Por una Patria Justa, Libre y Soberana

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martes, 12 de julio de 2011

Confusión de Identidades

Algunos porteños/as parecen confundirlos  
Que duda cabe que a los argentinos y a los porteños en particular les encantan los ganadores y desprecian a los perdedores. Es el reino de los/as exitoso/a no importa su naturaleza ni la duración de su éxito. Por ejemplo, el éxito inexplicable de Fort, que llegó mientras duró a que hasta algunos lo vieran buen mozo (?) e inteligente o vivo (!). O de Susana Gimenez, éxito perdurable por donde se lo mire, pero cimentado en realidad en la creencia firme de su público de que es sinónimo de éxito. O el Pigmalión de la TV, de Ideas del Sur, que convierte en oro todo lo que toca. Corrijo, en realidad es apenas un dorado de cotillón pero por un tiempo reluce como si fuese oro. En cierta medida el público, la gente, parece comportarse como se imaginan que se comportan o comportaban los indios y la fábula de que se los podía contentar con espejitos de colores.
Ahora el turno del exitoso le corresponde a Macri.
Ciertamente ganó la primera vuelta de forma categórica, incluso mejorando la performance que ellos mismos esperaban, Para decirlo de una manera gráfica nos dejó al conjunto de la ciudadanía porteña con la boca abierta.
Es evidente, por lo menos para mí, que una parte del electorado que lo hizo acreedor a semejante victoria tiene frente a Macri una postura similar a la que tiene frente a Tinelli, Susana o Fort, tienden a verlos más lindos, más auténticos, más inteligentes de lo que en realidad son. Es Macri pero les parece Brad Pitt.
Ciertamente hay una parte, en la elección  de octubre se verá cuanto monta, pero las anteriores permiten estimarla en un 15%, que vota al PRO, es un voto consciente, en cierta medida convencido y militante, no se sabe con mucha precisión por qué, porque el PRO, desde el punto de vista ideológico explícito, es un conjunto de enunciados débilmente conexos.
Hay otra parte, la más importante cuantitativamente, que lo vota o no según la ocasión. Por ejemplo en ésta Macri succionó la práctica totalidad del voto antiperonista de la Ciudad (un 30%) y parte del antikirchnerismo, ¿cuánto? no se sabe, porque éste se repartió entre todas las fuerzas restantes. Aunque es muy probable que sea significativo porque responde al voto antikirchnerista útil en un contexto de elevada polarización. Por supuesto antiperonismo y antikirchnerismo se solapan parcialmente.

Si a eso se le suma un pequeño porcentaje de votos peronistas y, posiblemente, aunque yo no lo creo, de votos que ahora fueron a Macri pero que en octubre irán a Cristina se llega a ese 48% mágico que convirtió a un hombre mediocre desde todo punto de vista en el más elegante, el más vivo, el más descontracturado, la imagen misma de la modernidad desideologizada, en fin los dioses del futuro encarnados. Alrededor de él cual una lunita permanentemente sonriente gira a una cierta y correcta distancia su candidata a vicejefa, María Eugenia Vidal en un momento óptimo de su lucha contra la obesidad. Ya se sabe que la adrenalina es el mejor adelgazante. Siempre por detrás, nunca por delante de él.
En un rincón, en la zona más oscura del escenario del festejo, se refugiaba su descartado satélite del 2007, Gabriela Michetti, condenada al parecer a un interminable eclipse.
De la eficiencia y la eficacia de la gestión no se habló, no estuvo en la discusión preelectoral, aunque para cierto sector de los votantes, los de los barrios elegantes del Norte y algunas villas del Sur que el gobierno del PRO "urbanizó" su gobierno puede ser calificado de eficiente.
Parece increíble porque desde el punto de vista objetivo, con los números de la gestión que suministra el propio GCBA, ésta dista mucho de ser eficiente, sobre todo en términos sociales y prácticos, es decir en qué medida y proporción le vuelve al ciudadano de la ciudad en obras y solución de problemas sociales y urbanos, lo que el gobierno recauda por la vía de los impuestos. En ese sentido lo que se puede decir sin temor a exagerar es que el gobierno de Macri no hizo nada, hizo la plancha durante tres años y en los tres meses previos a las elecciones completó o reactivó obras que ya estaban planeadas y comenzadas a ejecutar por las administraciones anteriores. En términos práctico cero obra nueva, planeada y ejecutada en tres años y medio.
Macri parece lindo, algunos ya no lo distinguen de Brad Pitt, pero en realidad es de lo más feo que ha gobernado la ciudad en su historia reciente.

bastadeodio                                                                 

4 comentarios:

  1. Lo cierto es que no salgo del shock, Profe y no consigo dilucidar este cachetazo que nos pegaron fuerte el domingo.

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  2. Hola Profe
    Muy buen post. No hay que olvidar que Macri justifica toda su inacción en "el otro". La señora de enfrente (¿eso no es ser vecino?) lo discrimina, no lo financia como al resto de las provincias. No le transfirió la Federal con sus recursos, no lo avaló para conseguir un crédito para construir más km de subte, etc.
    Es, en la imagen que ofrece, un personaje de película de Palito Ortega, nada más que millonario. Y habla de amor y de paz.
    Pero Macri hizo algo, y todo el tiempo: mientras su discurso es el de la antipolítica, hizo mucha política, particularmente en el sur de la ciudad, con Ritondo, quien creo es tan padre del "éxito" como Durán Barba.
    Habrá pues, que repensar muchas cosas para al menos no seguir engordando a este pavo.
    Un Abrazo

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  3. Bien Profe! Destaco: "de votos que ahora fueron a Macri pero que en octubre irán a Cristina". No todos lo ven así, lo comparto rotundamente. Respecto de MAcri/Pitt, le juro que yo escuché a alguien decir "lo voté porque es lindo", se lo juro por la Dalma y la Gianina.

    Abrazo

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  4. Daniel, Pibe, Sujeto, me parece que no tenemos que olvidar que Macri tiene en la Ciudad un hándicap que le da a favor el 30% del electorado que es antiperonista y que votaría a un mono con navaja si es necesario. Eso es lo que hace a esta ciudad tan difícil para el peronismo. Hoy a esa base Macri le suma el antikirchnerismo que en esta ciudad es muy fuerte, más fuerte que en cualquier otro lugar del país. Se le puede ganar pero a partir de consolidar una alianza amplia con sectores progresistas y realiar un trabajo sólido de base en los barrios y en las villas y por sólido digo un conjunto de realizaciones concretas con participación de la gente que de soluciones y lo desplace a Ritondo de los lugares que domina. La cosa va a ser dura, habrá pelea, pero ese es el camino. No son los debates televisivos, no es la apelación a las razones, no es el desenmascarar los vicios y limitaciones del Gobiernod Macri. Lo del electorado independiente y que decide en base a la razón, mediante argumentos, no existe, o está en extinción, lo que hay es una cuasi mayoría antiperonista y antikirchnerista que hay con el trabajo reducirla a su piso histórico del 30%. Así le podemos ganar. Un dato en las elecciones del 2007 Carrió sacó en la ciudad el 44%, en tanto Cristina que ganó con el 45% y que luego la quisieron destituir, la llamaron y la llaman puta, e hija de puta, solo logró el 22%. Esa es la dura realidad. La derecha tiene su Alcázar, tiene candidato y tiene estrategia para conservarlo. Nossotros todavía estamos en veremos, no en cero porque tenemos, sin haber echo casi nada, un 28% que no es poco.

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