Por una Patria Justa, Libre y Soberana

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jueves, 20 de diciembre de 2012

Moyano y el 19 de diciembre, once años después

Alfonsín en el acto moyanista
Los argentinos -en especial los porteños- somos bastantes afectos a manifestarnos en las calles. Pero no todas las manifestaciones son equivalentes ni siquiera comparables entre sí. Se podría decir que hasta pueden ser inconmensurables.

Luego de lo que parecían indudables éxitos de la movilización "espontánea" de la oposición, al parecer ésta creyó encontrar el camino para cuestionar la indudable primacía política del gobierno. Ese camino era la calle y el destino casi inevitable de la movilización era la emblemática Plaza de Mayo.

Jodida la Plaza. Para cualquiera. Tanto te ama como que te aporrea. Quizás si los organizadores no se hubiesen dejado llevar por cierto entusiasmo ingenuo y hubiesen estudiado mejor el tema quizás no habrían elegido esa Plaza y esa fecha del 19 de diciembre para realizar el último acto de un año pródigo en masivas movilizaciones opositoras.

Es que cerrar el año con una gran movilización y en ese lugar emblemático habría sido como alcanzar el clímax, cosechar para sí los frutos aún sin dueño del árbol opositor y, luego de un merecido descanso canicular, encarar en marzo el nuevo año de conflictos con un espíritu renovado de lucha desde una posición expectante. Demasiado tentador para dejarlo pasar.
Para Hugo Moyano, que carece de una estructura partidaria que soporte sus ilimitadas ambiciones, era una cuestión de vida o muerte más que de oportunidad. Seguramente éste presiente que, o bien dice presente con su propio partido en las elecciones legislativas de 2013 obteniendo alguna representación significativa o debe despedirse de sus pretensiones presidenciales para el 2015. Lo que se juega no es solo su futuro político.
Ayer hubo activistas ofreciendo a los asistentes al acto afiliarse a un -por ahora inexistente- "partido de Moyano".

Lo cierto es que el objetivo -común a todos- de realizar la mayor movilización opositora parecía demasiado ambicioso, temerario y plagado de riesgos. Especialmente luego del exitoso acto organizado por el gobierno en esa misma plaza el domingo 9. Sin embargo algunos dejaron sus temores de lado y se prendieron, incluso a último momento, como no queriendo quedar fuera de un posible momento histórico.

Sirvieron para calentar el terreno las fuertes declaraciones de Pablo Micheli hechas a La Nación luego de la movilización del 10 de octubre pasado en la misma Plaza: "Si el gobierno no nos escucha le daremos una guerra nuclear de tres años". Apocalíptico y muy jugado, sobre todo porque luego hay que cumplir la amenaza o por lo menos dar la impresión de que se la puede mantener.
Es así que la CTA de Micheli, la CGT de Moyano y la Azul y Blanca de Barrionuevo - Benegas, depusieron sus legítimas ansias de protagonismo individual, sus supuestas diferencias y declararon: "Unidos en la Acción". Fijaron la fecha, la hora y el lugar para tan magno acontecimiento: el jueves 19 en la Plaza de Mayo a las 17 horas.

Ricardo Alfonsín, Pino Solanas y otros dirigentes políticos no queriendo perder la oportunidad de subirse al camión de la historia dijeron que se harían presentes, y así fue, estuvieron en el palco dando su apoyo al Hugo. También estuvo Eduardo Buzzi, el solito claro, como los políticos opositores no mueve -ni pretende hacerlo- a nadie. Además dijeron presente dirigentes y militantes de las agrupaciones de izquierda, PO, PST y MAS.
En las redes sociales pro cacerolas se discutió si participar o no en la convocatoria, aparentemente no hubo acuerdo, Algunos -muy pocos- fueron y Hugo se los agradeció especialmente, la mayoría de los cíber antiK no lo hizo.
Se puede decir a manera de resumen que los dirigentes políticos que estuvieron jugaron -en favor exclusivo del camionero- una parte del poco prestigio que les queda. No son pocos ya que se involucraron dirigentes -aunque ninguna figura, salvo Alfonsín- de todo el arco opositor.

El globo de pedos que es la blogoesfera cacerola prefirió en cambio mayoritariamente preservarse. Pudo en este caso más la antipatía que seguramente les despierta el líder camionero. Los que no convocaron a asistir acertaron, conservarán -en potencial- algún resto de credibilidad de cara al próximo año pero indefectiblemente deberán jugarla en algún momento si quieren mantenerse en el candelero.
Es que el método que han elegido no les deja ningún grado de libertad. Cada movilización a la que convoquen debe superar -si o si- a la anterior con un altísimo riesgo de fracasar. La Bullrich dependencia resultó nefasta para Yamil Santoro, Elías, Bugallo y otros adláteres del ciberespacio que tendrán que atenerse a las consecuencias.

Micheli dijo que asistieron al acto setenta mil personas. Está mintiendo descaradamente o perdió la cabeza. En todo caso, que le hace una mancha más al tigre. Esa cifra es tan disparatada que provoca a la risa. Casi tanto como decir que el 8N se movilizaron dos millones de ciudadanos en todo el país. Todo indica que ese día fue posiblemente el clímax movilizador en la capital y en varios puntos del interior y que, en el futuro, es muy difícil que esa parte inorgánica y políticamente indefinida de la oposición logre repetir una movilización de esa magnitud.

Es tremendo para sus ambiciones, han probado con el ataque mediático impiadoso y sistemático y han encontrado sus límites. Han recurrido a los comunicados fuertemente críticos de la jerarquía católica y los jueces y, en ambos casos, se han encontrado frente a contra comunicados que revelan diferencias internas profundas entre las cúpulas y los integrantes de esas instituciones. Han explorado las movilizaciones callejeras y les está sucediendo lo mismo.
El resultado de esos intentos de oposición por fuera de los marcos constitucionales es que están más cuestionados que nunca. Debería quedarles en claro que ni el gobierno ni la gran mayoría del pueblo está dispuesto a someterse a las presiones corporativas, provengan de donde provengan.

Volviendo al 19D, de los "Unidos en la Acción", Clarín la calificó en tapa de "Masiva movilización", aunque en la nota interior hacen referencia a la atrevida cifra lanzada al voleo por Micheli y comentan:
"Pareció que hubo bastante menos. Por la Plaza se podía circular con comodidad. Llamó la atención que las columnas de los gremios más grandes llegaron sobre el comienzo del acto."

La Nación dice -con cierta sutileza gráfica- algo más. Si bien en tapa pone una foto de la movilización que la favorecería sin añadir comentario adverso, en su edición on line pone una secuencia de fotos sin mayores comentarios que muestra bien a las claras la disminución en la capacidad de movilización del moyanismo.

El diario Ámbito Financiero es contundente, titula en tapa: "Moyano, vacío: lo abandonó aparato".

Un comentario aparte merece la nota firmada por Francisco Peregil en el diario español El País. Si bien no compromete un número de asistentes, el contenido de la nota parece referirse a otro país, a otros dirigentes y a un acto diferente e imaginario que no tiene nada que ver con el que efectivamente tuvo lugar el 19D en la Plaza de Mayo.

En realidad esa falsa imagen transmitida por el periodista que escribe sobre Argentina para El País se ajusta muy bien a la falsa imagen que tratan de transmitir los organizadores y los adherentes al acto realizado ayer. Y quizás lo que colaboró a ponerlo más claramente de manifiesto fue la fecha elegida: 19 de diciembre. Hace exactamente 11 años -el 19 y 20 de diciembre de 2001- el país entero se derrumbaba gobernado por el mismo partido radical que hoy representa Ricardo Alfonsín y el pueblo harto de más de una década de despojo salió espontáneamente a protestar y a combatir en las calles entregando en la lucha casi cuarenta vidas, varias de ellas de menores de edad. El contraste entre ese país del pasado reciente -aún dolorosamente vigente en la memoria de la mayoría de los ciudadanos- y el presente actual no puede ser más dramático y, entre muchas otras cosas, lo prueba el hecho mismo de que lo que hoy se reclama al gobierno resulta incomparable con lo que en ese entonces la mayoría sabíamos que estaba en juego, que era nada más y nada menos que la propia supervivencia como sociedad civilizada.

Hugo Moyano, de frágil memoria y reciclado opositor, al contrario de lo que algunos podrían suponer, no tuvo un rol protagónico en los sucesos del 19 y 20 de diciembre del 2001 y en todo caso la tibia propuesta de paro nacional realizada por la CTA de ese entonces quedó claramente superada por los hechos de masas acaecidos, los que barrieron con toda previsión. A partir de 2003 con Néstor Kirchner como presidente, Hugo, como muchos, pareció encontrar su lugar.
Hoy, como bien señalaron los familiares de las víctimas de la salvaje represión ordenada por el gobierno radical de De la Rúa (de la cual la UCR nunca ha realizado una autocrítica como corresponde), en el afán de posicionarse frente al gobierno nacional varios de los convocantes, incluidos Hugo Moyano y los sectores de izquierda, se alían con sectores de la derecha peronista y no peronista olvidándose fácilmente de la significación histórica y política de aquella fecha y del diferente y hasta opuesto papel que le cupo a cada uno en esos acontecimientos. De "Unidos" nada, de rejuntados mucho, en todo caso por el espanto. Y ese espanto se presiente, se deja ver, se transmite y posiblemente sea el sentimiento de preservación lo que explica en última instancia el escaso éxito de la convocatoria y la escasa simpatía de que gozó por parte de alguno de los medios de comunicación opositores más tradicionales.

Si algo más hace falta para destacar la notable diferencia entre este 19 de diciembre de 2012 con aquél de 2001 fue la sentencia condenatoria conocida ayer que recayó sobre 23 acusados de crímenes de lesa humanidad en la mega causa conocida como "circuito Camps" dictada por el Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata. No es un hecho menor que entre los condenados a cadena perpetua -a cumplir en cárcel común- se encuentra un civil, Jaime Smart, ex ministro de gobierno provincial durante la dictadura cívico militar. En ese contexto pareció formar parte del realismo mágico al que pretenden acostumbrarnos los políticos y los medios opositores el escuchar a Hugo Moyano hablar sobre presuntas violaciones a los derechos humanos cometidas por el actual gobierno contra niños y ancianos dando y recibiendo el aval de personajes tales como la ex diputada electa por el Pro Cynthia Hotton y Ricardo Alfonsín.

bastadeodio                                                                  

1 comentario:

  1. El 19 la movilización y el 20 los saqueos. Que curioso.
    -"Un Barrionuevo por aquí. Un Duhalde por allá".

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