Cuando escucho y leo las críticas persistentes a lo que escribió Fito Páez en Página12 o a las opiniones de los miembros del espacio Carta Abierta en una reunión (ver: ¿Se Deben Callar los de Carta Abierta?) en la cual se analizaron los resultados de las elecciones en la CABA y se criticaron algunos aspectos de las estrategias de campaña e incluso se criticó a Fito, me entra cierta desazón.
Me parece que hay algo que se nos escapa a todos y para representarlo no se me ocurre nada mejor que emplear una metáfora algo infantil pero que me parece apropiada.
El viaje de aquí a octubre se hará en un mar embravecido y resulta totalmente fuera de lugar pedirle a los tripulantes que no hagan olas. Las olas no las hacemos nosotros, las hacen ellos y lo que buscan es hacernos zozobrar.
En el caso de Fito él habló como artista, sea cual sea la valoración que tengamos de su arte o de su ideología, él expresó lo que sentía. Uno puede compartir o no su sentimiento pero lo que no se puede negar es que lo dicho actuó como un revulsivo. Responderle desde la filosofía política o desde la ética del respeto a la voluntad popular es confundir los planos existentes en el discurso.
Al término "asco" utilizado por Fito, Horacio Gonzalez lo relacionó con el sentimiento de discriminación, de rechazo hacia el otro excluído y deshumanizado que acompaña al fenómeno del nazismo o del fascismo. Lo mismo que dijeron los más conspicuos periodistas de la reacción mediática (ver: Ahora Resulta que los Gorilas Somos Nosotros). Me parece completamente desacertado. Bien puede suceder que el carácter revulsivo de lo dicho por Páez haya hecho cambiar de opinión a alguien que sin interesarse por lo que hizo o dejó de hacer el gobierno de Macri haya votado por él y lo dicho por Fito haga que no lo vuelva a votar. Con esto no estoy proponiendo que sería bueno que salgamos todos a escupir metafóricamente el rostro de adversario. Lo que digo es que la comunicación tiene distintos planos o frecuencias y que Fito empleó con eficacia una de ellas. Por eso la reacción desmedida.
Algo parecido ocurre con Carta Abierta. Se les reprocha: ¿Porqué salen a criticar ahora? ¿No podrían haber esperado hasta el 1 de agosto?¿Le están haciendo el juego a la oposición mediática?.
La escena se repite: los medios dominantes lo "apretan" a Filmus ¿Usted está de acuerdo con lo dicho por X e Y? ¿Qué opinión le merece? y Filmus responde, No no estoy de acuerdo, no lo comparto, cuando podría responder desde otro plano distinto al que lo quieren llevar que es el de desautorizar a alguien que forma parte de "su tripulación".
Cuando uno vé asombrado el giro que ha tomado la publicidad del candidato del FPV, con el corazón en rojo latiendo sobre un fondo celeste y como único mensaje "si quiere que Buenos Aires cambie, vote a Filmus", encuentra que las preocupaciones de los "viejos" de CA están fundadas. No es copiando el estilo de mensaje del adversario, sin tener un equivalente a Durán Barba, que le vamos a ganar la pulseada a Macri. En todo caso eso es, como bien se dijo, intentar convertirnos en Macri o peor simularlo, lo que es un engaño, para luego mostrarse con la verdadera identidad. Algo tanto o más despreciable que el "asco" de Fito.
En fin lo que me parece es que en medio de este mar embravecido hay por lo menos dos cosas que debemos tener en cuenta, la primera es no esperar una navegación tranquila y la segunda no perder la calma. Se necesita de todos, de los que piensan exactamente como uno y de los que critican y piensan diferente pero, ellos sabrán por qué, están en el mismo barco y reman para el mismo lado. En este caso el rumbo que todos compartimos es que Cristina gane en primera vuelta las elecciones de octubre. Eso es todo. No perdamos energías respondiendo frente a las cámaras de ellos a las divergencias que puedan aparecer en la tropa propia. Concentrémonos en la navegación y en el rumbo fijado.
Una última cosa. Lo que nos diferencia esencialmente y éticamente del PRO es que nosotros no ocultamos nuestras ideologías, no intentamos vender espejitos de colores. Decimos lo que pensamos y proponemos hacer en consecuencia. Y además discutimos, discutimos porque tenemos diferencias ideológicas o políticas, pero no discutimos por cuotas de poder, nuestras discusiones pueden ser constructivas si les damos el espacio que necesitan. No cuestionan el mando, la conducción de aquellos a los que consideramos los mejores y que se juegan su prestigio y hasta el pellejo.
Se que es posible que mi posición no sea compartida por varios de aquellos compañeros blogueros a los que diariamente leo y considero y valoro por su habitual lucidez, sin embargo creo que en la disidencia, en la crítica y en la discusión abierta se encuentran nuestras mejores tradiciones y valores. Las discusiones pueden parecernos en ocasiones inoportunas incluso quizás a veces lo sean pero es el precio que pagamos por tomarnos en serio la política como forma de construir poder y consensos.
bastadeodio
Muy bueno Prof., decanta en sus dos entradas los tres aspectos de la cuestión. Uno es el debate interno sobre metodologías de una fuerza plural y democrática, que no es un problema, por el contrario, es saludable. Otra es el ejercicio del derecho a la libre expresión de un artista, que no es nada más que eso, porque ni siquiera es orgánico del FpV. Y otra es el miserable aprovechamiento que los medios hegemónicos hacen de las dos anteriores.
ResponderEliminar¿Pero cómo? ¿antes nos pegaban por verticalistas y sicristinistas, ahora nos pegan porque debatimos? No es gataflorismo, es hijaputez.
Rucio, envidiable poder de síntesis. Gracias por el aporte.
ResponderEliminarEstá muy bien.
ResponderEliminarAdemás hay un componente que no se quiere ver por un prejuicio que da con la equivocación de plano en la interpretación de González.
Me puede dar asco algo que acepto, integro y no discrimino. Es más; me puede dar asco algo por lo que trabajo en integrar.
Si me da asco, es porque no lo puedo evitar.
Complicado? No, bastante sencillo.
Estamos en los comienzos de la batalla cultural. Abramos la cabeza pero no como bien decís, Profe, para imitar lo patético de quien criticamos.
Por supuesto que en el debate, que en la confrontación de ideas o pareceres se encuentra la riqueza mayor de esto que compartimos.
ResponderEliminarEn lo que a mí respecta, no critiqué a Fito. Sí me parece criticable la decisión editorial de P/12 de publicar su nota. Si la campaña estuviera centralizada (como ocurre del lado del PRO), no creo que Filmus hubiera aprobado ni la nota de Fito ni las críticas abiertas de CA.
Aprovecho la "disidencia" (je) para mandarle un fuerte abrazo.
Un saludo profe!
ResponderEliminarYa volví y me estoy poniendo en tema con este lío de barbas