En esta segunda parte se analizan las causas coyunturales de las recientes situaciones de tensión existentes en la economía argentina hacia fines del 2013.
Se continúa con los aspectos más relevantes del informe de Coyuntura elaborado por CIFRA.
Le toca ahora al análisis de la coyuntura (problemas de liquidez) y dejo para una tercera parte el análisis de los factores estructurales (problemas de insolvencia).
CIFRA - Informe de Coyuntura Nº 15 - Febrero 2014
Estructura completa del informe:
A) Síntesis de la coyuntura económica: Diagnóstico de la coyuntura económica (I)
B) Fundamentos
B1) Aspectos coyunturales (en este post)
1. Crítico panorama mundial
2. Factores del crecimiento
3. Descenso del superávit comercial
4. Importaciones versus reservas
5. Política cambiaria y monetaria
6. Pérdidas de reservas
7. Apreciación cambiaria y recomposición
B2) Condicionantes estructurales (en la tercera parte)
1. Concentración económica
2. Formas de propiedad
3. Proveedores de divisas
4. Estancamiento fabril
5. Déficit estructural
B3) Empleo e ingresos (en la tercera parte)
1. Nivel de empleo
2. Salario real
B1) Aspectos coyunturales (resumen):
1. Aun en un escenario signado por la crisis mundial, la economía argentina retornó la senda del crecimiento durante el 2013. Así, en los primeros tres trimestres del año, el Producto Bruto Interno (PBI) alcanzó un crecimiento del 5,7% interanual. Con una salvedad, en el último trimestre del año se desaceleró el ritmo de expansión de la economía: según datos del Estimador Mensual de Actividad la tasa de crecimiento anual se ubicó en el 4,9% en 2013.
Se trata, de todos modos, de un considerable nivel de crecimiento. Tanto si se considera la desaceleración en 2012 (crecimiento de apenas el 1,9%) como si se atiende a crítica la situación mundial en 2013. La economía brasilera (2,4%) y la norteamericana (1,6%) tuvieron bajos niveles de crecimiento, la economía europea registró contracciones del 0,3%, y la de China, si bien con altas tasas, desaceleró su ritmo de expansión.
2. Entre los factores que más contribuyeron al crecimiento del PBI en 2013 se encuentra el consumo privado, que explicó el 93,3% del crecimiento, y la inversión bruta, cuya contribución alcanzó el 31,6%. El comportamiento de ésta última marca una diferencia relevante respecto a lo ocurrido en 2012, cuando su incidencia fue negativa en el producto bruto.
El gasto público, que apuntaló vía subsidios el nivel de la demanda, también jugó un papel relevante en el buen desempeño de la economía en 2013, contribuyendo en 18,2% a su crecimiento.
En cambio, como lo viene haciendo en los últimos años, el saldo comercial en precios constantes fue deficitario y, por ende, sus contribuciones fueron negativas. En los primeros tres trimestres de 2013 tal contribución alcanzó al -27%.
3. En cuanto a los resultados del comercio exterior medidos en dólares corrientes, el superávit en 2013 fue de poco más de 9 mil millones de dólares, casi un 30% inferior al registrado en 2012. Tal descenso del excedente comercial obedece a un incremento de las compras externas (8,0%) muy superior a las ventas al exterior (2,1%), con una importante influencia de las importaciones energéticas, las vinculadas al complejo automotriz y al enclave importador de Tierra del Fuego.
En el período 2012-2013 la regulación de las importaciones influyó en contraer su crecimiento, si se lo compara con los períodos de alto crecimiento económico, en especial en el bienio 2010-2011 donde las importaciones crecieron en más de 35 mil millones de dólares, en tanto que las exportaciones lo hicieron en alrededor de 28 mil millones.
Además de la situación en el mercado de hidrocarburos, la atención de la política económica debería enfocarse en apuntalar la sustitución de importaciones fabriles con el objeto de hacer compatibles las tasas de crecimiento con la disponibilidad de divisas de la economía argentina.
4. El acelerado ritmo de crecimiento de las importaciones (muy superior al de las exportaciones) y el consiguiente achicamiento del saldo comercial en 2013, fueron contemporáneos a una significativa reducción del stock de reservas en el Banco Central.
Esto provocó -en ausencia de ingresos de divisas por la vía del endeudamiento y los escasos aportes en materia de IED- la irrupción de la “restricción externa” en la economía argentina. También fogoneada por el constante drenaje de divisas vía fuga de capitales y pago de dividendos de los grupos económicos locales y el capital extranjero.
5. La pauta implícita de devaluación gradual del tipo de cambio nominal, que comienza a fines de 2011 (y se profundiza a mediados de 2013), fue contemporánea a maniobras especulativas tendientes a retener las exportaciones y adelantar las importaciones en busca de rentas extraordinarias.
A fines de 2013 impulsaron también una dinámica financiera a través del denominado “dólar bolsa” o “contado con liquidación”, que si bien no contabilizaron pérdidas de reservas (son bonos que se liquidan en el exterior), incrementaron el dimensionamiento del mercado informal de cambios.
Todo ello, en un escenario de alta inflación (que llegó al 29,7% anual en diciembre de 2013) y tasas de interés reales negativas.
En ese marco, se implementó una significativa devaluación en los primeros meses de 2014 con alzas de las tasas de interés, con el objeto de unificar el mercado de cambios y recomponer el retraso cambiario.
6. La política desplegada, especialmente a partir de octubre de 2011 y hasta diciembre del año pasado, consistente en aplicar una devaluación gradual de la moneda en un contexto de rígidos controles cambiarios y del surgimiento del mercado informal. Dado que el Banco Central tuvo un rol activo en la oferta de divisas, al tiempo que destinó ingentes recursos para cumplir los compromisos externos y el pago de las importaciones, fue acompañada por una merma significativa de las reservas acumuladas por este organismo.
La fuerte devaluación de enero de 2014 trajo aparejado otra significativa pérdida de reservas, que se amortiguó con el alza de las tasas de interés y la limitación a la tenencia de dólares y activos dolarizados de los bancos.
7. La tendencia a la apreciación del tipo de cambio real emerge con la aceleración del proceso inflacionario a mediados de 2007, erosionando la competitividad externa de la economía argentina.
La implementación de la política de devaluación gradualista del tipo de cambio nominal no logró revertir esta tendencia, aunque si la atenuó.
La fuerte devaluación en enero del presente año recompuso los niveles reales a valores similares a los de fines de 2010 en el caso del tipo de cambio respecto al dólar (29,7% superior al de enero de 1999).
Las posibilidades de mantener este nuevo nivel del tipo de cambio real depende del proceso inflacionario y, por ende, de la velocidad en que se traslade a precios el efecto devaluatorio.
(las negritas no pertenecen al original) (Continuará)
bastadeodio
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