Me voy a permitir discrepar parcialmente con Luis Bruschtein, el afirma en el comienzo de su nota de Página12 de hoy, "Un vicio de la época":
"La denuncia ya tiene poco que ver con la Justicia. La Justicia cada vez tiene más que ver con la política y la política cada vez más tiene que ver con la denuncia. La denuncia ya es una forma de hacer política a través de la Justicia. Y su eficacia radica en que, así, la política del denunciador queda encubierta por el escenario de cartón piedra de una supuesta Justicia."
En mi opinión hay que considerar aquí -y en el mismo plano- a tres actores y no solo dos, como hace Luis. El que falta naturalmente son los poderosos medios opositores, el verdadero partido de la oposición. Sin ellos la estrategia no tendría casi ninguna eficacia.
Es más la denuncia normalmente comienza en ellos, tras supuestas "investigaciones" basadas en sospechas y ninguna prueba sólida. Luego es presentada a la justicia amiga por algún actor político que aporta como única prueba la denuncia periodística, a pesar de ello los fiscales y jueces amigos la toman y le dan carácter judicial. En ese momento reaparecen los medios dando la impactante noticia de que la justicia investiga a tal o cual funcionario o amigo del gobierno, como si el solo hecho de ser aceptada por la justicia constituyera una prueba de la solidez de la acusación.
La justicia no es apolítica y no puede serlo los jueces no dejan en la puerta de los juzgados sus ideales o preferencia políticas, el problema o vicio, como lo llama Luis, proviene del hecho de la alianza antidemocrática y anticonstitucional de un sector de esa Justicia con los medios opositores y ciertos partidos de la oposición, lo que la aparta de su función para convertirla en una forma de hacer política cuyo objetivo final es violentar o torcer la voluntad popular.
Eso ocurre cuando algún sector de la justicia en virtud de esa alianza espúrea adquiere un poder tal que la sitúa por encima de los otros dos poderes constitucionales. Ese sector corrupto pero poderoso se transforma entonces en el garante último de los privilegios de los que gozan aquellos que pretenden gobernar aún no siendo gobierno.
Antes recurrían a las fuerzas armadas o a los golpes económico financieros para voltear en un instante o de forma mediata, provocando el caos a los gobiernos populares, ahora, que esos recursos o no están disponibles o no consiguen sus objetivos, se juegan al desgaste, al gota a gota, al día a día, tratando de minar la confianza de los ciudadanos en su gobierno. En esa tarea los medios dominantes y la justicia cooptada por éstos son los actores principales.
Finalmente hay que destacar que cuando los denunciados son los verdaderos factores del poder como ocurrió recientemente con la denuncia de las estafas financieras del HSBC no se encuentran jueces o fiscales que la tomen. Son todos incompetentes o súbitamente se enferman. El caso del rechazo de la Corte Suprema al per saltum solicitado por la AFSCA es otro. En ambos casos se busca evitar que la Ley y la Justicia se apliquen a los poderosos.
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El poder judicial ¡que de "justicia" tiene poco!......debe ser democratizado, los jueces y fiscales deben ser electos por el voto popular; Deben tener fecha de vencimiento en sus cargos, no es posible seguir tolerando que permanezcan atornillados en esos cargos por el tiempo que se les de la gana.......¡Fayt en la corte!... ¡Tiene 93 años! ...NO VEN TA Y TRES!....No resiste ningún análisis.
ResponderEliminarEl próximo gobierno debe llamar a un referéndum, tal como lo hará Evo en Bolivia......los ciudadanos debemos decidir como deben ser electos los jueces y fiscales. La corporación judicial sabe que este movimiento popular está en marcha y que más temprano que tarde se llevará a cabo....ellos lo saben y van a resistir todo lo que puedan, pero con una consulta popular se caerán sus resistencias..
El abogadito que tan certeramente describió don Arturo Jauretche hace casi 60 años, cumplirá el próximo 1º de febrero sus primeros 96 añitos. A su lado, el pajarraco gringo municipal Griesa es un pequeñín con brillante futuro.
EliminarUna vez más, Argentina por medio de una de sus señorías judiciales, marca el rumbo del progresismo popular.
Me alegra sobremanera que estas cuestiones sean motivo de discusión entre tantos que hace no mucho tiempo ni siquiera sabíamos la cantidad de nombres que un ex-funcionario había escrito en una servilleta.