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jueves, 6 de septiembre de 2012

El drama de los refugiados subsaharianos en Marruecos

Operativo Isla de Tierra (clic derecho para ampliar)
La situación de los inmigrantes, mejor dicho, refugiados, subsaharianos que intentan ingresar a España es una constante desde hace varios años, en general ha recibido por parte de la prensa y los medios de Argentina poca atención. Parece un problema lejano y de otros. Recientemente un hecho lo puso otra vez en primer lugar informativo. Un reducido grupo de ellos, unas 83 personas ocuparon un islote llamado Isla de Tierra que a pesar de encontrarse frente a las costas de Marruecos es de soberanía española. Esta es la historia de ese evento y de lo que lo rodea.   

EL CONTEXTO:
Nadie sabe con certeza de cuántos se trata, pero se estima que son entre ocho y diez mil los subsaharianos que malviven en Marruecos, buena parte de ellos se acumulan en los alrededores de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla enclavadas en territorio marroquí y el resto en otros lugares de este país norte africano. Solo 750 de ellos han logrado obtener de ACNUR el estatus de refugiado. Provienen de varios países al sur del Sahara, entre ellos Mali, Zambia, Gabón, Camerún, Senegal; expulsados por las guerras, el hambre o el desempleo. Son de muy variado nivel sociocultural pero tienen algo en común, no tener nada más que lo puesto, aspiran a ingresar a España y alcanzar quizás su destino final en algún país europeo con el que presienten tener vínculos de lengua e historia.
Pero el ingreso es cada vez más difícil. España y Marruecos están decididos a colaborar para impedirlo.

El problema no es nuevo pero en los últimos tiempos ha recrudecido debido al aumento de los conflictos en sus países de origen y su consecuencia la migración forzada. En octubre del 2005, gobernando España Zapatero, se produjo un importante intento de escalar las vallas metálicas que separaban Ceuta y Melilla de Marruecos. Hubo represión de las fuerzas policiales y militares marroquíes con heridos y posiblemente muertos pero 71 inmigrantes consiguieron salvar la barrera e ingresar.
El gobierno español pactó entonces con el marroquí su entrega a pesar que al haber pisado suelo español los inmigrantes ilegales debían beneficiarse de la legislación vigente en España que les asegura un debido proceso y la asistencia de un letrado en el trámite de potencial expulsión.
Además de esto, otra consecuencia de aquel incidente fue el de duplicar las vallas y duplicar su altura (seis metros en lugar de tres y construir una segunda valla, como en el Muro de Berlín). Esa fue la primera violación masiva de su propia ley cometida por el gobierno español, ahora ha ocurrido la segunda. Este vídeo aporta más al contexto y nos sitúa en las horas previas a los últimos acontecimientos:


LA ISLA DE PIEDRA:
El nombre le queda grande, es apenas un pequeño peñón inhabitable e inhabitado sin posibilidades de refugio que queda a pocas decenas de metros de la costa marroquí. Forma parte del archipiélago de las Alhucemas (también el nombre le queda grande) que recibe su nombre del peñón o islote mayor donde existe un fuerte con presencia permanente de un destacamento militar español. La única presencia que indica que la isla de Tierra es territorio español es un chapón de hierro que lleva pintada la bandera roja y gualda del reino de España.
En ese islote se reunieron 83 refugiados subsaharianos, entre ellos 11 menores y 5 mujeres confiando en que al pisar suelo español serían atendidos según la ley vigente y enviados a los campamentos de Melilla para seguir el trámite de admisión o expulsión. Nada de esto ocurrió. Este es un vídeo del procedimiento de desalojo:


En las primeras horas de la madrugada del 4 de setiembre fuerzas de la guardia civil española desembarcaron en la isla y comenzaron a conducir a los refugiados, en tandas de diez y esposados, a una lancha zodiac que recorría -ida y vuelta- los escasos metros necesarios para que los, ahora prisioneros, pudieran hacer pie y caminar por el agua hasta ser recibidos por las fuerzas marroquíes que los esperaban con gran despliegue y formando una hilera en la playa. Los testigos señalan que se escuchaban con frecuencia gritos desgarradores. Por supuesto ningún periodista pudo acercarse lo suficiente como para determinar su origen y causa. Todo el procedimiento se realizó en la más completa oscuridad, solo iluminados por algunas potentes linternas.
De esa forma 71 ilegales fueron subidos a transportes ya preparados y dejados en la tierra de nadie existente en la frontera cerrada entre Marruecos y Argelia. Esta -como veremos- es la práctica habitual. Argelia no los deja entrar, Marruecos tampoco, en consecuencia quedan librados a su suerte en esa tierra de nadie. Solo los 11 menores y las ocho mujeres de la Isla fueron llevados a Melilla en helicóptero, luego de un breve paso por el fuerte de Alhucema. La operación concluyó a las cuatro y media de la madrugada. El islote quedó desierto. A la salida del sol solo se divisaba una tienda de campaña y, al menos, tres soldados españoles limpiando la zona.

TESTIMONIOS DE LAS VÍCTIMAS:
Musa Ali tiene 20 años, un brazo roto y varios golpes en la cabeza. Patrick, de 32, camina con muletas y lleva vendas en las piernas y en los brazos. Un joven camerunés a su lado tiene la frente vendada, un ojo ensangrentado y varios cortes junto a la ceja. Junto a ellos caminan otros subsaharianos lisiados: hombres con muletas, vendas, cortes, heridas de todo tipo... Parte de la Universidad de Oujda, al este de Marruecos, junto a la frontera con Argelia, ofrece un panorama desolador. Centenares de inmigrantes subsaharianos sin papeles viven y duermen allí, a la intemperie, en los patios, un espacio en el que la policía no puede entrar y en el que la universidad les deja estar desde hace años por razones humanitarias.

El número de heridos llama la atención. Lo que relatan, en la mayoría de los casos, es que son producto de golpes de la policía marroquí. “Me patearon y pegaron con un palo de madera muy grande cerca de la frontera con Melilla antes de deportarme a Argelia”, dice nervioso Musa Ali. “Ellos pegan y pegan y pegan. Y nosotros no podemos denunciar ni hacer nada. ¿Qué se creen que somos? ¿Animales?”.

La frontera cerrada en Oujda
La Universidad de Oujda -o La Fac, como ellos llaman a este gueto- es un lugar de paso en el viaje de los subsaharianos que emigran de sus países de origen hacia Europa. Algunos acaban de llegar a Marruecos. Pero otros muchos han sido deportados desde la frontera con Melilla después de intentar cruzar la valla o mientras aguardaban en los montes de los alrededores de Nador para poder hacerlo. La mayoría ha entrado y salido de Oujda varias veces, en una especie de bucle infinito.

Las organizaciones humanitarias marroquíes que trabajan en la zona dicen que no veían un número de heridos tan grande desde 2005, cuando miles de africanos se abalanzaron sobre las vallas de Ceuta y Melilla. Algunos de los que lo intentaron entonces, murieron a balazos. Los que no lograron pasar fueron conducidos en autobuses y camiones a zonas desérticas fronterizas con Argelia sin agua ni comida. Como ha sucedido ahora con este grupo.

EL GOBIERNO ESPAÑOL:
Como se puede ver en el segundo vídeo, para el gobierno español el operativo Isla de Piedra fue brillante, todo un éxito, las palabras del ministro de relaciones exteriores García Margallo no dejan lugar a dudas. Sin embargo para los organismos defensores de los derechos humanos, incluida Amnesty Internacional el procedimiento fue completamente ilegal y están evaluando presentar un reclamo legal en ese sentido. No puede descartarse que entre los refugiados algunos de ellos sean merecedores del derecho de asilo.

Como puede apreciarse la posición del gobierno español es que toda esta situación es simplemente producto del accionar de "mafias" que trafican con seres humanos. Es la excusa habitual. Aunque así fuese y se hagan a un lado las verdaderas razones que impulsan a éstos desesperados a acometer semejante aventura, eso no libra de ninguna manera de las responsabilidades humanitarias a los gobiernos de España y de Marruecos. El argumento pretende ser una explicación de las causas de la migración "ilegal" pero de ninguna manera justifica moralmente las acciones represivas tomadas por los gobiernos español y marroquí frente a sus consecuencias que violan de forma completamente arbitraria e ilegal los derechos humanos más elementales y que solo se dirigen a preservar un supuesto interés nacional o, como en este caso, supranacional.

Es que una cosa es intentar explicar un fenómeno social complejo como la migración subsahariana sobre la base de una mirada sesgada, interesada  e incluso manipuladora de esa realidad y otra -mucho más grave- es intentar justificar mediante esa mirada una acción que afecta de manera directa los derechos de las personas. Lo primero está en el orden del conocimiento y puede ser discutido sobre la base de los hechos y las inferencias, aunque no excluye lo ético; lo segundo pertenece definitivamente al orden de lo moral y del derecho e implica el estricto cumplimiento de la legislación internacional y nacional vigentes.

El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, también está muy satisfecho y ha resaltado en un comunicado el "éxito" de la operación de desalojo de la Isla de Tierra, gracias a una actuación "modélica" de la Guardia Civil y a la "inestimable" colaboración de Marruecos. De los 71 refugiados no dicen nada, no parecen contar, deben pensar que se trata de cosas, de objetos molestos de los que por fin lograron librarse, aunque sea temporalmente.

LECCIONES PARA NOSOTROS LOS LATINOAMERICANOS:
Entre muchas de las cosas que han cambiado y están cambiando para bien en nuestra América Latina está la existencia de una nueva política de los Estados Nacionales con respecto a la inmigración. Argentina es un país de una importante historia inmigratoria -de procedencia mayoritariamente europea- no siempre feliz y que fuera fuente de conflictos y comportamientos xenófobos por parte de los que ya estaban instalados, como ha ocurrido y ocurre en otros países de inmigración. En épocas recientes estos comportamientos se han reproducido por parte de algunos sectores de la vida social, política e institucional pero siempre dirigidos a la inmigración de los países hermanos de latinoamérica o a la población indígena.
En muchas ocasiones se los asocia injustamente a la marginalidad y la delincuencia sin que existan evidencias que apoyen estos prejuicios. Si de por sí es grave que éstas formas de ver el tema de la inmigración y las diferencias étnicas y de juzgar a los hermanos del continente se instalen en ciertas capas de la población, mucho más grave es que se las estimule desde instituciones de gobierno. Todos recordamos los incidentes ocurridos en el Parque Indoamericano y el brote de discriminación que fue estimulado desde el propio gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Estos comportamientos no pueden ser barridos debajo de la alfombra, las actitudes discriminatorias en razón del origen étnico, el color de la piel o el lugar de nacimiento son del todo inadmisibles y deben ser condenadas.
La mayoría del espectro político las condena, hecho que queda plasmado en la legislación actualmente vigente de forma muy precisa.
Recientemente se ha propuesto una iniciativa legislativa para que los inmigrantes con residencia legal en nuestro país puedan votar en las elecciones generales, presidenciales y legislativas. Es una nueva ampliación de derechos que debe ser apoyada y aplaudida. Son logros como éstos los que nos colocan a la vanguardia del mundo, no las estadísticas económicas o los logros científicos. Estos, sin despreciarlos, no implican por si mismos la imprescindible justicia social y la felicidad de las personas, finalidad última y más elevada de la política. Todavía queda mucha tarea de integración por realizar, mucha injusticia por corregir, muchos derechos por restituir, pero está creciendo una nueva conciencia en los pueblos y en sus dirigentes sobre su necesidad y urgencia.

bastadeodio                                                                     

4 comentarios:

  1. La situación estremece.
    No hubo ningún procedimiento " pacífico".Los trataron con brutal violencia y los dejaron abandonados a su suerte.
    Poca difusión tuvo el tema en la prensa española.Derechos humanos vulnerados .Falta de humanidad ."Kaos en la Red" relató pormenores de los cruentos ataques sufridos por los inmigrantes cuyo único delito se basa en la pobreza y el desamparo.
    Repudiable.Y triste.
    Muy triste.

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  2. Profe, usté que tiene claro este tema, ¿qué diferencia hay entre "refugiados" y "desplazados"?

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    Respuestas
    1. técnicamente el status de refugiado lo concede un país o las NU a través de ACNUR que es el Alto Comisionado para los Refugiados. Implica que el refugiado puede vivir en un país dentro de ciertas limitaciones recibiendo ayuda oficial y otros derechos como vivienda y salud, el desplazado no es un status legal sino una condición de hecho que nombra a aquél que se ha visto obligado a abandonar su lugar de origen o de residencia por causas ajenas a su voluntad. Obtener el status de refugiado no es fácil por eso en la mayoría de los casos los desplazados se acumulan y sobreviven como pueden en la mayor parte de las ocasiones internados en campamentos. Todas estas diferencias son tecnicismos. En el caso de los subsaharianos la inmensa mayoría deben considerarse refugiados aunque carezcan del status legal. Solo cuando claramente la persona ha abandonado su lugar de residencia por propia voluntad buscando mejores condiciones de vida debe considerarse un inmigrante pero si y solo sí las condiciones en ese lugar original le permitirían vivir sin que corra peligro su vida o su libertad o la de su familia. Obviamente separar un caso del otro requiere que primero se los tenga en cuenta como personas con derechos, eso es lo que la ley española que ahora se han pasado por la torera les garantizaba una vez que pusieran un pié en territorio español.

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  3. A la mierda, era mucho más complejo de lo que suponía...

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