Cristina y la Soberanía Nacional |
Con la claridad y poder de síntesis de siempre Cristina lo dice todo. De dónde partimos, cómo llegamos aquí y hacia dónde vamos.
Mas no se puede esperar del presidente de un país -el nuestro- que vive horas complejas pero seguramente transitorias si se las afronta con decisión y unidad nacional. Decidí posponer su publicación para dar prioridad a la publicación de un extracto del discurso de nuestra presidenta, no cabía otra.
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Este feriado es distinto. Es cierto que conmemoramos la bandera de la Patria y recordamos el fallecimiento de su creador Manuel Belgrano. Pero eso no es todo.El día es especial por las circunstancias -por todos conocidas- que lo rodean. Sobre ellas caen estas reflexiones. Quizá me salió un post demasiado largo, pero ofrezco como disculpa, además de una limitación con la cual lucho pero no siempre venzo, la compleja naturaleza de la situación que se trata.
En síntesis el acto de Griesa, en apariencia judicial, es un acto profundamente político. Como todo hecho político tiene una historia propia -menos relevante- y otra en la cual se inscribe y que lo explica. No hay posibilidad de ensayar una respuesta adecuada a las consecuencias que genera sin comprender esta última.
Y de eso se trata.
Comparto y comprometo en ello mi pensamiento -con sus dudas y certezas- pero principalmente lo hago con mis sentimientos en los cuales no hay sombra de duda.
La historia no es la cronología de los hechos del pasado unidos por vínculos causales. Este es un mito que oculta más de lo que revela. En este post el vínculo entre los hechos históricos a los que alude lo hace el concepto (o valor, si se prefiere) de Soberanía Nacional.
La soberanía nacional no solo sufre ataques desde fuera de nuestras fronteras, en general, son ataques combinados de fuerzas externas e internas cuyos intereses confluyen. Hay sectores, grupos económicos territorialmente situados dentro de nuestras fronteras geográficas, cuya posibilidad de ganancia se maximiza si el Estado renuncia -en forma parcial, claro- a la soberanía nacional. Los tiempos de la colonia están en el pasado, ya no es necesario, por lo menos por estos lares, que flamee una bandera extranjera en lugar de la celeste y blanca. Las apariencias en este campo son más eficaces que el exhibicionismo en función de ocultar las múltiples formas de dominación.
Argentina en el contexto mundial:
Argentina es un país de importancia mediana, muy relevante en el contexto regional, en particular en esta ultima década, pero de menor relevancia a medida que nos alejamos de éste y nos acercamos a los centros dominantes del poder económico, militar y político del mundo que se integran, no solo militarmente, en la OTAN.
Ese orden unipolar, que surgió luego de la caída de la URSS, parece estar actualmente en jaque; emergen otros centros de poder económico y militar pero que aún no están en condiciones de disputar seriamente la actual configuración. La incapacidad de las instituciones internacionales surgidas luego de la segunda guerra mundial (ONU, OEA, etc.) se hace cada vez más evidente y tanto a nivel regional como global, surgen, en consecuencia, otras instituciones regionales y trans regionales que intentan llenar esos vacíos. A ese estado de cosas, a mi juicio aún incipiente, se lo llama un poco pomposamente multipolaridad.
La unipolaridad -en disputa- exhibe sus conflictos de diversas formas. Una de ellas, militar, puede ser ejemplificada, entre muchos otros conflictos bélicos locales, por la actual crisis de Ucrania. Otra forma, que nos afecta de manera más seria, es el predominio del capital financiero especulativo sobre los poderes políticos de los estados y su consecuencia inmediata que son las pesadas deudas soberanas que no paran de aumentar y ahogan las posibilidades de crecimiento con equidad en la mayoría de los países del mundo.
Ejemplos de esto último sobran por todas partes, incluso entre los países situados en la periferia del centro como Grecia, España o Portugal, entre otros. El comando de la política económica y lo que es aún peor, de las políticas sociales -afectadas de forma directa por la subordinación de las políticas públicas al pago de los servicios de la deuda- escapa al control de los Estados y es ejercido desde fuera.
En américa latina como en la mayor parte del mundo en desarrollo, hay que decirlo, este estado de cosas no es de ahora sino una constante histórica. Se puede decir -sin exagerar- que desde el surgimiento como países independientes hemos estado condicionados en nuestro crecimiento económico, político y social por los antiguos poderes coloniales y su reemplazante geoestratégico, los Estados Unidos. El motivo esgrimido por las potencias como justificante de las intervenciones de todo tipo y calibre que han realizado, ha sido el libre comercio, o la sacrosanta libertad de los mercados la que siempre aplican de forma notoriamente asimétrica.
1845: ¡No Pasarán!
La batalla de la Vuelta de Obligado ocurrida el 20 de noviembre de 1845, fecha histórica convertida en el Día de la Soberanía Nacional, es un ejemplo particularmente representativo. Esa batalla naval y terrestre entre tropas nacionales y una armada anglo-francesa fue una batalla que aunque perdida por nuestro país en términos militares resultó ganada en términos políticos y económicos porque allí quedó establecida -aunque hoy nos pueda parecer mentira- la soberanía nacional sobre el comercio en la cuenca del Plata y los ríos interiores.
No obstante, con la caída de Juan Manuel de Rosas (Caseros, 1852) los británicos recuperaron rápidamente la influencia sobre las políticas domésticas y casi de inmediato recomenzó el endeudamiento externo y su inevitable correlato en la corrupción (Baring Brothers, antes, 1822, después: 1880-1890).
Para tener una lectura comprensiva en el caso argentino de la actual relación (que no difiere mucho en líneas generales de la existente en el pasado) entre el endeudamiento externo, la corrupción, su contracara el enriquecimiento y la salida de capitales, se puede ver la investigación de Basualdo-Kufas (en pdf)
Recurrir al poder económico y a la superioridad tecnológica -cuando esto es posible- les ha resultado a las potencias del siglo XX mucho más beneficioso y sobre todo más barato que recurrir a la guerra. Una de las maneras en la que se establece la dependencia política es y ha sido el estimular que las naciones menos desarrolladas tomen créditos en condiciones sumamente desventajosas para ellas en los mercados de capital de las naciones ricas. Para ello siempre encontraron cómplices entre las clases dominantes de los países dependientes.
En las primeras formas de este dominio financiero intervenían la banca de los países centrales, organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial e incluso los propios Estados como tales.
La disponibilidad de divisas provenientes de los países exportadores de petróleo -los petrodólares de los años 70 y 80- introdujeron un primer gran cambio, al aumento en la cantidad de dinero prestable le siguió un fuerte endeudamiento de los países en vías de desarrollo. Tentadora y abundante Plata fresca. Surgen los productos específicamente financieros -la ingeniería financiera- que produce grandes ganancias moviendo simplemente de aquí para allí papeles que representan teóricamente riqueza. El dinero termina por independizarse completamente de los bienes de producción y del trabajo que éstos representan. La crisis de la deuda de los países emergentes que se produce en cadena en la última década del siglo XX (se habló de efecto contagio, como si se tratase de una epidemia. El engaño llega a niveles de detalle increíbles) hizo que para evitar males mayores los grandes bancos se desplazaran del centro de la escena de la deuda transfiriendo muchas de sus funciones a otras estructuras como Calificadoras de Riesgo, Aseguradoras y consultoras. De esta forma los bancos conseguían evitar incorporar en sus balances las pérdidas en caso de que los préstamos fuesen incobrables y, además, descentralizando en apariencia la toma de decisiones podian perfectamente pasarse la pelota de unos a otros sin que ninguno apareciese como el culpable (y beneficiado) del descalabro. Y aunque esto ocurriese, nadie era sancionado seriamente, la continuidad del negocio era y sigue siendo lo primero.
La bola financiera va creciendo hasta los finales de la primera década del siglo XXI, la crisis de las subprime en el año 2008, una típica burbuja creada por la ingeniería financiera, puso de relieve dos cosas, la evidente incapacidad de los gobiernos -incluido el de EEUU- para controlar los efectos devastadores de los movimientos del capital financiero y la profundidad y extensión que éste había adquirido al punto que luego de que la crisis se instalara en el resto de los países, principalmente una parte de los europeos y Japón, quedó de manifiesto que el poder financiero se había literalmente salido de control.
Uno de los aspectos notable de este proceso de estallido y extensión de la crisis es que muchos de los países de sudamérica que en los 80-90s fueron fuertemente afectados (Efectos Tequila, Caipiriña, Tango) por la afluencia y el movimiento de capitales "golondrina" especulativos ahora, en el siglo XXI, sin embargo, son los que sufrieron en menor medida sus consecuencias manteniendo -a pesar que todo se desmoronaba a su alrededor- sólidas tasas de crecimiento sin retraer las políticas inclusivas que los caracterizaron desde los comienzos de la década.
Sin que esto explique en su totalidad el fenómeno del relativo "blindaje" de estos países sudamericanos, una de las cosas que tienen en común y que lo explica -por lo menos en parte- es que todos ellos llevaron adelante políticas de apoyo al mercado interno, creación de empleo, inclusión social mediante ayudas directas a la población en riesgo, que permitieron mantener el crecimiento. En muchos de los casos -Argentina es uno de ellos- estas políticas se financiaron sin recurrir al mercado externo de capitales. Hay otros aspectos político-economicos tan relevantes como el mencionado que contribuyeron a reforzar esta tendencia y son las decididas acciones en pos de la unidad regional. Rechazo al ALCA, creación de UNASUR y CELAC, fortalecimiento y ampliación del MERCOSUR. Hay que apuntar que estas iniciativas que vivieron su auge entre 2005 y 2010 actualmente presentan un menor vigor que espero sea transitorio. No es ajeno a ello los fallecimientos de Néstor Kirchner y Hugo Chávez que eran sus principales impulsores.
1945: ¡Braden o Perón!
Spruille Braden, además del embajador de los EEUU en nuestro país, era el dueño de la empresa minera Braden Cooper Company (Chile) y un conocido lobbista en favor de los intereses de su país en sudamérica.
En tal función y con tales antecedentes creyó que estaba en condiciones de impedir que el entonces coronel Perón fuese electo presidente. A tal fin -entre otras acciones menos visibles- publicó un libro titulado Libro Azul, en el que acusa a Perón y a otros oficiales de ser simpatizantes de los nazis, una cantinela que fue -y es- repetida hasta el cansancio por la oposición. Perón le responde con El Libro Azul y Blanco y con la consigna ¡Braden o Perón!, que establecía con claridad de que lado estaban los intereses nacionales y de que lado los antinacionales. Como todos sabemos Perón ganó, es decir, arrasó, en las elecciones y Braden debió dejar su cargo de embajador. Sin embargo, como era previsible, las hostilidades provenientes del norte hacia nuestro país y su gobierno no cesaron sino que tomaron otros caminos.
Con el sangriento golpe de estado de 1955 que derrocó a Perón, los EEUU y en menor medida Gran Bretaña recuperaron su influencia en la política doméstica.
De allí en más durante el resto de siglo XX el visto bueno o el veto de la embajada yanqui pasó a ser una carta decisiva a jugar en las disputas políticas locales. Los golpes cívico militares fueron la constante cada vez que desde los gobiernos democráticamente electos (con sus más y sus menos) se ensayaba poner un límite a la voracidad del capital. Hasta los dictadores necesitaban del apoyo del departamento de Estado para proseguir en sus cargos. Una mala nota en ese sentido los expulsaba de la Rosada y los condenaba a retiro forzoso aunque magnánimo por los servicios prestados.
Para muchos nacidos en argentina "de casualidad" pero sin sentimiento nacional que se autotitulan políticos democráticos y republicanos -incluso los hay que alardean cuidar a la "republiquita"- sigue siendo natural ir hoy de visita al amo del norte para hablar mal del gobierno nacional cuando éste es garantía de los intereses populares, conspirar en su contra u obtener algún financiamiento a cambio de algunos favores que nos suelen costar muy caros a la mayoría de los argentinos. Cuando ellos gobiernan, en cambio, solo viajan a "la meca" para intercambiar favores y elogios, siempre desde una posición subordinada como el perro que lame la mano de amo.
2014: ¡No a la extorsión del anarco-capitalismo!
El juez de primera instancia de Nueva York, Thomas Griesa, dictó un injustificable fallo a favor del reclamo de los fondos buitre que son una parte del minoritario 7% de los tenedores de bonos de la deuda argentina que no aceptaron los canjes de 2005 y 2010. En este fallo y amparándose cínicamente en el lema jurídico de "igual tratamiento", el juez dictaminó que a los demandantes hay que pagarles al contado la totalidad del valor nominal de los bonos de deuda más intereses y punitorios (lo que les significaría de concretarse una disparatada ganancia del 1600%) y además los habilitó para embargar los pagos que se les hicieren al otro 93%, impidiendo con ello que estos cobren lo que habían acordado y que el país está dispuesto a pagar.
La Cámara de Apelaciones de NY no solo convalidó el fallo Griesa sino que levantó la medida cautelar que había dictado y que detenía los embargos. La última instancia legal, la C.S de los EU, se negó a tomar el caso a pesar que la apelación argentina contaba con la opinión favorable (amicus curiae) de numerosos gobiernos, incluido el estadounidense (que no fue consultado pero tampoco se presentó como respaldo), y de numerosas personalidades e instituciones.
La explicación del porqué un tribunal de Nueva York es competente para intervenir en un caso que involucra a particulares vs un Estado Soberano como Argentina, se encuentra en la renegociaciones de la deuda iniciadas en los años 80s -aún en dictadura- que incluían en las condiciones una cláusula que establecía esa jurisdicción (y otras extranjeras) en caso de litigio entre las partes. Este tipo de cláusulas se mantuvo aún en los canjes de deuda realizados por los gobiernos kirchneristas. El economista Alfredo Zaiat lo denomina "el pecado original".
Los llamados fondos buitre, (aquí y aquí) que pasan por ser uno de los protagonistas de este drama, no son más que la cara más visible y repudiable del capitalismo financiero globalizado, ese que Cristina Kirchner viene denominando en los foros internacionales desde bastante antes de esta crisis como anarco capitalismo.
La característica principal de esta nueva etapa del capitalismo radica en que los centros del poder financiero mundial escapan al control de los estados nacionales -de ahí la calificación de anárquico- y, en consecuencia, han podido desarrollar la capacidad monstruosa de provocar crisis económicas y políticas de alcance local y global y aprovecharlas para incrementar de forma nunca vista sus ganancias.
Lo que en 1845 requirió de una coalición armada extranjera encabezada por una flota, se convirtió en 1945 en una típica operación de prensa acompañada de apoyo material a las fuerzas políticas y sociales que se oponían a Perón y en 1955 en un cruento golpe de estado orientado por los EEUU y dado por las fuerzas armadas de la antipatria en contra de la Nación y de su pueblo.
En 2014 creen que les basta con una maniobra judicial extorsiva -aunque en apariencia legal- que pretende torcer la voluntad política del gobierno nacional y obligarlo a aceptar las reglas de juego impuestas por el capitalismo financiero supranacional. El gobierno de Cristina Kirchner da muestras de que no cederá a la extorsión en los términos en que ha sido planteada, porque hacerlo sería suicida. No para el gobierno sino para el país. Habrá que ver si el apoyo expresado por numerosos gobiernos e instituciones del mundo se transforma en resoluciones más concretas y eficaces que permitan poner un límite a las ambiciones a esta altura ciertamente criminales de estos nuevos operadores financieros que actúan al margen de los intereses y la legalidad de los Estados Nacionales y muchas veces lo hacen manifiestamente en su contra.
De no mediar alguna circunstancia que cambie el panorama actual, el 30 de junio -a fin de mes- la Argentina entraría en lo que eufemísticamente se denomina default técnico, es decir que el país está en condiciones de pagar a los acreedores "reestructurados", pero está impedido de hacerlo (a través del Banco de Nueva York) por el riesgo cierto de embargo.
Pagar pero sin renunciar al crecimiento con justicia social:
Los gobiernos que sucedieron al descalabro de la Alianza y sus corruptos megacanjes y a la declaración de insolvencia se encontraron en la disyuntiva de reconocer el conjunto de la deuda externa -aún a sabiendas que una buena parte de ella era de naturaleza especulativa y correspondía a fondos que nunca habían ingresado al país- o proceder a repudiarla en conjunto iniciando una compleja investigación de la misma con el objeto de separar la porción legítima de la que no lo era. Ambas alternativas suponían costos. La decisión del gobierno de Néstor Kirchner transformada en política de Estado mediante su convalidación legislativa fue que había que comenzar a pagarla pero solo en la medida en que ello no impidiese el crecimiento, de allí se siguen los canjes voluntarios de deuda de 2005 y 2010 que establecieron una quita sustancial en el capital adeudado y una mejora en las condiciones de pago (intereses y plazos).
En cuanto a la legitimidad de la deuda, la justicia argentina recibió denuncias sobre supuestas operaciones fraudulentas relacionadas con el megacanje que involucraban al gobierno de Fernando de la Rúa, varios de sus funcionarios y en particular al ministro Cavallo, sin embargo la inacción de la justicia permitió que la mayoría de los imputados -con la única excepción del ex ministro Cavallo- fueran sobreseídos por prescripción de la causa debido al paso del tiempo y la insuficiencia de las pruebas recogidas, entre ellos, el padre del engendro, David Mulford ex secretario del Tesoro de los EEUU.
Lo inédito de la estrategia de renegociación iniciada por Néstor Kirchner es que se hizo directamente entre el Estado Argentino y los acreedores sin la intervención del FMI, ni de agencias calificadoras internacionales y sin tener acceso a nuevo endeudamiento externo. Es decir que los pagos se hicieron, y se hacen, con recursos propios genuinos (ahorro interno en la forma de reservas en divisas del Banco Central). Las que reaccionaron a la velocidad del rayo una vez conocido el fallo adverso de la CS de los E.U. apurándose a bajar la calificación del país. Hay que recordar y nunca olvidar como la vida cotidiana de los argentinos en los años 90 se veía infectada por los números publicados por esas Calificadoras incalificables.
Pero hay que apuntarlo, el camino elegido por el gobierno argentino no es la forma en que se reestructuran las deudas soberanas en el mundo, salvo unos pocos casos de deudas mucho menores (el default argentino es el mayor de la historia del capitalismo), las negociaciones se hacen con el control de organismos multilaterales y la imposición de políticas de austeridad a los países deudores. Este proceder -considerado el normal- le garantiza al capital financiero internacional el control de las políticas internas de los países quedando en consecuencia su soberanía e independencia seriamente disminuidas. Como contrapartida -siempre en riesgo- los países deudores tienen acceso al mercado de capitales obteniendo créditos a tasas generalmente muy altas que les sirven para pagar los intereses de la deuda -patear, como se dice, la pelota para adelante- pero a costa de incrementarla aún más en una espiral que no parece tener fin y que rápidamente hace que el monto de la deuda supere la capacidad de pago del país, medida por la relación monto de la deuda con respecto al PBI.
Argentina renegoció su deuda por fuera del mercado de capitales y siguiendo un procedimiento heterodoxo, la pagó religiosamente hasta ahora pero, además, creció durante buena parte de estos últimos diez años a "tasas chinas" e impulsó políticas de creación de empleo, industrialización e inclusión social sin recibir asistencia técnica o financiera de fuera. Creció y pagó por sus propios medios y siguiendo sus propias políticas. El porcentaje de la deuda con respecto al PBI que mide de alguna manera la capacidad de pago, pasó del 160% en el 2003 a cerca del 40% en el 2013. Una reducción del 70%, la mayor de todas en la región siendo esta la única en la que en varios países se experimentó este fenómeno.
Se pretende castigar la heterodoxia del gobierno nacional:
Argentina entonces, según el punto de vista del poder financiero internacional, constituye un mal ejemplo que de ser imitado por otros países que enfrentan crisis externas (como ocurrió recientemente con Grecia, aquí, aquí ) los dejaría fuera de juego o con un poder mermado.
Argentina, entonces, debe ser castigada.
Pero como no estamos en 1845 y no pueden enviar una armada para someternos a las reglas tácitas y explícitas existentes, aprovechan una brecha -no casual, ni un resquicio menor- en el orden jurídico internacional tal que a un país deudor (y todos lo son), lo pone en una situación sin salida similar a la que estaban antes del siglo XIX las personas que tenían deudas y no podían pagarlas: o pagaban como sea o iban presos y si iban presos obviamente no podían pagar. Eso sí, los deudores ricos (valga el oxímoron) gozaban del privilegio de cárceles especiales.
Como dijo en su oportunidad Néstor Kirchner, aunque no lo cito textualmente: Vamos a pagar nuestras deudas, pero sin que ello comprometa el crecimiento y el futuro de los argentinos, los muertos no pagan.
Si la deuda externa argentina en el 2001 era impagable en cambio la deuda reestructurada al 2010 era pagable como lo demuestra la realidad; la posible deuda soberana desestructurada de hecho por las consecuencias del fallo Griesa es aún más impagable que la existente al 2001 y eso a pesar de haber pagado hasta ahora a los acreedores de buena fe casi 50 mil millones de dólares.
Argentina es castigada por defender consecuentemente su independencia económica y su soberanía política, valores que al parecer en el mundo actual solo tienen que ser respetados cuando se aplican a los países "destinados a mandar", aunque en estos casos se suele utilizar la lábil excusa de la "seguridad nacional".
La independencia política y económica son objetivos nacionales:
Tienen que saber todos aquellos que habiendo nacido argentinos afirman que hay que aceptar la condena al suicidio nacional que significa admitir, sin más, los fallos judiciales -Griesa et al.- que le están haciendo el juego al enemigo.
Aquellos que festejan el triunfo parcial de los fondos buitre como una derrota del gobierno que lo pone al borde del tan ansiado fin de ciclo, hay que recordarles que lo que festejan es un acto que eventualmente tendrá muy serias consecuencias sobre el bienestar y el futuro de la mayoría de la población, incluidos muchos de los que se unen al festejo como si se tratara de un partido mundialista.
Aquellos que afirman que el acto de extorsión disfrazado de juridicidad es la respuesta legítima a una actitud soberbia y hasta injuriosa del gobierno nacional hacia una legalidad constituida en cortes extranjeras (Cristina vs Griesa), hay que hacerles ver que estas son unas cortes que se arrogan, sin que nada ni nadie las haya revestido de ese poder, el extremo de criticar las decisiones soberanas y el contenido mismo de los discursos de un gobernante democráticamente electo. A esos hay que decirles que o bien son inocentes confundidos que pueden ser rescatados de su ignorancia por el examen de la verdad de los hechos o bien son -aún sin saberlo- cómplices de aquellos que pretenden encontrar en los golpes de mercado un sustituto moderno de los ejércitos invasores o de los golpes de estado preparados y orientados por una potencia extranjera (Allende en Chile).
No se es traidor por pensar diferente o por defender políticas diferentes a las llevadas adelante por el actual y circunstancial gobierno, se es traidor cuando el individuo o el grupo conspira con un poder extranjero para alcanzar sus objetivos internos aunque ello suponga violentar la voluntad popular, provocar la ruina del país y traer la miseria al pueblo del cual forma parte. Obtener apoyo económico, como es el caso de la diputada del PRO Laura Alonso, del fondo buitre NML de Paul Singer es, qué duda cabe, en el mejor de los casos un acto de estupidez suprema y en el más probable un acto de traición a la Patria que debería encontrar su justa condena.
bastadeodio
Excelente. Es la MEMORIA y la aclaración de conceptos que muchos quieren mantener en la niebla lo que logrará sino la unidad nacional, al menos ampliar lo suficiente la grieta para que cada uno se ubique del lado de nuestro país o en contra de él.
ResponderEliminarCuando pienso que en un año y medio Cristina deberá colocar la banda presidencial a otro ú otra, ya estoy extrañando su calidad y la dimensión de estadista tan dificil de igualar en toda nuestra mentirosa historia.
Saludos
Buenos días profesor. Mi nombre es Ricardo Criado, trabajo en la Comisión Municipal de la Memoria de Río Cuarto, Córdoba. Solo quería comunicarle que acabo de copiar el texto de 2 de enero de 2012 sobre ampliación de ciudadanía para usarlo en talleres que organizamos para estudiantes de nivel medio. Me pareció que sería justo que Ud. supiera que lo usaremos. Si desea comunicarse: rcriado@yahoo.com.ar Muchas gracias.
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