Miguel Saiz: Un cuento chino

Y, si así no lo hiciere, Dios y la Patria me lo demanden

Un fallo del Superior Tribunal de Justicia provincial rionegrino aceptó un amparo ambiental colectivo presentado por la legisladora del FpV (Movimiento Evita) Silvia Horne y dictó una medida de no innovar.

Que había hecho el gobernador radical saliente Miguel Saiz (2003-2011), cuyo intento de ser reelecto fue frustrado por el FpV en la últimas elecciones provinciales, para merecer esta medida cautelar. (En la imagen de la izquierda, Miguel Saiz, jurando en la asunción de su segundo mandato)

Sin anestesia: Saiz había llevado personalmente y en secreto negociaciones con el gobierno de China por las cuales el Estado provincial se comprometía a cederles en concesión más de un cuarto de millón de hectáreas en el valle inferior y medio del río Negro todas irrigables para cultivar, cuando no, soja. Además se comprometía a concederles una exención de todos los impuestos provinciales y el otorgamiento de oficina y vivienda para los técnicos chinos “en el domicilio del gobierno provincial”, con equipamiento y transporte más el pago de todos los gastos durante el proceso de desarrollo de la inversión. Además y para que el negocio chino fuera aún más rentable, se cedía parte de la zona portuaria de San Antonio Este por 50 años extensibles a ¡un siglo! Lo que se dice tiempos chinos. ¿Qué quedaba para la provincia?, Nada, absolutamente nada. Y eso sin considerar el negativo impacto ambiental del emprendimiento.

¿Qué habría pasado de no haber ganado las elecciones el justicialista Carlos Soria luego de 23 años de hegemonía radical. Probablemente nada y el negocio habría seguido adelante. El recurso prosperó porque de los dos jueces del TSJP que respondían a Saiz uno se jubiló y el otro -ante el resultado de las elecciones- renunció para evitar el seguro juicio político. El único juez que quedó, Víctor Sodero Nievas, justicialista, fue quien dictó la medida de no innovar. Los técnicos chinos ya se retiraron a su país.

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