Mercedes Marcó del Pont al anunciar la resolución |
El BCRA emitió recientemente una resolución tendiente a que la banca privada, nacional y extranjera, destine el 5% de los depósitos para el otorgamiento de préstamos destinados a inversión productiva a baja tasa y un plazo de hasta tres años.
Al anunciar la resolución del BCRA y que había sido adelantada por la presidenta Cristina Kirchner, Mercedes Marcó del Pont realizó varias precisiones y explicaciones que permiten poner de relieve cuánto ha cambiado la autoridad monetaria desde que se modificó la Carta Orgánica y ella asumió la conducción.
En sus propias palabras:
El porqué:
"La inversión productiva es fundamental para el crecimiento económico. La nueva línea de crédito parte de un diagnóstico objetivo de todo el equipo económico: hay mucha demanda para créditos de inversión insatisfecha. No va a haber demanda si los bancos exigen a las empresas que paguen en un año y con tasas del 20 por ciento. Las condiciones tienen que ser consistentes con su rentabilidad esperada...Su plan de negocios no contempla esos créditos. Van a tener que aprender a prestar."
"Durante la crisis de 2008-2009 el sistema bancario respondió en forma procíclica: sacó, cortó e interrumpió financiamiento. En ese momento, la política monetaria estuvo al margen. Ahora buscamos que el sector bancario tenga un comportamiento contracíclico. Tenemos que desplegar todos los mecanismos de política económica para minimizar el impacto de esa crisis internacional sobre la economía local."
"Esto era imposible sin la reforma de la Carta Orgánica. La posibilidad de orientar parte del crédito a necesidades estratégicas para el conjunto de la economía llegó para quedarse. Con la reforma en la mano y sabiendo que teníamos esa atribución, los bancos no tomaron la iniciativa."
No hay riesgos y puede ser un buen negocio para los bancos
"Los créditos para inversión tienen muy baja mora y, además, atrás de cada pyme que se atiende hay un paquete de negocios colaterales. Estamos forzando que presten una partecita de sus fondos a una tasa más baja que la de los préstamos al consumo. La medida, desde ningún punto de vista, puede generar quebrantos, ni un descalce de tasas o plazos."
El cómo:
"Los bancos deberán prestar para proyectos de inversión el equivalente al 5 por ciento de sus depósitos privados. La nueva línea tendrá una tasa de interés fija del 15 por ciento, establecida en un máximo que surge del promedio de la tasa Badlar [promedio de los depósitos mayoristas] del mes de junio más 400 puntos básicos, con un plazo mínimo de tres años. En total son 14.900 millones de pesos. Las entidades deberán aplicar la mitad del monto a pymes. Estamos trabajando para sacar nuevos requisitos de encajes [la magnitud de los depósitos que deben mantener inmovilizados los bancos] donde vamos a premiar a aquellos bancos que presten a más largo plazo y a pymes. Además, cuando los créditos se acuerden por un plazo más largo a los tres años, la tasa adicional no va a estar fija y las partes podrán establecer las condiciones para el período adicional." (Zanahoria y palo, buena combinación y muy efectiva)
El cuándo:
"Para el 31 de diciembre las entidades tienen que tener acordados todos los préstamos. En el caso de inversiones que suponen un único pago, como la adquisición de una máquina, tienen que estar desembolsados hacia fin de año. En el caso de proyectos de inversión que implican una mayor complejidad para evaluarlos e implementarlos, tienen seis meses más para su desembolso, hasta el 20 de junio de 2013."
"En total son 31 bancos. Las 20 entidades públicas y privadas sistémicas que poseen el 92,4 por ciento del total de los depósitos, a los que sumamos a los once bancos que son agentes financieros, porque tienen que cumplir este rol de fomento. En cuatro años y medio el Banco Nación desembolsó 15.400 millones de pesos para préstamos de inversión. Ahora pedimos que 31 bancos desembolsen (lo mismo) un poco menos en un año."
Fuente: entrevista a Marcó del Pont, publicada en Página12
Las reacciones inmediatas:
La resolución del BCRA no fue tomada sin que antes, en el mes de abril, Marcó del Pont realizara una serie de reuniones de consulta con las organizaciones que agrupan a los principales bancos para intentar persuadirlos de destinar parte de su cartera, cifrada en unos 98 mil millones de pesos, a financiar la inversión productiva, en una clara medida contracíclica de política económica. La respuesta lograda se puede considerar nula cuando no negativa, de allí que el gobierno haya decidido impulsar el cambio mediante esta resolución.
En el fondo de la cuestión y lo que enerva al stablishment es el nuevo -para la argentina- rol que desempeña el BCRA como partícipe de la política económica. Estaban acostumbrados a un rol pasivo hecho a su medida y restringido a la defensa de sus intereses por sobre los del resto de la comunidad.
En la UIA y demás organizaciones industriales naturalmente están de acuerdo con el sentido de la medida porque está pensada para favorecer a la industria. Las reacciones de este sector tienden a destacar lo que llaman "el cambio de paradigma" que implica la medida.
En las Bolsas, local y de New York, las acciones bancarias cerraron la semana con caídas. Dentro del MerVal las pérdidas fueron encabezadas por el Banco Macro, con un descenso de 7,3 por ciento, seguido por el Grupo Financiero Galicia (5,5 por ciento) y el Banco Francés (5,1). En el panel general se exhibieron también pérdidas para el banco Santander (de 3,4 por ciento) y el Hipotecario (1,6 por ciento). Como resultado, el índice MerVal concluyó con una baja de 1,9 por ciento.
En Wall Street , cayeron un 8%, reflejando según Marcelo Bonelli de Clarín, un temor político mayor: que esta sea la primera intervención estatal de una serie de medidas destinadas a controlar el negocio y la rentabilidad financiera. Los banqueros también temen que la escalada intervencionista termine objetando los contratos privados y la utilidad empresaria. La medida tiene impacto -afirma Bonelli siempre apegado a la táctica editorial de meter miedo- ya que se trata de la primera intervención de este tipo desde la nacionalización bancaria de hace cuatro décadas. (si se trata de exagerar no tienen límites)
También según este periodista, los banqueros le dijeron a Marcó del Pont que la medida no iba a solucionar la falta de inversión y le recordaron que la caída en la inversión se debía a problemas de fondo en la economía como la inflación, el atraso cambiario, la desaceleración y la falta de una estrategia económica que despeje incertidumbre. (la crítica consabida y ninguna solución). Igualmente, dice Bonelli, los banqueros quedaron en acompañar la medida del Gobierno. Si no se cumple en apretarlos un poco, algo a lo que no están acostumbrados, será difícil que lo hagan.
LA BANCA ARGENTINA: Una historia afortunada (o desafortunada, según se mire)
La Ley de Entidades Financieras de 1977 fue hecha por la dictadura cívico-militar a su medida, durante los años ´90 la banca ganó fortunas prestándole al gobierno a tasas usurarias fijadas por ella misma con la complicidad del BCRA. Se apropió de los fondos jubilatorios a través de las AFJP y a finales de la década, cuando la convertibilidad no daba para más, se aprovechó del suicida mantenimiento del 1 a 1 enviando sus dólares comprados a precio de rebaja al exterior, para luego ser protegidos por el Estado con el corralito y el corralón.
En la crisis desatada en el 2001 muchas cosas cayeron, los empleos, los salarios, los clase media caídos a la miseria y la marginalidad, el consumo, la producción y la inversión, los políticos que se sucedieron en el gobierno, que no en el poder, como en una calesita enloquecida. Pero no cayó ningún banco por lo menos importante, si sufrió y mucho la banca cooperativa.
El sistema se concentró y extranjerizó aún más.
Cuando a partir del 2003 los principales parámetros económicos que nos habían conducido al desastre comenzaron a ordenarse, primero mediante el pago con quita de la deuda y la liberación de la tutela perniciosa del FMI y luego con las políticas sociales y productivas activas que permitieron, junto con el crecimiento producto de la reactivación general de la economía que salía de un pozo muy profundo, recuperar el empleo y el consumo y pagar las deudas, los bancos volvieron a hacer un muy buen negocio financiando, a tasas de nuevo usurarias y con riesgo cero, el pago diferido de ese consumo mediante las tarjetas de crédito y prestando, cuando lo hacían, a los grandes grupos económicos a tasas y plazos inaccesibles para la pequeña y mediana empresa y para la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas que buscaban acceder a un crédito hipotecario.
A la banca el famoso "viento de cola" -supuestamente sojero y agrario- no les interesó, no lo necesitaban para seguir ganando. Y hablando de ganancias, la banca no paga el impuesto a las ganancias, eso solo ya representa una inequidad inaceptable.
Si bien es cierto que la mayoría de los bancos importantes (esos 31 que menciona MDP) son extranjeros, la banca nacional no se ha comportado de manera diferente a la foránea. La diferencia entre unos y otros puede estar en que las casas matrices de los bancos extranjeros, sobre todo los europeos, están en serios problemas y su necesidad de recibir en tiempo y forma las remesas de sus subsidiarias es urgente. La aspiradora funciona a pleno y lo hace en contra de las necesidades de inversión que tiene nuestra economía. En esto la banca extranjera no es diferente de Repsol o de las mineras.
La reacción de disgusto, hasta irracional por lo desmedida, de los medios concentrados y, según los trascendidos, de los propios banqueros, a las medidas recientes del BCRA, sean sobre el crédito a la industria o a la pesificación del negocio inmobiliario, muestra hasta que punto estos sectores continúan mirando el mundo y nuestra realidad como si nada hubiese cambiado o se necesitase que cambie en el futuro. Es razonable, hasta ahora les ha ido muy bien pensando así la realidad, pero al aparecer restricciones, sobre todo externas, la reacción política del gobierno orientada por sus compromisos de origen les traslada -como es natural y casi obligado- parte de estas restricciones a ellos y no les gusta resignar ni un poquito de sus privilegios.
Si se mira hacia atrás lo que se ha avanzado o lo que nos hemos alejado -que es lo mismo- de las recetas neoliberales es enorme considerando el punto de partida. Sin embargo falta aún mucho camino a recorrer para poner al sector financiero en la senda del proyecto de crecimiento con equidad.
Sin pretender que se puedan reeditar medidas históricas como la nacionalización de los depósitos, que hoy es claramente utópica, se impone una reforma estructural mediante una nueva ley de entidades financieras que reemplace a la de la dictadura y la posible creación -como alguna vez existió- de un Banco de Desarrollo. Tampoco hay que descuidar, sino impulsar, el desarrollo del Banco del Sur un emprendimiento fundamental para la cooperación e integración regional.
Por suerte tenemos con qué hacerlo. Y gente que sabe cómo hacerlo.
bastadeodio
qué cuadro impresionante, bello... alta política argentina, un orgullo.
ResponderEliminarMe emociona oírla hablar. Creo que es lo mejor que ha tenido el BC.
ResponderEliminarEn estos temas "me pierdo" porque me aburro y no entiendo (sé que es grave mi confesión, pero es real). Marcó del Pont logra que "la siga" en sus ponencias. Me fascina cómo explica los temas.
Abrazo
Como pujaron por la "autonomía" del Central, con el niño Redrado de punta de lanza.
ResponderEliminarNada hay autónomo ni neutral. Si no influencia y pone su pie el Estado en un organismo como este, lo ponen los mercados.
Qué grosa es esta petisa! Tuve oportunidad de hablar con ella, y además de inteligente, amable, bonita y muy predispuesta al diálogo, te aseguro que en nigún momento clausura esa sonrisa, es la sonrisa eterna!
ResponderEliminar