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viernes, 8 de agosto de 2014

La Nación: Esa maldita costumbre de distorsionarlo todo

Nagasaki bajo el hongo nuclear
El 6 de agosto se cumplieron 69 años del bombardeo nuclear sobre la ciudad de Hiroshima (Japón).
Este bombardeo que dejó entre 150 mil y 200 mil muertos (80 mil de forma inmediata), fue seguido tres días después por otro sobre la ciudad de Nagasaki donde murieron en forma instantánea 80 mil personas llegando a más de 200 mil las muertes atribuibles durante el año 1945, en ambos casos la inmensa mayoría de los muertos eran civiles.
Estos bombardeos constituyeron el único caso de la historia en la que se emplearon bombas atómicas en una situación de guerra. En el momento de la detonación se estima que habitaban Hiroshima 300 mil personas y una cifra similar en Nagasaki.

El diario La Nación rememora los eventos replicando un artículo publicado por el portal británico BBC Mundo que consiste en una entrevista a uno de los sobrevivientes de Hiroshima. Lo curioso es el título:

El cataclismo nuclear de Hiroshima narrado por un sobreviviente

Surge de inmediato el extraño uso de la palabra cataclismo para referirse a un bombardeo atómico deliberado, o a cualquier otro tipo de acción humana deliberada productora de un desastre de magnitud.

Cataclismo proviene del latín cataclysmus y éste a su vez del griego kataklysmós que significaba originalmente inundación o desastre causado por el agua. De forma habitual se extiende a cualquier evento natural causante de una destrucción de grandes proporciones. Por ejemplo, la desaparición de las ciudades romanas de Pompeya y Herculano a causa de la erupción explosiva del Vesubio.

Su uso, en el caso del portal inglés y de La Nación se puede calificar en el mejor de los casos de hiperbólico y se puede inferir que lo que busca es disociar los eventos de la decisión humana que los desató. El tono de la entrevista e incluso los dichos del sobreviviente apuntan a reforzar esa impresión.

Muchos años después los japoneses vivieron otro evento atómico -este sí de proporciones cataclísmicas- a causa del tsunami que afectó a las centrales de Fukuyima provocando la fusión de los núcleos y la liberación de ingentes cantidades de radiación. Sin embargo, lo cataclísmico fue el tsunami, en el accidente nuclear posterior intervinieron además del evento natural fallas humanas.

Los bombardeos atómicos sobre las ciudades japonesas fueron cuidadosamente planificados. 

Se han realizado algunos buenos documentales sobre el tema. Sin embargo, hay otros deleznables. Parece increíble que después de tantos años y con la documentación de la época desclasificada, aún hoy se pretenda afirmar que el objetivo de las autoridades norteamericanas era terminar cuanto antes la guerra y evitar la muerte de cientos de miles de soldados propios en la invasión del archipiélago japonés. El artículo replicado por La Nación se inscribe en esta línea.

 
  Excelente documental de la TV francesa

El criminal uso militar de las bombas atómicas realizado por el gobierno de los EEUU nada tiene de desastre natural, hay responsables y nunca fueron debidamente condenados, aún cuando la opinión pública mundial mayoritaria los encuentra responsables. La manipulación de la información por parte del gobierno norteamericano no comenzó con la CNN en la primera guerra de Irak. Los bombardeos atómicos y sus consecuencias fueron manipulados hasta extremos que parecen increíbles y -lo que es peor- se continúa haciéndolo.

En ambos casos las bombas se hicieron detonar en las proximidades de los centros neurálgicos de las ciudades provocando -entre otros efectos- la destrucción de los hospitales y la muerte de cerca del 90% del personal sanitario.
En el caso de Hiroshima ocurrió, además, que poco tiempo después de la explosión comenzó a caer sobre los restos humeantes de la ciudad devastada una lluvia negra altamente radiactiva generada por los materiales proyectados a la atmósfera. Esta lluvia negra -sobre la cual se hizo una excelente película- fue la responsable de la mayor proporción de muertes posteriores al instante cero.

 
Se sabe, también, que ambas ciudades -entre otras pocas similares- habían sido seleccionadas por los estrategas norteamericanos deseosos de probar las nuevas armas en un ensayo nuclear en el mundo real y que por eso habían sido preservadas de los bombardeos con bombas convencionales que asolaban el resto del archipiélago del Japón.

Los lugares específicos y formas de detonar los artefactos (a 600 metros de altura) estaban determinados por el objetivo de producir el mayor daño posible a las estructuras y las personas.

Otro elemento importante que revela el grado de maldad del plan fue el hecho que -a diferencia de lo ocurrido en otras ciudades japonesas sujetas a bombardeo convencional- no se dejaran caer panfletos en los cuales se advertía que iban a ser atacados. Esto explica el porqué las autoridades japonesas -de ambas ciudades- no hicieran sonar las alarmas al observar la pequeña escuadrilla de tres aviones volando a gran altura.

bastadeodio                                                                 

1 comentario:

  1. Hiroshima y Nagasaki fueron el monumento a la hipocresía humana, auténticos crímenes de lesa humanidad ordenados por una especie de anticipo de George Bush jr- the president Harry Truman-que EEUU aún reinvindica como heroicos.
    EEUU tiene el dudoso privilegio de ser la única potencia que usó bombas atómicas contra poblaciones civiles...y luego se creen los "buenos". Menudo lavado de cerebro que trae el yanqui promedio...

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