Al hablar de la política -en sentido estricto- del PRO se corre el riesgo de confundir sin querer al lector, que es el ciudadano. Me explico. El PRO está organizado como una empresa, no como un partido político, ni siquiera como el PP español, aunque cada vez se le parezca más. Por eso ellos nunca hablan de política sino de equipo y gestión. Palabras sagradas.
Es, sin embargo, una política en sentido amplio aunque, como sucede con los icebergs, la mayor parte permanece oculta. Es una política que miente y oculta como toda política comercial. El destinatario de sus mensajes comerciales es el electorado, somos todos. Como suele ocurrir en algunos, que recuerdan haber probado el producto, les genera indignación. Otros que o no lo han hecho o se han olvidado o simplemente son muy susceptibles a los mensajes simples y efectivos, no les desagradan, todo lo contrario.
Por eso se atreven desde el gobierno de la ciudad a financiar operaciones de prensa como la de Bonadío contra la presidenta que tiene apenas las briznas de legalidad que le impone la presencia de un juez federal. Pero lo hacen porque saben que ella, Cristina, constituye en el imaginario popular el principal obstáculo que se interpone en su camino al éxito. Pero también es una muestra de cuánto han avanzado en su compromiso empresario. Ya no se trata -únicamente- de sombrillas amarillas y de playas secas, ni de fiestas cumbieras, ni de Sri Sri, ni de mentiras grandiosas como "hemos mejorado la educación y la salud de los porteños". Se trata de auténticas operaciones torpemente hechas y pretendidamente encubiertas, pero operaciones al fin.
Sus accionistas en las (medias) sombras son los miembros de stablishment, los mismos que acompañaron la gestión menemista pero que ahora se encuentran imposibilitados de continuarla porque el peronismo -una vez más- ha cambiado -aunque a muchos les cueste creerlo- y a vuelto a la política en sentido estricto que corresponde a su matriz histórica.
Simplemente, estos, los poderosos, creen encontrar en el Macri actual -a falta de alguien mejor- el gerente adecuado, por eso y porque ha tenido éxito en imponer esa idea mentirosa de Gestión y Equipo en la CABA, se enoja cuando esos mismos accionistas pretenden decirle como manejar "nuestra" empresa.
La etapa en la que se encuentra hoy es de expansión empresaria, pretende exportar su modelo de gestión política empresarial a todo el país, a nivel local y nacional, y para eso tiene financiamiento local y foráneo. Por ahora las cosas no le salen del todo bien y se duda de que su propuesta tenga al final éxito. Podrá no lograrlo pero lo que trata de hacer no es una tontería, no teniendo los apoyos que tiene, en un mundo complejo pero que, en general, tira para el mismo lado.
¿Cómo se combate esto?. No tengo todas las respuestas pero hay un par de cosas que creo saber aunque no sean nada innovadoras. No se lo combate solamente denunciando la ideología que lo sostiene, diciendo que son de derecha y que representan la vuelta a un pasado que queremos dejar atrás, no se los combate con el lenguaje simbólico que es agradable a los oídos y la mirada de los que se indignan con los comerciales del PRO. Esos ya descubrieron el engaño.
El porqué el PRO domina tanto en el norte opulento como en el sur excluido de la ciudad es un hecho que permanece inexplicado en términos políticos, sociales y culturales. Es urgente hacerlo y cambiar porque constituye un fracaso mayúsculo.
La cuestión central es que -sin copiar los modos del PRO- encontremos en lenguaje adecuado para llegar al resto a los que no sienten rechazo e incluso algo de comodidad. Lo que se requiere es el conocimiento que surge de una escucha abierta y sensible, de una relación directa con los ciudadanos, algo que está en la mejor tradición de la militancia peronista. Y que no debe durar lo que dure la campaña electoral.
bastadeodio
Viéndolo muy de afuera, porque no soy ni de CABA ni del GBA, el peronismo tiene un discurso de tema nacionales en un distrito que es UN MUNICIPIO. Grande, sí, pero los problemas que deben resolverse son municipales y algo de provinciales. Pero incluso en el interior, los problemas aún siendo de obligación provincial se reclaman al municipio.
ResponderEliminarEs como decís, la falta casi total de un enfoque local es uno de los problemas que enfrenta el FpV. Es como si la CABA no importase y visto en perspectiva alimentamos el nido de la serpiente.
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