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jueves, 29 de marzo de 2012

¿Qué se creen?

En la Nación de hoy , jueves 29 de marzo, el día de los ñoquis, Luis Majul escribe una nota titulada: "Disparates de un gobierno prepotente". Comienza así:

"La prepotencia del Gobierno, la inoperancia de la oposición y la cobardía de muchos empresarios están haciendo que los argentinos empecemos a aceptar, como si fueran naturales, situaciones que no tienen ni pies ni cabeza. Voy a empezar por señalar una de las últimas: las restricciones a la importación de libros. Hay pocas decisiones más arbitrarias, oscurantistas y autoritarias como la que acaba de impulsar el más prepotente de todos los funcionarios nacionales, Guillermo Moreno."

A la miércoles!!, este muchacho ya está "brotado", todos o son prepotentes y corruptos, o inoperantes o cobardes, menos él, por supuesto, y sus esclarecidos y valientes colegas periodistas opositores cuya única misión en la vida es salvarnos de la "tirania" kirchnerista, cueste lo que cueste y caiga quien caiga.

Bien, en ese corto párrafo con el que inicia su diatriba contra el gobierno de Cristina y en el que enumera los desaguisados y profetiza catástrofes, ya se encuentra una afirmación, un dato, una referencia a un aspecto de la realidad que es o bien falso o bien es cierto en un aspecto tan pequeño, tan insignificante que bien debería, si estuviese Majul sujeto a decir la verdad, a pasarlo por alto.

Que dicen las editoriales, los empresarios -según él, cobardes-. Bien, escuchémoslos:

Carlos Alberto Artigas, gerente de importaciones de Editorial Atlántida, dijo:

“Hemos tenido problemas el año pasado, cuando se paró todo, antes del acuerdo con Moreno. Al exportar revistas, nosotros ahora cumplimos con el convenio y nos liberan lo que importamos, de hecho hace poco nos aceptaron una importación muy grande”

El presidente de la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP), que nuclea a las empresas más grandes del sector, Héctor Di Marco, señaló que “las importaciones se redujeron un poco porque ha habido algo de sustitución por producción local, pero no se registran faltantes significativos”.

Isaac Rubinzal, titular de la Cámara Argentina del Libro (CAL), por su parte, afirmó:

“Según datos de Aduana, en el primer bimestre de este año se importó por un valor similar al del mismo período de 2011, lo que refleja que a partir del acuerdo el mercado del libro importado no se modificó sustancialmente”.

Cabe aclarar que según datos del Ministerio de Industria referidos a 2010, alrededor del 80 por ciento de los libros que se consumen en el país son importados. Esa situación, en el marco de la intención oficial de minimizar la salida de divisas e impulsar el desarrollo industrial, llevó a que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, citara a las empresas del sector en octubre del año pasado para informarles que ingresaban en la lógica del “1 a 1”: compensar importaciones con exportaciones o aportes de capital.

Para la mayoría de las empresas del ramo, grandes y medianas, no existen en la actualidad grandes problemas para importar ni faltantes significativos, lo que si se señala es que pequeñas compras, como las realizadas por particulares a través de internet o pequeños pedidos de muestra hechos por las empresas si pueden encontrar ciertas dificultades y demoras simplemente porque la operatoria se ha vuelto muy compleja.

Seguramente es un problema atendible y que se puede solucionar ya que no afecta al objetivo de la política. Según Rubinzal, se trata de pedidos especiales vinculados con publicaciones científicas o de arte de escasa tirada. A la vez, los particulares adquieren libros a través de Internet, que luego el correo distribuye “puerta a puerta”. Para efectuar esas operaciones, ahora se debe realizar un trámite en el aeropuerto de Ezeiza. “Es engorroso para un pequeño envío”, concluye.

Hay que reconocer que en los casos de compras de particulares por internet esta operatoria encarece notablemente el costo del libro. Por ejemplo, un libro que tiene un precio de 50 dólares termina costando por los gastos de envío, certificados y las tasas de aduana (Ezeiza), unos 120 dólares lo que representa casi dos veces y media el precio original. Sin duda no está bien y hay que corregirlo.

Majul, que muestra estar tan preocupado por los libros importados, evidentemente no lee todo lo que debería o, en su defecto, no se tomó la molestia de consultar a los directamente afectados.

Majul también acusa al demonio de Guillermo Moreno de mentiroso:

"Pero tan preocupante como la restricción es el argumento mentiroso que utilizó Moreno para justificar la decisión. ¡Explicó que el motivo era limitar el ingreso de productos editoriales que no cumplan medidas ambientales vinculadas con el contenido de plomo de la tinta! Seamos serios: si la preocupación del Gobierno por el medio ambiente tuviese semejante nivel de celo, la megaminería a cielo abierto en la Argentina no debería existir y el Riachuelo debería ser una de las fuentes de agua más limpias del mundo."
Típico, mezclar todo como en un cambalache discepoliano. Tal vez ni habría que responderle, pero los afectados -porque Majul no está de ninguna manera solo en esta campaña- sí salen a contestarles.

En este caso le responde Juan Carlos Sacco, presidente de la Federación Argentina de la Industria Gráfica y vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), este indicó que la Resolución 453/2010 establece los niveles mínimos de plomo que deben contener los productos de la industria gráfica, pero no solo los libros, sino también los estuches, las etiquetas, porque es para las tintas, lacas y barnices. Además subrayó que no es sólo de aplicación para los importadores, sino también para los fabricantes nacionales. Con todo, puso de relieve que es una normativa que ya existe en los Estados Unidos, la Unión Europea, Colombia, Costa Rica, México y Chile, y subrayó que no es una medida para arancelaria porque también es obligatoria para los productores locales.

Sacco, que parece bastante indignado con esta campaña dirigida a preocupar y meter miedo entre los consumidores en torno al libro, señaló también "que las cámaras del Libro y de Publicaciones, junto a la Federación de Gráficos se pusieron de acuerdo para que la Argentina -como en otras épocas- vuelva a imprimir sus libros en el país, y aseguró que acá hay tecnología y calidad para hacerlo, no solo para abastecer el mercado interno sino también para exportar."
"Acá hay una cuestión fundamental: en los últimos cinco años se importaron 140 mil toneladas de libros por 550 millones de dólares. Clarín mandaba a hacer sus fascículos al exterior, y después habla de falso nacionalismo, y ellos son gráficos y deberían imprimir acá. Que no nos usen para decir que estamos poniendo trabas", concluyó Sacco.

Hacia el final de su artículo-diatriba el incompetente y desvergonzado de Majul haciendo gala de cinismo afirma:

"Los gobiernos tienen todo el derecho del mundo de defender el superávit de la balanza comercial, regular el ingreso y la salida de divisas, alentar la industria nacional y evitar que entren al país productos de cualquier parte del planeta sin ningún control y a cualquier precio."

Bueno, aprendiz de periodista de investigación, ese es justamente este caso.

Fuentes: La Nación, Página12, ElComahue On Line

bastadeodio

5 comentarios:

  1. Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa “aprendiz de periodista de investigación”???
    NO!!!
    Hay aprendices que hacen muy bien las cosas… No debemos tirarles con esto.
    Majul se cree “pensador”, importante, brillante en los debates… Pasa que no tiene con qué darse cuenta… Porque es muy básico, nada que ver con Discépolo compañero !!!!
    Las cosas se le mezclan porque no terminó de acomodarlas en su ideología zapallesca… Me lo imagino alumno: sentado en el primer banco asintiendo a todo lo que los docentes manifestaban… Al llegar la hora de “la lección” ojitos de lechuza en blanco, mirando al techo y recitando… Ahí es típico… “de libro”
    Abrazo Profe, muy buena la entraza!!1

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    1. Yo me hago cargo, como dice Mancuso, que me paso de respetuoso de las formas, pero en ningún momento se me ocurriría pensar en comparar a este espécimen microscópico con el gigante de Discépolo, un poeta de aquellos, veraz, comprometido, sensible. Lo que hice fue usar el término "cambalache" en el sentido que él le da en su poema: Lo mismo un burro que un gran profesor, etcétera...Es una pluma berreta a la orden de unos mandantes también berretas. Pero fijate que muchos lo toman como ejemplo y el tema es que no resisten el más elemental archivo, la más elemental de las reflexiones. Igual que Macri, que no saben como hacer para cubrirlo. Es tan burdo que da vergüenza ajena.

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    2. entendí, entendí
      ;-)
      buenas noches

      http://www.youtube.com/watch?v=3Nn2XXUvLgs&feature=related

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  2. Igualito al tema de los medicamentos. Sale la cámara respectiva a aclarar las cosas.
    Nuevamente hoy me pusieron el tema en el tapete y nuevamente me ocurrió que mi interlocutor se desinfló a poco de comenzar.
    Quiero decir que, no terminó de dilucidar en cuanto hay de microclima en esto y cuanto le cabe a la gente como preocupación.
    Lo que si, todos estos ñatos se hacen ecos de estas cosas al unísono. Ya son como un club. Están todos superinteresados exactamente por lo mismo y al mismo tiempo. Y los corroe la indignación, claro.
    Que mamertos, por favor!

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    1. Tal cual Daniel, por eso uno se toma el trabajo de señalar sus mentiras, sus contradicciones. Para eso hay que tomarse en serio lo que dicen. Hay gente, como decís, que lo escuchan porque les dice lo que ellos quieren escuchar. Y se transforman en replicantes. A ellos hay que hablarles, insistir respetuosamente.

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