Nidos de serpientes. Se agitan. Se revuelven. Amenazan. No quieren quedar al descubierto, prefieren la oscuridad de sus cuevas pero no pueden evitar en esta ocasión salir a la luz del día.
Los tiempos mandan, obligan a sacar la cabeza. Mostrar los dientes. Sacudir las lenguas bífidas hacia uno y otro lado, dejar salir algo de veneno. No se confunden. Fijan la mirada en el oponente. Le advierten: conmigo no te metás!!
Se sienten la salvaguarda de la injusticia, del que nada cambie. Cínicamente a la injusticia y a la desigualdad la llaman República. A la oligarquía como forma de gobierno la llaman Democracia. Reclaman el regreso del voto calificado. Han perdido la tranquilidad que da tener el poder indiscutido, una seguridad que ha sido reemplazada por el temor a perderlo de forma definitiva. Temor a las libertades conquistadas por los sometidos y los excluidos, temor a la voluntad popular, temor al voto universal.
Fundamentalmente sienten terror frente a una mujer luchadora que les advierte que si parece que está dando un paso atrás es solo para tomar nuevo impulso. No están acostumbrados a tamaño desafío.
Buitres, caranchos y cuervos. Impresionantes asociaciones jerárquicas de nombres pomposos y de dudosa representatividad; de curas primero, de jueces del que nada cambie después, que se arrogan, sin embargo, representar nada menos que a Dios y a la Justicia. Que se ven a sí mismas como la última barrera a lo que llaman una "agresión contra todo el pueblo de la Nación".
¿Quiénes son, ahora?
Conferencia Episcopal Argentina.
Comisión Nacional de Protección de la Independencia Judicial.
¿En qué consiste esa agresión tan terrible que los tiene tan agitados?
Nada más y nada menos en que por primera vez desde la vuelta de la democracia hay un gobierno que está convencido que su deber, su único compromiso, es gobernar respetando y no traicionando la voluntad popular expresada en las elecciones y hacerlo a pesar de quien se oponga y de los "costos" y "amenazas" que esto implique.
Ha decidido no ceder a las presiones corporativas, no ceder ante los intereses particulares provengan de donde provengan cuando están en contra del interés general.
Y, especialmente, ha decidido no ceder en algo elemental: que todos cumplan con la ley, que esa "tradición nacional" -tan nefasta para los sometidos y tan beneficiosa para los poderosos- sintetizada por el consejo del Viejo Vizcacha al hijo de Martín Fierro:
"Hacete amigo del Juez -no le dés de qué quejarse-
Y cuando quiera enojarse
Vos te debés encojer,
Pues siempre es güeno tener
Palenque ande ir a rascarse"
Sea solo un recordatorio en forma de poema telúrico de una Argentina del pasado y no una presencia ominosa.
Eso es lo que los tiene tan agitados últimamente.
Lo que siempre esperan las serpientes de sus víctimas es temor reverencial, lo que las irrita es que no se les tenga miedo.
Como buenas serpientes ocultan lo que en realidad las mueve, con quiénes se asocian, a qué intereses responden.
Son en, sí mismas, un símbolo de la tentación en la que no podemos nuevamente caer. De ninguna manera podemos ceder frente a ellas, ya sabemos lo que pasa después.
Como era de esperar la Cámara Nacional en lo Civil y Comercial, sala Nº 1, uno de los lugares donde anidan, falló a favor de prolongar la vigencia de la medida cautelar que impide la aplicación plena de la LSCA. Es un pequeño triunfo del grupo Clarín y un enorme daño a la República, a la Democracia y a la Institución Judicial cuya independencia dicen proteger. Se pasaron de la raya.
bastadeodio
Que se vayan a la pqlp, Profe! Y no nos deje sin su informe sobre la nube toxica por favor.
ResponderEliminarabrazo grande
viva Perón carajo!