Al mejor estilo mafioso el fiscal Nisman se suicidó a horas de prestar un testimonio clave frente a legisladores del oficialismo y de la oposición. Su muerte, como ocurre en general en estos casos, dificultará que la verdad salga a la luz.
Sin embargo, lo que menos importa para los que organizaron y los que se plegaron a la
denuncia de Nisman en contra de las máximas autoridades del gobierno, es la verdad de los hechos. Es natural que así sea porque saben que su denuncia es insostenible frente a un tribunal.
Ni la causa AMIA a cargo del juez Canicoba Corral, ni la causa de
"encubrimiento" -iniciada por la denuncia de Nisman- a cargo del juez Lijo, tienen importancia real, solo
proseguirán formalmente pero me adelanto a pronosticar que no producirán
nada relevante en los próximos meses.
El centro de gravedad se desplazará -como ya había comenzado a hacerlo- de los tribunales a los medios.
Al mismo Nisman ya no se lo puede indagar ni mucho menos acusar. Pero su muerte, aunque sea suicidio, requiere de una explicación racional y es en torno a ella sobre lo que girarán las noticias y las especulaciones más desenfrenadas.
El golpe de efecto que cierra la opereta política montada tiene su acto final con la muerte del fiscal la que, para muchos, obrará el milagro de convertir en plausible su disparatada
denuncia.
Se intenta, está claro, que el perjuicio sea para el gobierno nacional porque con lo ocurrido se invierte
la carga de la prueba y se sacan los sucesos del ámbito judicial. No hay que
demostrar ante un tribunal que Nisman decía la verdad, cosa imposible
entre otras cosas porque está muerto, hay que demostrar frente a la
opinión pública que el gobierno no está involucrado en su suicidio.
La opinión publicada ya comienza a manifestarse: no habrá acusaciones directas y formales pero sin duda se sembrará abundantemente la sospecha, tanto en los medios locales como internacionales, de la culpabilidad potencial del gobierno. Habrá también homenajes de la oposición que intentarán transformar al suicida en un héroe de la república.
Casi nadie pondrá el énfasis en la inconsistencia de la polémica denuncia realizada por el fiscal Nisman que acusaba a la presidencia nada menos que de encubrir a terroristas. Solo mencionarán su muerte y el anteúltimo acto de su vida, su denuncia, y que el público saque sus conclusiones.
bastadeodio
"El centro de gravedad se desplazará -como ya había comenzado a hacerlo- de los tribunales a los medios"
ResponderEliminarTotalmente Profe!
Abrazo!
gracias profe, preciso y contundente. Abrazo!
ResponderEliminarCUAL SUCIDIO ??? FUÉ UN HOMICIDIO AL MEJOR ESTILO PERONIO / FACHO.COMO DIRÍA ANÍMAL FERNÁNDEZ . " NO ME TOME POR BOLUDO "........
ResponderEliminarBien Profe, coincido en todo, clarísimo, abrazo grande
ResponderEliminar