La mayoría de los presidenciables de la oposición expusieron sus ideas en el coloquio organizado por la CAME (Cámara Argentina de la Pequeña y Mediana Empresa). Como es habitual dijeron las vaguedades de siempre que -les parece, con bastante razón- suenan bien a los oídos de los empresarios nacionales: baja y/o eliminación de retenciones a las exportaciones primarias, baja de impuestos, retiro del Estado como agente regulador de la actividad económica, disminución del gasto público, políticas antinflacionarias, libertad para importar, etc., etc.
Pero hay una excepción, hasta cierto punto. A Macri -como alguna vez señaló Cristina- de vez en cuando se le escapa alguna, no digamos idea, ni mucho menos plan, pero si una verdad interior que de tan cruda revela a pesar de su particularidad cuál sería -de ser presidente- su plan de gobierno.
Macri afirmó -dentro de esta idea de disminuir el gasto público- que nuestro país debería dejar de invertir en emprendimientos tecnológicos "ineficientes e innecesarios" y afirmó “hay un despilfarro, empresas tecnológicas que no hacen falta, empresas satelitales que no funcionan”. La referencia a la asociación ARSAT- INVAP y en particular al satélite de comunicaciones ARSAT-1 próximo a ser puesto en órbita es obvia.
Lo sorprendente es que, a pesar de ser este evento específico muy difundido por la prensa escrita y audiovisual y en general mostrado como un acontecimiento muy positivo del cual los argentinos debíamos estar orgullosos, la crítica mortal de Macri -dicha con toda claridad en público ante empresarios, contendientes y posibles socios políticos- en el mismo momento en que el tema tiene máximo estado público, no recibiera ninguna atención por parte de la misma prensa, salvo una mención en Página12. A varios días de sucedido todo esto continúan las declaraciones de Macri en el limbo aparente del océano cotidiano de estupideces que salen de las bocas opositoras.
Télam publica hoy algo. Se trata de una carta abierta que Héctor Otheguy, gerente general y CEO de INVAP le dedica a este exabrupto de Macri. Lamentablemente la nota solo difunde algunos párrafos de la susodicha carta.
Que un presidenciable se proponga destruir el trabajo de reconstrucción de la capacidad tecnológica de más de una década y que ha llevado a logros tangibles de enorme relevancia en sí mismos y por lo que implican de cara al futuro como experiencia y capacidad instalada nacional es más que preocupante porque nos retrotrae a los peores años de devastación de la década menemista.
Pero más preocupante es que tal barbaridad pase casi desapercibida para el público en general.
Esto es lo que dice el que sabe, Otheguy:
Héctor Otheguy: “Macri quiere mandarnos otra vez a lavar los platos”
Ni innecesarias, ni ineficientes. El entusiasmo y el orgullo demostrado el fin de semana pasado por todo el pueblo de Bariloche contrastan con las expresiones del jefe de gobierno porteño que aspira a ser Presidente de la Nación. La sinergia entre una empresa satelital nacional como ARSAT con INVAP ha permitido que estemos a las puertas de un suceso histórico, como es la colocación en órbita del primer satélite geoestacionario de comunicaciones, diseñado y fabricado por científicos y técnicos de la Argentina.
Tener un desarrollo propio en áreas estratégicas para la defensa, para la soberanía, e incluso para lograr exportar al mundo productos con valor agregado, resultado de la confluencia de políticas de estado y un sector científico y tecnológico que es referente en el mundo, nos acerca al modelo de los países desarrollados que tanto gusta poner de ejemplo con palabras pero que a la hora de decidir políticas, se reserva para los grandes mientras que para nuestro país se sueña con volver a ser únicamente exportadores de materias primas.
La decisión estratégica de desarrollar el satélite ARSAT-1 en Argentina, no sólo posibilita incorporar mejoras en la tecnología y las prestaciones, sino que también implica un uso eficiente del poder de compra del Estado, que maximiza el uso de la materia gris nacional, genera posibilidades concretas de exportación de productos y servicios de alto valor agregado, ahorra divisas y crea puestos genuinos de trabajo en nuestro país, en un marco de negocio con rentabilidad positiva. Por eso resulta gratuita la imputación de “despilfarro, empresas tecnológicas que no hacen falta, empresas satelitales que no funcionan”.
Tal vez el jefe de gobierno porteño no ha tomado en cuenta que el uso estratégico del Poder de compra del Estado permite satisfacer -a precios competitivos de adquisición y mantenimiento- una necesidad nacional de instalaciones y equipamiento complejo. Sin duda, mostrar un producto exitoso y en funcionamiento posibilita lograr en el exterior clientes para realizar exportaciones de alto valor agregado. Esto es lo que han hecho los países industrializados para desarrollar tecnologías complejas y lo continúan haciendo. La mayor parte de los gobiernos de esas naciones le compran a empresas de su propio país y de esa manera potencian capacidades locales.
A partir de 2003, bajo la conducción del Presidente Néstor Kirchner, la Argentina aplicó esta metodología en áreas de tecnología compleja, hecho que fue potenciado luego por la Sra. Presidenta, siempre con la ejecución por parte del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. Como ejemplo tenemos el Plan Nacional de Radarización y el desarrollo de Satélites de Comunicaciones, cuyo primer satélite ARSAT-1 se encuentra hoy en su base de lanzamiento, listo para ser puesto en órbita.
La Ciencia y la Tecnología son motores del desarrollo social y económico soberano de la Argentina. Curiosamente, Macri, el ingeniero!!!, parece ser el único en nuestro país que menosprecia los logros de la ciencia y la tecnología que nos han hecho avanzar en estos 11 años como nunca antes. (Héctor Otheguy, Gerente General y CEO de INVAP)
actualización: 4/9/2014
En ARSAT dicen que Macri es como Mirtha Legrand
bastadeodio
No hay comentarios:
Publicar un comentario