Por una Patria Justa, Libre y Soberana

Una Patria Justa, Libre y Soberana - 17 de octubre de 1945 - 17 de octubre de 2015 - Día de la Lealtad - Setenta años

viernes, 25 de noviembre de 2011

Bussi, la Bestia de Tucumán

Bussi el asesino y ladrón ensuciando el uniforme
TORTURADOR Y ESPEJO
Mirate
así
qué cangrejo monstruoso atenazó tu infancia
qué paliza paterna te generó cobarde
qué tristes sumisiones te hicieron despiadado
no escapes a tus ojos
mirate
así
dónde están las walkirias que no pudiste
la primera marmita de tus sañas
te metiste en crueldades de once varas
y ahora el odio te sigue como un buitre
no escapes a tus ojos
mirate
así
aunque nadie te mate
sos cadáver
aunque nadie te pudra
estás podrido
dios te ampare
o mejor
dios te reviente.

Mario Benedetti

Los muertos no son todos iguales para los que aún seguimos aquí por un tiempo indeterminado.
Algunos son amados y recordados incluso con una emoción que esta viva, escondida en algún lugar del pecho y que es capaz de subir por la garganta y estallar en tus ojos. Es un sentimiento arduo de describir pero es similar al que uno siente en algunas ocasiones por los seres familiares y queridos y por los amigos y compañeros del camino que es la vida, aún no conociéndolos personalmente como ocurre con los vínculos humanos,  aún los virtuales, que a fuerza de compartir ideales y sentimientos se convierten en rotundamente reales.

Todos esos sentimientos que se manifiestan como risa o como lágrimas -a veces secas- son en el fondo una manifestación de vida, nuestra y de quienes son capaces de evocarlos aún cuando ya no están aquí.

Me pasa eso con Néstor Kirchner. En este caso se unen la tristeza que provoca su ausencia y la alegría que convoca su llegada y su paso por este el mundo, nuestro mundo.
Néstor es querido por muchos de nosotros sus compatriotas y también por muchos de otros nosotros que en el planeta mundo lo conocen y lo admiran por lo que fue, por lo que hizo y por lo que representa. Néstor fue capaz de dejarnos un legado permanente y se merece todos los homenajes que se le hagan sin importar quién se los hace. Algunos huelen a oportunismo, es verdad. Siempre hay oportunistas. Pero el homenaje aún teniendo ese origen sigue siendo, paradójicamente, oportuno.

Con este muerto Bussi no se puede negar que también convoca sentimientos, no son cálidos como lo son los del amor, los de la vida. Son oscuros, dolorosos, punzantes, insatisfechos.
Se fue dejando tras de sí una estela de muerte, de odios, de sufrimiento.
La Bestia se veía a si mismo como una suerte de guerrero, de caudillo contra la dominación marxista-leninista, como dijo: el conductor de una epopeya.

Bussi es recibido en la Casa Rosada (1995)
Algunos se lo creyeron -estas cosas desgraciadas ocurren- y volvió a mandar en Tucumán en democracia por el voto del pueblo tucumano. No era exactamente el mismo pero para muchos de nosotros lo que incluye a muchos tucumanos, exhibía las manchas imborrables de su actuación anterior, la verdadera, no esa de ficción como gobernador de la democracia, de la legalidad, de la convivencia que el había contribuido a destruir de una manera terrible, como nunca antes había ocurrido.
Su poder anterior que fue inmenso como jefe operacional y luego como gobernador de la dictadura, en democracia se veía desproporcionado a su oscura figura que era un remedo, unos restos de autoridad que quizás tardaron demasiado tiempo en desaparecer de Tucumán. (ver aquí y aquí y aquí)

Finalmente, lo que quedó fue el asesino, el torturador, el que disfrutaba cometiendo sobre los cuerpos indefensos de los prisioneros y prisioneras de sus centros de detención los tormentos más terribles. Bussi era un sádico. Se lo sabe, se lo conoce, hay testigos y hay testimonios.
Se lo juzgó porque la democracia renació y lo hizo bajo la decidida conducción de ese otro muerto como él pero opuesto a él en todo. La justicia tardó, seguro. Le llegó cuando era ya un viejo enfermo al que jueces sensibles le dieron rápidamente el privilegio de la prisión domiciliaria, aunque aspiraba como todos los de su condición a mucho más, a que se lo declarase inocente y que se lo honrase por los servicios prestados. Algunos de ellos, de los otros, creen -y son muy pocos- que así debería ser y quizás son capaces de sentir por la muerte de la Bestia de Tucumán un sentimiento de piedad, de tristeza. La dictadura fue Cívico-Militar, no hay que olvidarlo. No hay que recordar solo a los ejecutores hay que tener presente y llevar a juicio -lo que no será fácil- a los ideólogos civiles.

A muchos otros de nosotros solo nos produce tristeza el recuerdo de lo que fue, de lo que significa. Pero, a la vez, recordamos con ternura, con amor compartido a sus víctimas. Recordamos, por ejemplo, a Diana Irene Oesterheld la hija de Germán, embarazada de seis meses al momento de su desaparición en Tucumán y asesinada en Campo de Mayo. Como botín de guerra el comisario Roberto “El Tuerto” Albornoz usurpó la casa en la que vivían ella y Raúl Araldi, su compañero, asesinado en 1977. Ambos eran militantes montoneros. Ese era el comportamiento oficial y autorizado por las juntas militares: secuestrar, torturar, asesinar y robar, apoderarse de lo poco o mucho que pudiesen tener las víctimas. Y a pesar de todo eso pretenden respeto. Imposible.

bastadeodio                                                              

8 comentarios:

  1. Puta, Profe! Gracias por el poema, gracias por el post, gracias por estar ahi siempre al pie del cañón. Por las pelotas con estilo, gracias!

    Abrazo

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  2. gracias a vos Pibe. Nos une el sentimiento y eso es lo que vale.

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  3. Desde que me enteré, sentí ambivalencia... Por un lado Feliz (sí, no puedo evitarlo) y canto con Benedetti:
    "vamos a festejarlo
    a no ponernos tibios
    a no creer que éste
    es un muerto cualquiera
    vamos a festejarlo
    a no volvernos flojos
    a no olvidar que éste
    es un muerto de mierda."
    Por otro sentí tristeza, porque no fue juzgado en el 83, porque fue electo gobernador en democracia, porque recuerdo la foto de la pistola en su escritorio, porque ya se murió...
    Me hubiese gustado que siguiera vivo -si a eso se le puede decir vivo, un tipo "fuerte" llorando en un juzgado- pero así me gustaba verlo, quebrado... Porque es muy fácil cuando se tienen energías, poder y armas, abusar de personas indefensas...
    Así me gustaba verlo, por los caídos, que no conocí pero presentí su sufrimiento que hice mío.
    Así me gustaba verlo, llorando, sin saber por qué, pero repitiendo su discurso...
    Ahora, no debemos permitir olvidarlo. Si lo olvidamos volverán a asesinar a los inocentes, volverán a desaparecer a sus hijos...
    Lo único que creo que no siento es odio... No puedo odiar a una rata, le tengo lástima...

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  4. Finalmente en estas últimas elecciones el bussismo quedé reducido a nada, casi.
    Recuerdo también cómo se calentó Kirchner con Alperovich y Miranda, en 2003, porque "permitieron" que Bussi ganara la intendencia ese año. Por un tiempo impuso Ley de Hielo.

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  5. No conocía es dato Ricardo, Qué coherente... . cada vez más grande es su ausencia...Me gustó cómo lo recordó Cristina en su discurso en Aerolíneas, bah me gustó todo lo que les dijo.

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  6. Profe; la mirada y el gesto en la foto que subiste lo dicen todo.
    Me quedé mirándola un rato seguido y me empezó a hervir la sangre.

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  7. Todas las fotos que vi de esa época tenían eso en común, el gesto, la mirada. Se creía, no sé, un Rommel. Estoy de acuerdo Daniel esa foto dice mucho, sobre todo cuando la cotejás con la otra, en la que está con Menem, ahí se subordina. Sabe que está por debajo. Que en política el zorro le gana al perro.

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