Al concretarse luego de la convención radical de Gualeguaychú la alianza entre la UCR conducida por Sanz y el PRO de Macri, al que ya se había sumado anteriormente la CC de Elisa Carrió, se constituyó un frente de derecha antikirchnerista y antiperonista cuyo impacto electoral previsible a nivel de los principales centros urbanos del país donde se asienta el antikirchnerismo más duro parece difícil de negar.
En ese sentido esta alianza -reducida a un mero acuerdo de conveniencia electoral a creer en las recientes declaraciones de Macri- se dirige a abortar la posibilidad de que el FPV gane en primera vuelta las elecciones presidenciales de octubre, que sería la cuarta consecutiva ganada.
Macri dice que la UCR, el PRO y la CC irán a competir en las PASO y el que gane gobierna y los que pierden apoyan, que no se trata de una coalición para gobernar. Ese mensaje, además de una demostración de fuerza que basurea a la UCR, es una advertencia dirigida a evitar que esta alianza sea confundida con la anterior Alianza. Macri es plenamente consciente de la muy mala imagen que ésta última ha dejado en todos los argentinos.
La recordada Alianza UCR-FREPASO de 1997, cuyo nombre completo era Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación, tenía por finalidad impedir que el peronismo liderado por Menem -a través de su delfín Duhalde- ganara en 1999 su tercera elección consecutiva. En eso se parecen. Pero solo en eso. Vale la pena analizarlo.
El FREPASO no era un elemento menor en esa alianza. Venía de ganarle con casi el 30% de los votos a la UCR la elección presidencial de 1995 relegándola al tercer lugar. El FREPASO (Frente del País Solidario) que se había constituido como partido en 1994 a partir de la semilla del Frente Grande (1993) conducido -entre otros- por Carlos "Chacho" Alvarez y Graciela Fernández Meijide, a la cual se unieron todas aquellas fuerzas que se oponían tanto a la reforma constitucional acordada por Menem y Alfonsín y que pemitiría la re-re elección del primero como a la continuidad de las políticas francamente neoliberales del riojano. Entre ellas estaban: El llamado Grupo de los Ocho (Chacho Alvarez) diputados peronistas disidentes, el Frente del Sur (Pino Solanas, que lo abandonó en 1994), sectores vinculados a los DDHH (Fernández Meijide), grupos de la Democracia Cristiana (Carlos Auyero), el Partido Comunista, el Partido Intransigente, sectores del Partido Humanista (Silo) e independientes.
El FREPASO tenía inicialmente una clara posición de centro izquierda y un perfil político progresista, con una presencia electoral más fuerte en los grandes centros urbanos.
Para las legislativas de 1997 el FREPASO se une a la UCR y le gana las elecciones al oficialismo. En esas elecciones resultó electo diputado Eugenio Zaffaroni, Chacho Alvarez ganó en la Capital y Fernández Meijide derrotó a Chiche Duhalde en la PBA, pero al año siguiente la misma señora perdió la interna presidencial con Fernando De La Rúa y luego perdió la elección para la gobernación de la PBA frente al menemista Carlos Rukauf. Una seguidilla de derrotas que, a pesar de los triunfos, afectarían seriamente a la fuerza política y le bajarían su precio frente a la UCR ya hegemonizada por el sector conservador de De La Rúa.
La Alianza gana las elecciones presidenciales de 1999 con el binomio De La Rúa, Chacho Alvarez. El resto de la historia es tristemente más conocida. De la Rúa continúa con las políticas económicas de Menem basadas en el consenso de Washington, acelera el endeudamiento especulativo de la Nación para sostener el ya agotado plan de convertibilidad de Cavallo -del cual se benefician los bancos y los sectores más concentrados- se produce el escándalo de los sobornos en el Senado para aprobar la reforma laboral impulsada por Flamarique (del PREPASO), la renuncia de Chacho Alvarez a la vicepresidencia, la vuelta de Cavallo al ministerio de economía para hacer los últimos negocios antes de la liquidación, el corralito, la apropiación de los ahorros de los depositantes y el acelerado deterioro del gobierno que culmina en las luctuosas jornadas de protesta callejera del 20 y 21 de diciembre de 2001, en la renuncia y huida en helicóptero desde los techos de la Casa Rosada del presidente renunciante. Un país sumido en la pobreza y la desocupación, en el descreimiento e incluso la desesperación, asistía al terrible espectáculo de hombres, mujeres y niños revolviendo en la basura dejada por otros para obtener algo que comer.
Es necesario recordarlo para no olvidar. Esos aciagos días no fueron solo producto de errores o impericia por parte de los dirigentes políticos del momento. Cargar las culpas sobre De La Rúa o sobre Chacho Alvarez oculta lo esencial: el desastre fue producto de aplicar las políticas neoliberales surgidas del consenso de Washington y eso venía de antes, desde la propia dictadura cívico militar instalada en 1976. La planificación era hecha en Washington y la ejecución y sostenimiento de esas políticas antipopulares corría a cargo de los sectores concentrados dominantes en la economía, de los medios de comunicación y de, lo que es más triste, aquellos partidos políticos que por su origen e historia habían defendido los intereses del pueblo por sobre los del capitalismo en su forma más despiadada.
También conviene no olvidar que esas políticas no solo se aplicaban en nuestro país, lo hacían con similares resultados en toda América Latina.
La alianza o pacto suscripto por Macri y Sanz no tiene ni vestigios de centro izquierda, ni quiere tenerlos, no se trata de un engaño, de una estratagema, al estilo de Menem. Por supuesto que mienten cuando dicen defender la democracia y las instituciones, cuando denuncian la corrupción gubernamental y ocultan celosamente la escandalosa corrupción privada, mienten tanto que sería imposible enumerar las mentiras.
Este nuevo pacto se ufana de ser una propuesta conservadora de derecha que se propone regresar el país al mundo, es decir someterlo a los intereses geopolíticos de Washington y esa propuesta surge justamente y no por casualidad cuando el país con más clara vocación imperialista global comienza a girar a ojos vista su política con respecto a América Latina, considerada como siempre SU "patio trasero". En este marco deja de ser un absurdo el decreto de Obama calificando al gobierno de Maduro como un riesgo para la seguridad nacional de los EEUU. No es un disparate, desde su punto de vista exclusivo y excluyente, tiene sentido.
Son los que deciden en los EEUU los que determinan que la fuerza que triunfe en las elecciones de octubre tiene que tener por objetivo principal borrar todo rastro de rebeldía, de heterodoxia, tanto en la política económica doméstica como en el posicionamiento internacional del país. Esa es la explicación de fondo del antikirchnerismo o, si se quiere generalizando, del anti populismo rabioso, que han alimentado culturalmente durante años en toda la región utilizando -en parte- el poder que les da el predominio en los medios de comunicación masivos. El resto de la batalla por el regreso del neoliberalismo -bien lo sabemos- lo dan centralmente los intereses concentrados y muchas veces monopólicos que han ido conformando a lo largo de las décadas de vigencia del modelo neoliberal y lo hacen mediante golpes de mercado, dificultando, poniendo obstáculos de todo tipo a las políticas de inclusión y de unidad latinoamericana.
Sin embargo, mucho se ha avanzado en esta década y algo más, tanto en lo material como en lo cultural, el cuán fuertes nos hemos vuelto se pondrá a prueba en los próximos meses y años. No podrán imponer este plan macabro de retroceso sin encontrar resistencia. Nuestros pueblos, amantes de la paz, pero también de la justicia social, no se dejarán someter otra vez sin luchar.
Dentro de tres días se cumplirán 39 años del golpe cívico militar que instaló la dictadura genocida que -entre otras cosas- impuso el plan económico cuyas consecuencias todavía condicionan nuestro presente y nuestro futuro, es un momento apropiado para salir a la calle a mostrar nuestra decisión de no dar un paso atrás en lo que ya hemos conquistado y reafirmar nuestra decisión de seguir adelante.
MÁS QUE NUNCA: POR UNA PATRIA JUSTA, LIBRE Y SOBERANA.
bastadeodio
Vi que en la Wikipedia dice que efectivamente hubo sectores del Partido Humanista en el Frepaso (???). Quiero decir que si alguien se fue aisladamente nunca el PH (que hoy integra el FpV, hasta -me acabo de enterar- la próxima elección en la que irá solo) participó de ese frente. De hecho el PH se presenta con lista propia en las generales del '95 y siguientes.
ResponderEliminarDe paso, alejado como estoy hace rato de ese partido, digo que ya no se cual será su destino pero lo veo bastante atomizado.
Excelente la reseña que hacés en el post, Profe.
Estimo que el panorama político actual es clarísimo. Es innegable la existencia de DOS únicos modelos. Tampoco puede omitirse que casi un 40% del electorado NO ES peronista y jamás votaría al Kirchnerismo. La única variante es que, en lugar de actuar por separado se unirán para hacer bulto, tal como sucedió hace 70 años. Unidos para hacer fuerza EN CONTRA DE, sin ofrecer nada, sin propuestas. Recordá lo que manifestó públicamente el Bárbaro de Julio con respecto a que "votaría cualquier cosa, lo que fuera, con tal de sacar del medio al FPV". Y lo decía tan sacado, tan fuera de si que era alarmante comprobar ese estado de inestabilidad política tan violento. El hecho de que varios muñecos hayan comenzado a "peronizarse", como depilándose un poquito el pelaje goriláceo, resulta ridículo e indignante cuando inmediatamente su incontinencia vomita que "un ajuste sería inevitable". Hace no muchos años, hablar de una devaluación ó de un ajuste nos hacía mirar las pantallas de tv esperando que a través de ella, los autores de ese achique nos brindaran la esperanza de alguna salida. Hoy, estamos absolutamente seguros que ajustar por el lado de los menos favorecidos insistiendo que es la única y mentirosa opción, sólo significará pérdida de derechos y empeoramiento de nuestras condiciones de vida, mientras los privilegiados de siempre ven incrementarse paralelamente sus patrimonios.
ResponderEliminarA otro perro con ese hueso. Hay muchos cambios, aceptémoslo. Y ya estoy acariciando un nuevo triunfo para octubre, ya que es el único mecanismo que nos asegurará profundizar ESTE modelo - UNICO CANDIDATO - y asegurar un futuro mejor para TODOS Y TODAS.
Abrazo