Por una Patria Justa, Libre y Soberana

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martes, 21 de octubre de 2014

Pozos Ciegos de Inmundicia

¿Qué imaginario camión atmosférico podrá purgar los insondables pozos llenos de excrementos en que se han convertido los foros de cíber comentaristas de La Nación, Clarín, Infobae y otros medios opositores?

Funcionan -deliberadamente- sin ningún tipo de moderación que no sea la de censurar las opiniones que tildan de oficialistas, de KKs, así dicen. Hasta putear e insultar -con el simple recurso de alterar la caligrafía- superan los supuestos controles. Lo que indica, en todo caso, que la moderación que declaman la ejerce una máquina estúpida (o tuerta).

Los comentaristas escriben las barbaridades más grandes que es posible imaginar y que muchos tal vez no serían capaces de repetir en voz alta en una reunión social. Impunidad es lo que sobra. Y anonimato.

Funcionan como un círculo cerrado, festejándose entre sí, degradando al infinito cada tema que "comentan" siempre expresándose en su limitadísimo lenguaje. Tampoco es que los temas vengan planteados de forma neutral, digamos. Más bien todo lo contrario, animan más al insulto fácil que al debate.

Leerlos a ambos -notas y comentarios- tiene mucho de surrealista. Uno no acaba de sorprenderse de la capacidad de autoestimulación de esas personas que están detrás de los comentarios y de lo comentado (lo que es más grave). Hay excepciones, por supuesto, perlas en medio de la inmundicia pero que la hacen aún más visible y maloliente.

La autoetimulación, el contagio, no son exclusivos de estos locus virtuales, en el fondo irrelevantes, lo grave es que los políticos de la oposición "presidenciables" padecen de actitudes colectivas de parecido histerismo e histrionismo. Parece joda pero no lo es. Sanz intentó convertirse en el "gran derogador", hacer punta como el más opositor de todos. Pronto todos los demás los siguieron, en especial Macri y Massa, los medios opositores también, por supuesto, dándoles listas de leyes a derogar. El sincericidio nos dejó a muchos con la sensación de que el tiro les iba a salir por la culata porque el horno no estaba listo para esos bollos.

Desde el gobierno se respondió a la ola "derogadora" con astucia y moderación, agradeciéndoles la sinceridad de sus intenciones pero advirtiendo los enormes perjuicios para los ciudadanos si sus planes se concretan. Despegó el ARSAT-1, todo salió bien, Cristina con brillante timming dijo en cadena nacional que "lo mejor del satélite es que no lo van a poder derogar". Al parecer, en esos mismos momentos las segundas encuestas encomendadas les estaban diciendo a los opositores que su campaña virtual derogadora era un fracaso y peor, contraproducente, que Cristina (el gobierno) subía y ellos bajaban.

Sin el menor prurito varios metieron violín en bolsa y comenzaron a desdecirse. Los principales, Massa y Macri, desandaron rápido el camino que habían emprendido apenas unas horas antes. Binner, como siempre, reaccionó un tiempo después. Carrió, en apariencia más astuta, hizo todo el tiempo mutis por el foro, total todos sabemos que su imaginario rol es la de "guardiana de la república", pero que, en la realidad, se reduce a un pacman capaz de devorarse a cualquiera, que no tiene amigos, solo enemigos.

Final de la historieta, Macri, Massa y los medios opositores, trataron de instalar que todo lo que pasó era un maquiavélico plan del gobierno para meterle miedo a la gente. Insuperable carapiedrismo. No es nuevo, hace tiempo que vienen haciendo lo mismo, instalando el odio, la brecha, la división. Negándose a discutir ideas, planes y argumentos, denigrando, acusando, rechazando, para luego afirmar que es el gobierno el que instaló la división y el enfrentamiento entre los argentinos.

Después de este necesario rodeo, volvamos a los foros. De allí no debe salir nada bueno, ni siquiera para la causa opositora. Pero había que señalarlo: De tal palo, tal astilla. Sin embargo, para mí es todavía un misterio el porqué han permitido que las cosas llegaran al punto en el que están. ¿Será porque les alimenta el relato?, ¿Será porque allí dicen lo que a ellos les gustaría escribir, pero no pueden?. Es posible.

Lo que si es seguro es que están procreando -entre todos, opositores y medios- un monstruo de odio y revanchismo que en algún momento tendrán que controlar. ¿Creerán que pueden hacerlo?. Las terribles experiencias que hemos vivido en el pasado hacen que uno dude de que pueda existir tal posibilidad.

Tengamos en cuenta que a mayor frustración -y ya han sufrido muchas en las sucesivas elecciones desde el 2007 hasta aquí- parecen experimentar mayor necesidad de alimentar el odio. Comenzaron en el 2008 y no pararon más.

Lo que casi está de más decir, pero lo digo: lo seguro es que no hay que prenderse en la réplica del odio. Sería como asustarse con los fuegos artificiales y confundirlos con tiros.

Lo que no significa ser giles. Ellos alimentan el odio con la esperanza que la pradera esté seca y que si arriman una chispa se producirá el incendio que elimine la maleza K, lo cual -como a los agricultores- les facilitará la próxima siembra neoliberal. Eso deben pensar. La chispa siempre la tienen preparada. Hay que dejarlos con las ganas. Estar despiertos y aplicar la ley y el orden, si es necesario. Pero la pradera no está seca, les gustaría. Los que los usan saben que no es así y eso los pone más nerviosos.
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bastadeodio                                                               

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, Profe.

    Debemos producir debates serios y profundos, que hay en el campo nacypop las diferencias y temas mas que suficientes para alimentar a esos debates, e ignorar por completo a esos tipos, pobres tipos en realidad.

    Tipos a los que nunca les podremos cambiar en ni siquiera un 1% su forma de pensar. Pero no todos son así, y me parece que a esos debemos apuntar.

    LLevo años respondiendo y tratando de debatir con esos...señores, pero jamás logré apartar ni a uno un milímetro de su eje descalificador.

    No estan para debatir. Aunque no es fácil ignorarlos, es lo que me parece que debemos hacer.

    Un abrazo.

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