosas que los controladores de drones dicen.

En su mayoría estos controladores trabajan desde bases situadas en los EEUU a más de 10 mil kilómetros de distancia sobre drones estacionados en bases localizadas en Turquía o en otro país cercano a la zona de conflicto, pero en las que el personal local solo tiene la tarea de mantenimiento y preparación para el vuelo pero no interviene en el control del mismo ni en los objetivos de éste.

Esta tecnología y procedimientos han sido empleados profusamente por las fuerzas yanquis que integraban la OTAN en los bombardeos sobre Libia y en la persecución y posterior asesinato de manos de fuerzas rebeldes de Muamar al Gadafi.

También se atribuye a la CIA el asesinato en Yemen en setiembre de 2011 del clérigo Anuar el Aulaki. Los dos modelos que emplea la CIA en Pakistán son el Reaper (segador) y el Predator. Solo la agencia dispone de 14 "órbitas" en Pakistán. Cada una de ellas incluye tres drones, que se pueden emplear para misiones de ataque y de espionaje. El ataque operado por la CIA ocurrido  a comienzos de este año en la frontera entre Afganistán y Pakistán, en el cual murieron cuarenta civiles paquistaníes -justo en el momento de una vista oficial a los EEUU- puso en aprietos a la administración de Obama con su principal aliado en la zona, lo que motivó que la Casa Blanca reforzara el control sobre este tipo de operaciones. Las nuevas limitaciones implican, por ejemplo: que el Departamento de Estado debe participar en las decisiones sobre su lanzamiento; la CIA debe notificar previamente de más ataques al gobierno de Pakistán, y se debe cancelar o demorar cualquier ataque cuando un alto funcionario paquistaní visite EE UU. Cinismo práctico al estado puro por ambas partes.

Los números de la muerte drone de Obama
Se calcula que solo en Pakistán han sido asesinados de esta forma cerca de 2600 supuestos combatientes terroristas desde que Obama inició su gobierno en el 2009, muchos de ellos son civiles que nada tenían que ver pero que pasaron a ser los conocidos "daños colaterales".
Peter Singer, un experto en robótica militar y autor el libro Wired for War afirma que: "Esto creará una situación en la que los norteamericanos solo arriesgarán sus máquinas, lo que reduce aún más un nivel de exigencias para la guerra que ya es hoy muy bajo". Singer las llama "porno-guerras", una metáfora muy adecuada ya que el dirigente político que toma la decisión y el soldado que la ejecuta, permanecen alejados de la zona de combate y en gran medida ajenos a las consecuencias de sus actos y a los riesgos de su ejecución, que son prácticamente inexistentes.

La tecnología de los drones parece tener el futuro asegurado. De modo que a prepararse para "disfrutar" de sus ventajas.

Ya hay una multitud de empresas que venden aviones y helicópteros a control remoto con capacidades muy superiores a las que hasta ahora tenían estos aparatos. La demanda actual y potencial es enorme. Desde estaciones de radio y televisión que los quieren para captar imágenes del tráfico y otras noticias desde el aire, a vendedores de casas y terrenos que quieren mostrar a sus clientes las propiedades a vista de pájaro; ecologistas y zoólogos que pretenden observar parajes naturales o animales salvajes, ganaderos que desean usarlos para vigilar sus rebaños, o empresas de seguridad que los destinarán a tareas de vigilancia. Y un sinfín de otros posibles y pacíficos usos civiles. Claro que esta moneda tiene dos caras, la del beneficio inmediato pero también la que pone a estas tecnologías al alcance de manos indeseables.

Tales supuestos beneficios, sin embargo, no deben ocultar su origen: son tecnologías del horror diseñadas para el asesinato y el predominio.

bastadeodio                                                                 

martes, 17 de mayo de 2011

A dos meses de comienzo del ataque sobre Libia

mapa político (Clic para ampliar)
El 22 de marzo de 2011, publiqué en bastadeodio:

"Como en todas las guerras encabezadas por los EEUU y sus secuaces en el mundo, éstas parecen no producir muertos entre la población civil. Sabemos positivamente que no es así. La manipulación de la información es tal que ignoramos cuántos son los muertos producidos por los centenares de misiles tomahawks que yanquis y británicos disparan desde la protección de la distancia día y noche sobre las posiciones libias, pero seguramente se cuentan ya en centenares o miles.
(el post completo aquí y una continuación aquí , y el 31 de marzo cuando el comando pasa a la OTAN, aquí)

Indigna constatar como este tema a prácticamente desaparecido de los medios de comunicación de la Argentina.
Ya han pasado casi dos meses desde el inicio de la agresión armada de los EEUU y sus aliados europeos amparada en la resolución 1973 de las Naciones Unidas que solo autorizaba a establecer una zona de exclusión aérea sobre los territorios dominados por los rebeldes (centralmente las ciudades de Benghazi y Mizrata).
En este tiempo los rebeldes no han progresado en su dominio territorial a pesar de la ingente ayuda en armamento y demás pertrechos y en la fuerte sospecha de la colaboración de agentes entrenados extranjeros en el comando y control de las fuerzas rebeldes.
Las operaciones se han extendido a casi todo el territorio libio y han consistido, entre otros objetivos, en bombardeos casi diarios de la capital Trípoli y de la ciudad de Sirte de la que es oriundo Gadafi. En total se han realizado cerca de 2300 bombardeos. Según la Cruz Roja Internacional y muchos observadores la situación en Libia ya no es de "rebelión", como en sus comienzos, sino de una auténtica Guerra Civil.


Aunque la OTAN oficialmente lo niega y, por el contrario, los líderes rebeldes lo reconocen, muchos de los ataques están dirigidos a la eliminación física del líder libio. En uno de esos ataques recientes murió un hijo y tres pequeños nietos del presidente. Gadafi ha insistido en su intención de detener el derramamiento de sangre e iniciar negociaciones. La respuesta de la OTAN han sido más bombardeos.

El comandante británico Mike Bracken recordó que actualmente más de 7000 militares participan en los ataques contra Libia, que cuentan además con más de 200 aviones y 20 barcos para contribuir a aplicar la zona de exclusión aérea, el embargo de armas al Gobierno y las acciones necesarias para “proteger” a la población civil.
Desde el pasado 31 de marzo, cuando el bloque atlántico asumió el mando de la operación en Libia, sus aviones han realizado 5822 vuelos sobre territorio libio, incluidos 2326 de "combate", según cifras divulgadas por el organismo.

A esta altura surgen algunas preguntas más que obvias: ¿Cómo es posible que a pesar de toda la artillería y el poder descargado para desplazar a Gadafi este objetivo no se haya logrado? ¿No supone este fracaso una prueba del apoyo de la población civil y de las fuerzas armadas libias a Gadafi?. ¿Qué justifica la negativa a negociar por parte de la alianza agresora?.

El accionar aliado se ha excedido largamente en los objetivos militares autorizados por la ONU, y el resultado hasta ahora es un completo fracaso militar y moral. Urge que la ONU revea esa autorización dada a la OTAN a intervenir en Libia, proponga un alto del fuego y concentre sus esfuerzos en que se establezca una mesa de negociaciones donde todos los libios estén representados y todos los temas sean tratados con el único objetivo de hallar una salida pacífica al conflicto.

Muy lejos de esto, la OTAN aseguró el viernes 13 de mayo que no cesarán los bombardeos contra Libia pese a que éstos han causado centenares de muertos civiles y un número también indeterminado de heridos. El anuncio se hace a sólo horas de que el bloque atacara la ciudad de Brega (oeste) y causara la muerte de 11 imanes (Religiosos del Islam) y 50 heridos.
Intentaron justificarse diciendo que se pensaba que el sitio atacado, un templo de oración en Brega, era un “centro de mando y control para coordinar los 'ataques' contra la población civil”. El bloqueo en los medios de comunicación globales de toda información sobre muertes civiles causadas por los ataques de la OTAN es total. La información incompleta y fragmentaria llega a través de corresponsales de medios independientes y de fuentes insólitas como el Vaticano preocupado por la grave situación humanitaria. A esto lo llaman cínicamente "libertad de expresión".

Ante los miembros del Consejo de Seguridad, la responsable de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU, Valerie Amos, describió la deteriorada situación que atraviesa Libia y exhortó a los Estados a encontrar una rápida salida al conflicto.

"Cuanto más se alargue la actual situación, peor será la situación humanitaria en el país. Los próximos dos o tres meses son cruciales", advirtió la funcionaria.
"Los civiles siguen sufriendo el fuego de la guerra y eso debe acabar", pues dificulta la vida de los ciudadanos y conlleva a que las reservas de "comida, agua y otras necesidades básicas como medicinas" estén llegando a su fin."

Este jueves el presidente del Consejo Rebelde, Mustafá Abdeljalil, declaró a la prensa desde Londres: "Gaddafi es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, es el que está alentando a todo el mundo a luchar. Por eso pensamos que está justificado que sea un objetivo legítimo".
Los "luchadores por la libertad" están, por otra parte, muy interesados en echar mano a los fondos libios congelados en los EEUU, como garantía de un "préstamo" inicial y urgente de 180 millones de u$s para financiar una guerra que consideran se prolongará por lo menos por seis meses más.

A confesión de parte relevo de prueba. El objetivo es asesinar a Muammar al Gadafi.

bastadeodio