Un patético imitador de Adolf |
Antecedentes:
Enver Simsek no debería haber estado en Núremberg aquel 9 de septiembre del 2000. Pero su empleado estaba enfermo y fue por eso que aquel vendedor de flores de 38 años se puso en camino. Unas pocas horas más tarde caía víctima de ocho balazos.
Simsek fue la primera víctima de una serie de asesinatos en la que fallecieron nueve emigrantes (ocho turco-alemanes y un griego), así como una joven policía. Esta historia no va sólo de neonazis -los clandestinos nacionalsocialistas del NSU- es también la cronología de un escándalo. Aunque la policía y los servicios secretos conocían a los dos hombres y a la mujer que cometieron los asesinatos, los tres llevaron una vida cuasinormal sin ser molestados durante más de una década.
A las cinco de la tarde aún era de día en Kassel, pero nadie vio huir al pistolero que disparó en la cara de Halit Yozgat, un chico de 21 años. Sólo uno de los cuatro clientes que usaban los computadores de la trastienda escuchó un ‘ruido fuerte’ al que no dio mayor importancia. Así que a Ismail Yozgat le tocó descubrir el cuerpo de su hijo agonizando entre las cabinas del cibercafé familiar.
Los testigos que pudo reunir la policía recordaban a otro cliente con gafas, alto, rubio y fornido. Las huellas del ADN permitieron la detención de quien resultó ser un agente de los servicios secretos identificado como Andreas T. y conocido en su pueblo por el sobrenombre de Pequeño Adolf. Lo soltaron por falta de pruebas.
¿Qué hacía el Pequeño Adolf? Este hombre, del que sólo se conoce su nombre propio y la inicial de su apellido, Andreas T., era funcionario de los servicios secretos alemanes, la llamada Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BFV).
Neonazis del ultraderechista NPD |
Andreas T. captaba informantes para el servicio secreto del Estado de Hesse. Pagan a sus agentes con fondos reservados y los proveen de papeles falsos cuando los necesitan.
Las autoridades de Hesse brindaron en los noventa “ayuda significativa” a la vecina Turingia, un nido de neonazis que queda en la ex república democrática, para organizar su servicio de información tras la caída del muro.
El joven Halit Yozgat fue la novena y anteúltima víctima de la serie de asesinatos xenófobos cometidos por los nacionalsocialistas. Un año después mataron a una agente de policía Michèle Kiesewetter, décima víctima de NSU, fue tiroteada junto a su compañero de patrulla en 2007.
Abrumadora cantidad de pruebas:
El silencio que se hizo sobre estas muertes duró años hasta que el pasado 4 de noviembre de 2011 los neonazis Uwe Böhnhardt y Uwe Mundlos fueron hallados muertos en una camioneta en llamas. Acababan de robar un banco. La Fiscalía afirmó que se suicidaron, pero hubo serias dudas. Horas más tarde del hallazgo de los cadáveres, la novia de Mundlos, Beate Zschäpe, voló la casa que los tres compartían en la idílica Zwickau (Sajonia).
Se entregó a la policía diciendo: “Soy la que buscan”. Los hallazgos no pararon aquí: en la camioneta incendiada se encontró la pistola reglamentaria de la agente de policía asesinada en 2007.
Entre los escombros de la casa volada estaba el arma que mató a los nueve inmigrantes, entre ellos a un sastre, dos fruteros, un vendedor de kebab, un hostelero, un cerrajero, un vendedor de periódicos y al joven Halit. Todos menos uno, que era griego, tenían ascendencia turca.
Alemania descubre ahora que ese trío de terroristas neonazis ha vivido impunemente en la clandestinidad casi 14 años, sin que nadie los vinculara con los atentados ni con los 14 asaltos que perpetraron.
Los servicios secretos: “Guardianes de la Constitución”
Más miembros del NPD manifestándose "pacíficamente" |
Notorios neonazis como Thomas Dienel o Wolfgang Frenz, después funcionarios del partido de ultraderecha NPD, han presumido que muchos informantes destinaban parte de su paga al mantenimiento o ampliación de estructuras de ultraderecha. A cambio, ofrecían a los servicios secretos confesiones inventadas.
Fue bajo el mandato de Roewer cuando se esfumó el trío neonazi que integró la banda NSU. El servicio secreto los vigilaba, pero no evitó que huyeran justo a tiempo. Disponían de unos documentos personales bien falsificados.
En 1996 se formó la organización neonazi Protectores de la Patria Turingia (TuringischeHeimatschutz, en alemán). Uno de sus líderes es Tino Brandt, que al mismo tiempo trabajó como confidente para el centro nacional de inteligencia.
También las tres personas que más tarde constituirían la NSU fueron miembros activos de dicha organización. En enero de 1998, la policía hizo un registro en un garaje alquilado por el trío y encontró material explosivo y bombas de fabricación casera. A pesar de la operación, los neonazis consiguieron huir. Se instalaron a cien kilómetros de su pueblo natal. Según la investigación, el servicio secreto alemán aconsejó a los padres de uno de los neonazis que se comunicasen con su hijo solamente a través de cabinas de teléfono públicas, ya que la policía tenía pinchado su teléfono. Ya en 1999 se podría haber detectado a los tres neonazis. La unidad policial especializada que estaba planeando su detención fue anulada. Los motivos aún no han sido explicados por el ministro responsable.
Para financiar su vida en la ilegalidad, los nazis robaban bancos. A finales de 2000, tuvo lugar el primer atentado en una estación de tren de Düsseldorf. Diez inmigrantes resultaron heridos. Unas semanas más tarde comenzó la serie de asesinatos. Por qué acabó en 2007 sigue siendo un misterio. Lo que es seguro es que los investigadores ignoraron todas las pruebas que apuntaban a la extrema derecha.
Servicios y Neonazis: una relación muy íntima |
Mientras, entre los miembros de la derecha no era ningún secreto quién estaba detrás de los asesinatos. “Muchas gracias al NSU que ha dado sus frutos. La lucha continúa”, se podía leer en 2002 en el diario de extrema derecha El Lobo Blanco (Der weisse Wolf). El responsable de la publicación era un neonazi que hoy se sienta en el Parlamento de Mecklemburgo-Pomerania Occidental con el partido legal de extrema derecha NPD.
En las ruinas de la casa de Beate Zschäpe apareció documentación ilegal pero perfectamente hecha. “Estos pasaportes los reciben normalmente los informantes encubiertos que trabajan para los servicios de información del Estado”, aclaró el diputado del conservador CSU Hans- Peter Uhl.
El jefe del servicio de inteligencia de Turingia, Helmut Roewer, fue despedido en 2000 después de que se conociese que había pagado 25.000 euros a un conocido neonazi. “Había una gran camaradería entre la inteligencia y la extrema derecha, que convivían en una atmósfera amistosa“, dice Bodo Ramelow, el jefe del partido Die Linke en Turingia. Para él está claro que el servicio de inteligencia tuvo algo que ver con la cobertura del trío de neonazis.
Esta alianza entre el servicio secreto y los neonazis no es nueva. En 2002 fracasó un intento de prohibir el partido NPD. No se pudo: importantes funcionarios de ese partido trabajaban también para el servicio de inteligencia alemán.
Video de una manifestación neonazi
Últimas noticias:
Alemania: dimite jefe de inteligencia
2 jul 2012 17:14 GMT
El jefe de la agencia de inteligencia de Alemania, Heinz Fromm, presentó su dimisión. Oficialmente debido a la serie de "errores" cometidos en la investigación sobre la célula neonazi a la que me refiero en este post.
La agencia fue objeto de críticas cuando se supo que uno de sus funcionarios había destruido archivos sobre las actividades de informantes de extrema derecha justo un día después de que se reveló que la célula estaba involucrada en los asesinatos.
La serie de asesinatos es uno de los mayores crímenes sin resolver de Alemania.
Fuentes:
Frank Brunner / Berlín (Alemania)
Martes 19 de junio de 2012.Número 176
El Espectador 29 de noviembre de 2011
BBC-Mundo
bastadeodio
cabe una diferencia entre nuestros sátrapas y los germanos: los nuestros se esconden y se manejan subrepticiamente, hasta se llaman democráticos (UCEP = PRO), en cambio, los tedescos dan la cara...
ResponderEliminarte salió la tanada, Mancu, tedescos, hace tiempo que no la escuchaba. Aparte de eso, coincido, son como las meigas, no se las ve pero que haberlas hailas.
EliminarQUé ricos estos chicos, pero le digo algo Profe: a ese Andreas T lo tirás en el medio de la hinchada de Laferrere y se lo comen con unas papitas glaseadas. Y a lo que queda, es decir, a lo que no se comen, le hacemos un evatest y da "positivo".
ResponderEliminarAbrazo