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miércoles, 23 de abril de 2014

La culpa sería del gran bonete

Foro de Convergencia Empresarial
En resumidas cuentas eso es lo que dice el "stablishment" empresario reunido en el foro ídem con respecto a la "inflación" y a quién le corresponde colocarse el famoso bonete que para ellos naturalmente no es otro que el gobierno de Cristina Kirchner.

los empresarios no son responsables en absoluto de la inflación: la suba de precios generalizada se da por las condiciones macroeconómicas”, dijo Jaime Campos, presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Algo similar a afirmar que las lluvias se dan por las condiciones climáticas en cuya creación -se insiste cada vez más- interviene la actividad humana. En suma, la inflación es un fenómeno natural (o síntoma) producto de (malas) decisiones del gobierno que genera unas relaciones económicas "enfermas". Parece profundo pero no lo es, es más, es falso, aunque mucha gente esté dispuesto a creerlo.
Pero el mismo Campos agregó, para que no queden dudas: "Desde 2003 a 2007, la inflación en la Argentina era menor al 10 por ciento anual y los empresarios eran los mismos. Lo que ha cambiado no fueron los empresarios, sino la política del Gobierno”. Sentido común al estado puro.

En el fondo, salvo lo de la tasa, nada es cierto en esta frase: ni los empresarios eran los mismos (o estaban en una situación similar luego de la debacle del 2001) ni tampoco eran las mismas -default mediante- las condiciones externas en las que se desenvolvía la economía argentina. Aquellos, eran tiempos de "vacas flacas, con poca leche para dar", en éstos actuales la torta ha crecido de forma espectacular y su reparto se ha modificado de una forma que los pone nerviosos, especialmente pensándolo de cara a un futuro de rentabilidades decrecientes.

Cierto es que la inflación es una consecuencia o un síntoma social que obedece a distintas causas no siempre relacionadas entre sí (es multicausal) incluso, no siempre son éstas causas las mismas y, lo que lo hace aún más complejo, es no tiene ningún parecido con otros fenómenos multicausales como por ejemplo las manifestaciones climáticas, que, al fin y al cabo, obedecen a interacciones físicas y químicas, muchas de ellas que escapan a la influencia y al posible control humano.

El gobierno que se siente acusado responde con una buena dosis de ingenuidad. Su planteo es que la suba de precios guarda estrecha relación con “excesos” de las empresas que, como un acto reflejo, cualquier movimiento real o esperado en los costos lo trasladan a precios, aunque no encuentre en muchos casos justificación económica. Capitanich consideró (en un acto de ingenuidad suprema) que “en el caso concreto de la inflación, la mejor contribución que pueden hacer los empresarios es no aumentar los precios de los bienes y servicios que producen”.

Parece no percibirse adecuadamente la relación que existe, en especial en nuestra región, entre las tasas de ganancia empresarias extraordinarias, la evasión y elusión fiscales y la fuga de divisas. El aumento generalizado y anticipado de precios es a la vez causa y producto de la especulación empresaria dirigida a la obtención de esas ganancias extraordinarias y por esas vías principales.
Es -a grandes rasgos- sencillo: si buena parte de la riqueza generada se transforma en divisas y se sustrae del circuito productivo "fugándose" y esa situación se combina con una merma en el balance comercial externo (exportaciones menos importaciones) el dinero nacional circulante pierde valor y esa pérdida recae casi exclusivamente sobre los trabajadores que necesitan más dinero para adquirir los mismos bienes.

La inflación desmedida, es además un arma empresaria tradicionalmente eficaz tanto en el disciplinamiento político del gobierno de turno -debilitándolo- como de los mismos trabajadores haciendo más regresiva la distribución de la riqueza generada por el trabajo. Así consiguen "encuadrar" a un gobierno díscolo (o indeciso) y, a la vez, apropiarse de una mayor parte de la renta del trabajo disminuyendo los salarios reales.

En suma, la inflación (desmesurada) es una consecuencia directa del particular modo de acumulación adoptado por los grandes grupos económicos concentrados de nuestro país y les sirve -con el apoyo de los medios de comunicación también concentrados y de gran parte de la sumisa clase política nacional- para librarse de su responsabilidad descargándola en el (odiado) gobierno que trata de cambiar las reglas de juego en beneficio de los trabajadores. Es la famosa puja distributiva que siempre existe bajo el capitalismo pero practicada a lo bestia.

Hay que advertir sin embargo que esta -la inflación de precios- no es la única manera en la que los grupos económicos logran sus objetivos. Europa y su actual "crisis" es buen ejemplo de ello. Se suele decir que el ideograma chino para la idea de crisis integra las ideas de riesgo y oportunidad. Es tan cierto desde el punto de vista lingüístico como real. Lo que sucede aquí y allá es que de una u otra manera el riesgo lo soportan invariablemente los pueblos y de las oportunidades se benefician los grupos concentrados de la economía.

bastadeodio                                                                      

4 comentarios:

  1. Venía bien el artículo hasta que desbarrancó con lo del ideograma chino. Es uno de los falsos lugares comunes más extendidos en la cultura, como eso de que usamos el 10% del cerebro y otras tonterías. Una explicación corta, acá: http://manueldelgado.com/crisis-no-significa-oportunidad-en-chino/. Al final del artículo hay un enlace a una explicación muy datallada, pero en inglés.
    Saludos.

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    1. Lo de desbarrancó me parece una exageración. Desde luego que no lo afirmo como sinólogo, no podría, solo lo cito como un dicho común. No lo haré más ya que las explicaciones que citás claramente lo invalidan. Más allá de este aspecto meramente técnico lingüístico, me parece evidente que en toda crisis cabe o recular o avanzar. Por ejemplo cuando ante la crisis de la deuda Néstor Kirchner, Lula y Chávez se negaron a integrar el ALCA hicieron claramente lo segundo y lo hicieron sobre un análisis de las causas de la crisis y no solo de sus efectos, amén de unas condiciones políticas internas y externas que lo permitían. Frente a la actual crisis de la balanza comercial que se ha hecho cada vez más importante, cabe atender a sus efectos -la falta de divisas- de diferentes maneras pero sin olvidar sus causas, una salida equivale a recular, aplicar un ajuste salvaje que enfríe la economía y liberar el comercio exportador, permitiendo que los precios internos se alineen con los externos -esa es la propuesta del foro- o por el contrario producir en lo inmediato una devaluación que permita frenar el flujo de reservas o incluso aumentarlas (lo que está sucediendo) y aumentar los subsidios tendientes a reemplazar importaciones. Sigo pensando que posiblemente en toda crisis también se presente una oportunidad para continuar avanzando.

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    2. El artículo me pareció muy bueno. Disculpe la exageración. Después de mandar el comentario también pensé que se me había ido un poquito la mano.

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  2. Leerlo profe es una "oportunidad" para entender la crisis, a mí me parece que es muy bueno, abrazo

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