¿Saldrá una segunda edición revisada? |
Si la Ciudad de Buenos Aires aspira a ser realmente autónoma está obligada políticamente a hacerse cargo de la totalidad del transporte público urbano de su jurisdicción. Esta es una verdad que no admite réplicas.
El proyecto de ley ingresado a la Honorable Cámara de Senadores de la Nación pretende darle a ese hecho de la buena administración una forma jurídica.
Lo cierto es que todo este trámite habría sido innecesario si el Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, no hubiese intentado -sin duda muy mal asesorado- aprovechar los sentimientos provocados por la tragedia de Once para subir unos peldaños en sus aspiraciones a convertirse en Presidente de la Nación ¡en el 2015!.
Y lo hizo de la peor manera (como ya lo demostró en el caso del Indoamericano), primero de forma pública a través de los medios de comunicación -aprovechándose del manto de protección que algunos de ellos le aportan- para luego intentar judicializar un conflicto que él y solo él provocó al romper unilateralmente y sin previo aviso un acuerdo institucional firmado entre la Ciudad Autónoma y el Gobierno Nacional hace poco menos de dos meses. Se ve que este señor no tiene la capacidad de aprender de sus propios errores.
Por supuesto que luego de estallado el escándalo le siguieron por parte de los miembros del gobierno local y de sus representantes políticos en el congreso y en la legislatura un fárrago de explicaciones y justificaciones en gran medida contradictorias, siempre hechas ante los mismos medios que los apoyan.
Cabe recordar que el señor Macri apenas firmado el acuerdo, aumentó la tarifa del subte en un 127%, sin consulta ni acuerdo previo con su legislatura, probablemente violando la propia constitución de la ciudad y, lo que es tan importante, despreciando con ese acto a los representantes de los ciudadanos de Buenos Aires y, fundamentalmente, a los usuarios del subterráneo.
Con esa decisión tomada a horas de firmado el acuerdo, Macri, de hecho, aceptó la transferencia a la ciudad de las facultades que ahora rechaza aceptar. Porque el Subte es patrimonio de la Ciudad, eso está fuera de discusión. Sus instalaciones completas, vías, estaciones, material rodante, espacios comerciales, etc, son patrimonio de la Ciudad, incluso antes de convertirse en Autónoma. El Estado Nacional en los ´90s lo que hizo fue concesionar el Subte a una empresa privada -Metrovías- para que se ocupara de su operación.
En esa empresa, en su supervisión y control por parte del Estado Local, se encuentra uno de los nudos problemáticos, quizás el principal, a resolver para que finalmente la Ciudad pueda tener el Subte que se merece. Sin embargo, de eso no se habla en los medios dominantes que protegen al Niño Mauricio. Para más y muy buena información con respecto a este tema ver aquí.
El Proyecto de ley enviado por la presidencia, como dije al comenzar, afecta a todo el transporte capitalino: Subte, Líneas de colectivos (buses) que tienen su recorrido dentro del ejido de la ciudad, el pre metro y el tranvía de Puerto Madero. En lo que hace a los colectivos son un total de 33 líneas de las más de 140 que tienen parte de su recorrido en la ciudad.
El reclamo actual de los voceros del PRO, si es que hay tal cosa, porque suelen decir cosas contradictorias aún en el caso de coincidir en la misma persona, se refiere a los subsidios. Parece que no se han enterado o no se quieren enterar de cual es la actual política de subsidios del Gobierno nacional. Se llama SUBE y es una tarjeta que subsidia el pasaje al usuario y no, como venía siendo hasta ahora, a la empresa que presta el servicio. La tarjeta SUBE debe valer para cualquiera de los medios de transporte que se utilicen en el área metropolitana, ese es su objetivo y se la otorgó sin cargo a todo aquél que la solicitase.
A partir de que se oficialice el traspaso de la facultad de controlar, supervisar y fijar tarifas al Gobierno de la Ciudad, todos aquellos que no sean propietarios de una tarjeta SUBE deberán abonar precio completo del pasaje que para cada caso fije el gobierno de la ciudad en acuerdo con las empresas concesionarias.
Por eso no se entiende qué quieren decir cuando hablan de subsidios o cuando afirman que habrá que rediscutir las condiciones de la coparticipación federal (ver aquí). Como diría mi abuela están confundiendo chicha con limonada. El gobierno nacional continúa con su política de subsidiar el pasaje del transporte, solo ocurre que ahora el subsidio va al pasajero de forma directa. ¿Se entiende?. Como es obvio esto tiene un costo para el Gobierno. Ese costo corresponde a la diferencia entre el precio real del boleto (pasaje) que estará fijado en el caso del transporte capitalino entre las empresas y el gobierno local y el precio del pasaje subsidiado (en este momento entre 1,10 y 1,25 pesos). De modo que el Gobierno Nacional no deja de pagar los costos del subsidio solo los ha redirigido para hacer al gasto más eficaz.
Macri dice que hay que mirar hacia el futuro, aunque evita decir como pinta, según él, ese futuro. No hay descripciones que vayan más allá de frases sueltas y deseos de felicidad. En este caso y por una sabia decisión presidencial se acabó el bla bla y el futuro real y concreto del transporte público de la ciudad quedará en sus manos. De momento en lugar de actuar responsablemente, continúa con su mezquino intento de hacer pagar los costos políticos al gobierno nacional e intenta meter miedo a los usuarios y amenaza, sin ningún respaldo técnico, con que el boleto de colectivo se irá a 4 pesos. Podemos creerle que llegado el caso lo va a intentar, ya lo hizo con el subte, pero la responsabilidad será de él no de la Presidenta. Aunque en ese caso (más de un 300% de aumento) la Secretaría de Transportes de la Nación se vería obligada a intervenir.
Sinceramente debo decir que no soy muy optimista con respecto a ese futuro, espero equivocarme para bien de nosotros los porteños y que, de pronto, Macri demuestre que tiene la misma capacidad para gestionar lo público (escuelas, hospitales y ahora el transporte) que demuestra en el estímulo de la actividad privada, muchas veces de forma tan "entusiasta" que se olvida de respetar ordenanzas, que demuele edificios que forman parte del patrimonio histórico, que corre a palos a los indigentes en situación de calle, que se olvida de los hogares de tránsito y que lleva adelante una política social mezquina y reticente, para nada inclusiva con los sectores más desfavorecidos que constituyen una parte importante de los porteños.
Porque en esta ciudad, señor Macri y señora Vidal, no todos viven, no ya como sus votantes incondicionales de los barrios pudientes, sino solamente de manera digna. Revisen señores sus planes de construcción de viviendas que en la práctica es inexistente. No es lo mismo posibilitar el acceso de las familias a viviendas dignas que esa política tan PRO de "urbanizar" las villas con algunos adoquines y pintura pero sin cloacas.
bastadeodio
Pregunto, ¿No es demasiado llamarlo "señor"?
ResponderEliminarSabemos que no sabe qué quiere decir "hacerse cargo", sabemos cómo está modificando las manos de las calles, lo que no sabemos y no podemos imaginarnos cómo va a ser CABA con el traspaso REAL.
Seguro que para llegar a la sede de la jefatura adoptará como forma de transporte el avión...
Abrazo
Profe: a veces pienso que es inútil tratar de entender esta perversa manera de gestionar la ciudad y construír sentido del PRO, mezcla de marketing político berreta con lo peor del neoliberalismo y el conservadurismo, manipulación mediática y mafia leguleya, un combo podrido y nauseabunso... ¡un asco, che!
ResponderEliminarHilda no te lo tomes tan a pecho, jejeje, es un tratamiento puramente convencional. Me divierte ver como el accionar político de la presidenta los dejó completamente en of side. Contradiciéndose más que nunca. Abrazo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con tu cocktail-caracterización del PRO, Mancu, eso prueba que el relato es conveniente pero no necesario para ganar elecciones, otra cosa es si se quiere gobernar en serio, para eso hace falta concebir un relato en el sentido de un proyecto. El PRO no lo tiene es un grupo de amigos con pasado y negocios en común, son la peor expresión que sobrevive del menemismo, incluso peor que la cara brutal de Duhalde o la desvaída de De Narváez, que de peronista no tiene nada, ni siquiera el estilo exterior.
En realidad todo lo sucedido en estos meses que van de octubre hasta aquí prueba que en la política nacional hay una protagonista exclusiva que es Cristina el resto es la expresión pura y dura de la resistencia de los grupos económicos afectados que se cuela por los medios y que naturalmente encuentra aliados en aquellos que añoran a la dictadura y a muchos de los políticos ineptos e incapaces de derecha y de izquierda que no pueden ofrecer nada que se parezca a una propuesta seria capaz de competir con el "relato" del gobierno que paradojalmente está lleno de realidad.
La verdad, un post impecable Profe.
ResponderEliminarOjalá muchos "periodistas serios" tuvieran tu capacidad de reseñar una crónica.
Estaríamos mucho más esclarecidos.
Hay que pasarle tambien los bondis, él dice que el boleto se iría a 4 pesos, dejá que lo aumente a 4 pesos y vas a ver el quilombo que se le arma al pejerto. A ver cómo explica que "es culpa del gobierno nacional"
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EliminarSi ahí hay un tema que me preocupa y es cual será la utilidad real como subsidio a los trabajadores de la tarjeta SUBE. Este tema hay que repensarlo. Fijate que en el Subte si pasás la SUBE te cobra 2,50 el costo normal sin subsidio, en realidad debería cobrarte los 1,10 y el gobierno subsidiar el resto porque si esto continúa igual en el subte y en los colectivos de la ciudad (esas 33 líneas que Macri dice que se van a 4 pesos) entonces la SUBE deja de cumplir la función que tenía destinada lo cual es una auténtica cagada.
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