En el canto IX de la Odisea, poema épico atribuido a Homero, Ulises relata sus famosas aventuras con los cicones, los lotófagos y los cíclopes. En este último relato, sucede que luego de desembarcar Ulises en la isla habitada por esos pastores de ovejas que eran gigantes de un solo ojo. Uno de ellos, el cíclope Polifemo, que, nada menos, era hijo de Poseidón, lo encierra a él y a sus hombres en una cueva sellándola con una gran piedra y con ellos encerrados los utiliza como alimento, comiéndose a varios de ellos en sucesivas oportunidades. Ulises, cuya mejor arma era la inteligencia, engaña al gigante diciéndole llamarse "Nadie" ("
Mi nombre es Nadie; y Nadie me llaman mi madre, mi padre y mis compañeros todos"), lo emborracha y lo ciega con una estaca que sus compañeros que aún sobrevivían habían afilado y endurecido al fuego.
Al sentirse herido Polifemo grita pidiendo auxilio a los otros cíclopes que acuden en su ayuda. El diálogo que sigue prueba la astucia de Ulises:
—¿Por qué tan enojado, oh Polifemo, gritas de semejante modo en la divina noche, despertándonos a todos? ¿Acaso algún hombre se lleva tus ovejas mal de tu grado? ¿O, por ventura, te matan con engaño o con fuerza?
Y desde la cueva responde el gigante Polifemo:
—¡Oh, amigos! "Nadie" me mata con engaño, no con fuerza.
Y ellos le contestaron con estas aladas palabras:
—Pues si nadie te hace fuerza, ya que estás solo, no es posible evitar la enfermedad que envía el gran Zeus, pero, ruega a tu padre, el soberano Poseidón.
Apenas acabaron de hablar, se fueron todos -relata Ulises- y yo me reí en mi corazón de cómo mi nombre y mi excelente artificio les había engañado. El Ciclope, gimiendo por los grandes dolores que padecía, anduvo a tientas, quitó el peñasco de la puerta y se sentó a la entrada, tendiendo los brazos por si lograba echar mano a alguien que saliera con las ovejas...
Al día siguiente, Ulises y lo que quedaba de su tripulación escapan cubiertos con pieles de oveja confundidos entre el rebaño que salía a pastar.
Eurípides toma de la Odisea el relato y lo convierte en un drama satírico. El Cíclope es el único de estos dramas que se conserva, de allí que sea tan conocido, tanto que recuerdo haberlo leído de niño.
Lo que sigue es una excelente nota de la antropóloga Marta Riskin sobre los medios de comunicación y la educación que utiliza como metáfora la historia del Cíclope.
El mensaje del Cíclope
Por Marta Riskin
En “El Cíclope” de Eurípides, Sileno describe a los gigantes devoradores de hombres como “hijos del dios marino que no tienen más que un ojo, y presos de uno de éstos somos sus esclavos domésticos”. E informa a Ulises: “Al que servimos le llaman Polifemo”.
Al precio de tu cabeza
Polifemo –como su nombre indica, “el de muchas palabras”– seducía con su limitado punto de vista acerca de la realidad a quienes serían su alimento.
Resulta tan significativo que llamara “Nadie” a Ulises, quien lo vencería cegando su único ojo, como el ninguneo inicial que los ciclópeos medios audiovisuales dedicaron a quienes amenazaban sus monólogos para captura de conciencias.
El encantamiento se debilitó con el desprestigio del anónimo como fuente de información, al ritmo de los ejercicios de deconstrucción de noticias y con las discusiones populares acerca del rol de los medios.
La tarea conjunta de profesionales de la comunicación y artistas supo difundir desde las herramientas ilegales de ciertas operaciones de prensa el uso de disparadores inconscientes que, con total impunidad, utilizan algunos laboratorios de marketing.
El trabajo colectivo produjo uno de los descubrimientos más significativos de los últimos tiempos: si los medios son monopólicos, parafraseando a Mac Luhan, el Cíclope es el mensaje.
Muchos nombres, muchas palabras
Poco a poco, más ideas salieron del claustro, ganaron la calle y enriquecieron el debate. Así quedó en evidencia que tanto la imagen de la tortuga asociada al ex presidente Arturo Illia como las carteras de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner formaron parte de maniobras destituyentes.
Cuando el reconocimiento popular alcanzó la civilizada piel de símbolos y signos lingüísticos (“seguridad”, “el campo”, “patria”), muchos ciudadanos entendieron algunas manipulaciones; otros comprendieron la jerarquización mediática de estupideces y el menoscabo de datos reveladores. Unos pocos profundizaron en sus atávicos registros y cargas emocionales y alcanzaron a detectar las sutiles señales de peligro o placer, capaces de otorgar valor a personajes oscuros.
Importa destacar que se inhabilitaron numerosas respuestas automáticas y, con el estímulo, reapareció un instrumento clave: el pensamiento crítico.
El develamiento no sólo consolida la democracia, también despliega creatividad.
Educación vs. Adoctrinamiento
A diferencia de los adoctrinamientos, la educación desconfía de verdades reveladas, pero sus efectos son más profundos y a largo plazo. Apenas en los inicios de la diversidad mediática, ya es posible apreciar las significativas diferencias entre el relato único, en distintas voces bajo formatos varios, y la auténtica y republicana multiplicación de relatos con opiniones divergentes.
Puesto que las miradas de la ciudadanía recién despiertan y en importantes sectores continúan adormecidas, los próximos tiempos requieren de un delicado ajuste entre la ingeniería de reversa de las pequeñas piezas que se registran a profundos niveles de conciencia y la construcción de nuevos espacios.
La valoración de la existencia de numerosas fuentes informativas propone asumir la responsabilidad de sostener los principios personales y el respeto mutuo.
El análisis serio de las consignas ajustará las mejores intenciones propias y ajenas.
Alfabetización mediática
La educación argentina ha incrementado el número de sus destinatarios y existen numerosos contenidos disponibles en la Radio y Televisión Argentina (RTA), en el Incaa, el Bacua y en programas como “Escuela y Medios” del Ministerio de Educación de la Nación.
Disponemos de una preciosa pedagogía de las respuestas. En palabras de Paulo Freire, aún nos debemos una pedagogía de las preguntas.
Para construirla necesitamos ciudadanos entrenados en el discurso, pero también en la escucha; sin duda, una rara capacitación, dentro y fuera del ámbito de la comunidad escolar.
Para que “Nadie”, “Nunca más” acepte una única mirada, enfrentamos viejos y nuevos desafíos.
Entre los primeros cabe continuar desalentando las omnímodas pretensiones de los cíclopes y profundizar todas las posibilidades y ámbitos de aprendizaje, incluso formal, que conduzcan hacia horizontes cada vez más incluyentes.
También es necesario iniciar debates acerca de las relaciones entre popularidad y calidad de los contenidos y sobre las direcciones adecuadas para establecer lazos solidarios entre la industria cultural y la industria tecnológica nacional.
La libertad, individual y colectiva, siempre ha requerido de convicción democrática, mucho trabajo y buenas dosis de esperanza.
Marta Riskin es antropóloga de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
(Publicado en
Página12 del 4 de enero de 2012)
Hasta aquí el mito-metáfora del cíclope, lo que sigue es su aplicación a un tema que está actualmente en pleno debate y no solo en nuestro país sino prácticamente en toda nuestra región:
El debate sobre la minería y el medio ambiente
"ambientalistas" vs "pro mineros", un debate mal planteado. Y lo está mal porque en primer lugar toda actividad humana trae consigo un impacto sobre el medio ambiente, no hace falta ser un observador fino para caer en la cuenta que a mayor densidad poblacional mayor daño sobre el medio ambiente natural. Basta observar el Riachuelo o el Matanza o el inmenso Río de la Plata en el que hoy está prohibido darse un chapuzón, para comprobarlo.
En segundo lugar, la minería, como la industria metalúrgica, como la actividad agropecuaria o la industria alimentaria generan enorme contaminación, del suelo, del aire y del agua. Es cierto que la moderna sociedad post industrial es muy contaminante pero pensar que su contrapartida la de las sociedades primitivas no lo era es una ilusión, una falsa imagen, un mito.
Ultimamente se ha establecido esta idea, la del "buen vivir o vivir bien" por contrapartida al "vivir mejor" propio de la sociedad capitalista (en Bolivia su principal teórico es un jesuita, Xavier Abós). Pero el "vivir bien" no alcanza aún la categoría de un concepto ya que admite múltiples y hasta opuestas interpretaciones, pero aún a pesar de su vaguedad se lo presenta como una alternativa a las sociedades de consumo modernas.
Esta idea se dice que nace de las creencias ancestrales de las culturas aborígenes americanas. Sin duda tiene aspectos positivos que deben ser conocidos, difundidos y tomados en cuenta en la toma de decisiones políticas y comunitarias. Pero no constituye una alternativa seria de solución final y completa a los problemas de todo tipo que aquejan a nuestras sociedades sudamericanas ciertamente muchos más complejas de todo punto de vista que la más desarrollada de las culturas precolombinas en su mejor época de expansión.
Varios medios de comunicación que tradicionalmente han callado frente a los problemas medioambientales de pronto se han transformado en sus adalides. Sin embargo no es un interés desinteresado, valga la expresión, su clara motivación es política. Sin embargo y a pesar de ello también señalan aspectos que no se pueden soslayar de ninguna manera, como es el caso de la represión policial a las protestas de los pobladores o de los "ambientalistas" que es absolutamente condenable y además contraproducente.
Entre las ONGs que se ocupan desde hace tiempo del tema medio ambiental, algunas, no todas, reciben financiamiento de la USAID (Agencia para el desarrollo Internacional de Estados Unidos). En Bolivia, por ejemplo, persiguieron y lograron que una comunidad indígena guaraní (Itika Guazú) estableciera un convenio de esplotación con la petrolera REPSOL asesorada por la ONG Nizkor con financiamiento de Soros y la fundación Rockefeller, haciendo a un costado al Estado Nacional Boliviano. Se dice que en el ADN indígena está la noción de no ser dueños de la naturaleza sino de ser uno con ella, sin embargo, con el apoyo ideológico y económico de esas ONGs se comportan como los Estados neoliberales de la década de los ´90.
Quizás al final del proceso de cuestionamiento al modelo neoliberal que nos gobernó y que todavía impone sus reglas a nivel global y, por supuesto local, se arriba a una sociedad más cuidadosa del medio ambiente y el riesgo cierto de catástrofe ambiental se aleja. Pero para eso aún falta mucho, sobre todo mucha educación y el desarrollo de un amplio sentido crítico en ejercicio y seguramente para ese momento habremos superado la cifra de diez mil millones de bocas para alimentar, vestir y dar casas y trabajo. Eso no se va a poder lograr con una economía de subsistencia aplicada a nivel global, regional o nacional, hará falta mucha eficiencia que solo provendrá del desarrollo tecnológico acompañado y en consonancia con el desarrollo social logrado en todos sus aspectos, incluido en primer lugar el educativo.
Las miradas "de un solo ojo" son totalmente ineficaces para resolver estos complejos problemas, ese es el mensaje del Cíclope.
bastadeodio